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Según las estadísticas, cada año se producen más de 400 millones de toneladas de plástico en el mundo

Sobre la postura de Trump ante la contaminación por plástico

Por: Ben Monterroso

Director Ejecutivo

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Una preocupación mundial evidente es la producción y consumo de plástico, uno de los residuos más nocivos que afecta en mayor medida a los océanos de todo el planeta. No por nada este fue el tema central de la ONU para conmemorar el Día Mundial del Medio Ambiente el pasado 5 de junio.

Mientras el mundo entero consensa en que urge hacer algo para contrarrestar el daño ambiental causado por el plástico, Donald Trump decidió ausentarse de varios acuerdos en este rubro, alcanzados entre las potencias más industrializadas del mundo en la cumbre del G7.

Foto por Hermes Rivera en Unsplash

Durante el pasado encuentro, se logró elaborar la denominada “Carta de Plásticos Oceánicos del G7” para tomar acción en este tipo de contaminación. La medida planea limitar el uso de plásticos desechables y avanzar a una mayor producción de plásticos reciclables.

Sin embargo, Donald Trump no firmó la Carta del G7 sobre el Plástico, abandonando la Cumbre para tomar un vuelo a Singapur, reafirmando una vez más su postura ante uno de los problemas ambientales de mayor riesgo.

Aún y cuando organizaciones ambientales no ven la solución con lo planteado en el acuerdo, éste es un primer paso para tratar un tema de trascendencia internacional, pero la administración Trump, decidió no ser partícipe de estas acciones justificando que la preservación del entorno ambiental significa “otorgar una ventaja económica a sus competidores”.

Según las estadísticas, cada año se producen más de 400 millones de toneladas de plástico en el mundo; sólo una quinta parte de la producción total de plástico se recicla. Estados Unidos recicla sólo el 10% de los plásticos que utiliza, además de ser el país que más empaquetado plastificado per cápita desecha.

De acuerdo a un estudio publicado por la revista Science, Estados Unidos ocupa el puesto 20 en las mayores economías causantes de la contaminación de plástico en los océanos por su mal manejo al año. Al igual que con el tema del cambio climático, EUA contribuye más que otras economías desarrolladas importantes.

Por otro lado, la administración Trump, reafirmando su narrativa negacionista, recientemente revocó la Política Nacional de los Océanos implementada en 2010 por el ex-presidente Obama catalogándola de burocrática.

Lo anterior se suma a que hace un año, en junio de 2017, Donald Trump anunció la retirada de Estados Unidos del Acuerdo Climático de París, un acuerdo refrendado por todo el planeta, excepto Nicaragua y Siria. Desde entonces, Trump ha reforzado su postura en contra del cambio climático y a favor del uso de energías de todo tipo, incluidas las provenientes de combustibles fósiles.

Pero no todo está perdido, ciudades como Washington, D.C y Seattle han prohibido los contenedores de poliestireno. En California, Hawái, Boston y Austin, se han prohibido las bolsas de plástico de un solo uso; sin embargo, todas las regulaciones en la unión americana se reducen a leyes de nivel estatal o local.

California y la comunidad latina apoyando al medio ambiente

California fue el primer estado de la Unión Americana en implementar una norma para prohibir las bolsas de un solo uso en el año 2015, y para el año 2016 se prohibieron en cualquier establecimiento.  La ley, distribuyó un fondo de apoyo de 2 millones de dólares en préstamos para las empresas fabricantes de bolsas de plásticos.

De acuerdo a la agencia estatal CalRecycle, solo el 3% de bolsas se reciclaban de 13 millones que se utilizaban, teniendo un gasto para el gobierno, ciudadanos y municipios de decenas de miles de dólares en limpieza y reciclaje. California es el estado con mayor vanguardia en materia ambiental, y no es casualidad, pues una gran parte de su población es latina, siendo una de las comunidades más interesadas en la preservación del ambiente.

Podemos así concluir que la actual administración ignora las consideraciones internacionales en aspectos ambientales y no está abierta al diálogo.  A pesar de las evidencias científicas que se muestran con la contaminación por plásticos, Trump ignora y reduce estas consideraciones.

A diferencia del calentamiento global, la cantidad de plástico en los océanos del mundo es directamente medible y obvia en sus orígenes; es un hecho innegable el daño que el plástico causa en al ambiente. Necesitamos tomar conciencia y exigir urgentemente políticas concretas de prohibición de los plásticos de un solo uso.

La única forma de frenar la omisión por parte del gobierno en turno, es eligiendo a representantes que verdaderamente promuevan acciones para reducir la contaminación por plástico y tomen en cuenta las recomendaciones internacionales y evidencias científicas que se han emitido hasta el momento.

¡Es hora de salir a votar por un ambiente limpio y saludable para todos!