Si se construye bien el Tratado Global de los Océanos, esta red de santuarios marinos podría mantener protegido el 30% de los océanos del mundo para 2030
30X30: la nueva campaña de Greenpeace para salvar los océanos
La organización ambientalista Greenpeace lanza una nueva campaña a través de una Guía para la Protección de los Océanos “30×30 Cómo Proteger el 30 por ciento de los océanos para el 2030”, que busca presionar a los gobiernos del mundo a apostar por la creación de una red de santuarios marinos para que el 30% de los océanos del mundo sean protegidos para antes del año 2030.
La organización asegura que hasta la minería y la pesca excesiva, las amenazas que enfrentan los océanos son cada día más grandes y más urgentes, “pero si logramos convertir al menos el 30% de la superficie de “alta mar” en santuarios, pondremos esta importante superficie a salvo de de las industrias más destructivas”.
Greenpeace publicó recientemente el informe 30×30: Guía para la protección de los océanos basado en un estudio científico elaborado por un grupo de expertos de la Universidad de York, en Reino Unido y liderado por el profesor Callum Roberts para diseñar una red de áreas marinas protegidas en alta mar.
Afirma que desde México empuja la campaña global de Greenpeace 30×30 que busca presionar a los gobiernos del mundo a apostar por la creación de una red de santuarios marinos para que el 30% de los océanos del mundo sean protegidos para antes del año 2030.
Por lo anterior, Greenpeace México convoca a la ciudadanía a firmar la petición para proteger los océanos del mundo ingresando a la siguiente página https://www.greenpeace.org/mexico/participa/protege-los-oceanos-del-mundo/
Afirma que más allá de las fronteras de “nuestro mundo terrestre existen áreas fuera de la jurisdicción nacional comúnmente conocidas como alta mar. La alta mar engloba el 43% de la superficie de la Tierra y el 70% del espacio vital en el planeta, incluyendo tierra y mar”.
Precisa que la vida marina que habita este mundo es el motor de la bomba biológica del océano: captura el carbono en la superficie y lo almacena a gran profundidad. “Sin este servicio esencial nuestra atmósfera contendría un 50% más de dióxido de carbono y la temperatura del planeta sería tan alta que se volvería inhabitable”.
Asegura que la alta mar se enfrenta a la creciente explotación por parte de un puñado de naciones ricas. La pesca y la emergente industria minera en los fondos marinos se suman a amenazas más amplias como el cambio climático, la acidificación, la contaminación por plásticos y de otro tipo, etc.
La organización ambientalista afirma que estas aguas internacionales albergan una impresionante riqueza de vida marina y de ecosistemas, y, en virtud de su enorme extensión, son esenciales para el funcionamiento saludable del planeta.
Sin embargo, en las últimas décadas, la vida se ha ido extinguiendo bajo el creciente impacto de múltiples presiones humanas, lo que ha llevado a un esfuerzo histórico por parte de Naciones Unidas para aumentar la protección y reformar la gestión de los mares.
La negociación en las Naciones Unidas hacia un tratado que cubra aguas internacionales o el “alta mar” está a la mitad. Recientemente concluyó la segunda ronda con la mayor parte de los países participantes mostrando disposición para firmar un Tratado Global de los Océanos que permita proteger estos ecosistemas.
Pero la a tercera ronda de negociaciones -en la sede de la ONU en Nueva York en agosto de 2019- y la cuarta y última ronda -en la primavera de 2020- aún enfrentarán la resistencia de países como Estados Unidos, Australia y Canadá.
De lograrse, este tratado debe dar a los gobiernos las herramientas para crear areas protegidas fuera de las fronteras nacionales y cuando se adopte el tratado, se abrirá el camino para que los gobiernos propongan y establezcan santuarios oceánicos para cumplir los objetivos actuales y futuros de la protección de los océanos.
Finalmente, dijo que “estamos a tiempo, los santuarios marinos son una herramienta clave para proteger los hábitats y las especies, para reconstruir la biodiversidad oceánica, para ayudar a los ecosistemas oceánicos a recuperarse y para mantener los servicios ecosistémicos vitales.
Si se construye bien el Tratado Global de los Océanos, esta red de santuarios marinos podría mantener protegido el 30% de los océanos del mundo para 2030.