Las especies impactadas incluyen ballenas jorobadas, orcas, delfines, marsopas y ballenas piloto
ONG latinoamericanas y caribe solicitan cierre definitivo de caza de cetáceos en San Vicente y Granadinas
Más de 30 organizaciones civiles de Latinoamérica y el Caribe dedicadas a la investigación y conservación de especies marinas solicitaron al Primer Ministro del archipiélago caribeño de San Vicente y las Granadinas el cierre definitivo la matanza de cetáceos.
La matanza de cientos de cetáceos en las costas del archipiélago de San Vicente y Granadinas, convierte a este idílico lugar ubicado en las turquesas aguas del Caribe en el único país de Latinoamérica que continúa realizando operaciones balleneras.
Las especies impactadas incluyen ballenas jorobadas, orcas, delfines, marsopas y ballenas piloto. Dentro de estas matanzas, sólo la captura anual de cuatro ballenas jorobadas se encuentra autorizada por la Comisión Ballenera Internacional bajo caza de subsistencia aborigen.
Sin embargo, éstas han sido blanco de duras críticas de parte de la comunidad internacional debido a los continuos incumplimientos de dicho país a las regulaciones establecidas para esta modalidad de caza.
Por ello, más de 30 organizaciones civiles de 11 países de Latinoamérica y el Caribe dedicadas a la investigación y conservación marina se unieron para enviar una carta al Primer Minisitro de San Vicente y Granadinas, Ralph Everard Gonsalves, solicitando poner fin a estas matanzas.
En la misiva, las organizaciones recuerdan al Primer Ministro su compromiso realizado en 2017 de cerrar definitivamente esta práctica por estar “fuera de sincronía con el resto del mundo” después que cazadores locales mataron dos orcas frente a una embarcación de turismo de avistaje de cetáceos.
También recuerdan al Primer Ministro que San Vicente y Granadinas es el único país de la región que continúa realizando operaciones balleneras que fueron “introducidas por flotas extranjeras con un efecto negativo en el patrimonio natural y los ecosistemas marinos” y agregan que de manera similar a lo declarado por Gonsalves en 2017 “en el siglo pasado, nuestros gobiernos entendieron que la caza de ballenas es una práctica innecesaria y obsoleta”.
Por ello, las organizaciones firmantes invitan a las autoridades del archipiélago caribeño a unirse al resto de los países de la región Latinoamericana y del Caribe, cerrando todas las operaciones de caza de cetáceos y avanzando en la consolidación del avistaje del turismo ballenas y delfines “como uno de los muchos tesoros naturales de su hermoso país.”
En la carta, las organizaciones civiles también destacan la urgente necesidad de finalizar la matanza de orcas y pequeños cetáceos, ya que estas no cumplen con las provisiones establecidas en el Protocolo Relativo a las Áreas y Vida Silvestre Especialmente Protegidas, conocido como Protocolo SPAW (del Gran Caribe) que indica que los países Parte, incluido San Vicente y Granadinas, deben prohibir la captura o matanza todas las especies de cetáceos incluidas en el Anexo II.
Peter Sánchez, ex comisionado de la República Dominicana ante la Comisión Ballenera Internacional expresa: “Por su condición de insularidad los países caribeños son los más interesados en la protección y conservación de los recursos marinos de la zona. El uso no letal de las ballenas y demás cetáceos mediante la observación de ballenas es una actividad que genera millones de dólares en diferentes comunidades alrededor del mundo, en ese sentido la caza de ballenas en el siglo XXI es una actividad anacrónica que mantiene al pueblo de San Vicente y las Granadinas atado al pasado. Ante esta situación nuestro deber es continuar ofreciendo un mejor futuro a ese pueblo hermano y vecino y presentar alternativas a dicha actividad maliciosa que amenaza a la población de mamíferos marinos del gran caribe”.
Igualmente, Roxana Schteinbarg, del Instituto de Conservación de Ballenas de Argentina afirma que: ”Los esfuerzos internacionales tienen que dirigirse a asegurar la conservación y supervivencia de los cetáceos a nivel global. Son los cetáceos los que pueden ayudar a sanar el mar y si el mar está sano es más productivo para todos. Es nuestro anhelo que San Vicente y las Granadinas se sume a los países de la región que promueven el uso no letal y no extractivo de los cetáceos”.
A su vez Yolanda Alaniz, de la organización mexicana COMARINO que lideró esta iniciativa regional afirma que: “Las organizaciones que firmamos, hemos acompañado durante muchos años a nuestros gobiernos a proteger a las ballenas y pequeños cetáceos. Desde una perspectiva regional de recursos naturales y patrimonio cultural compartidos, las ballenas y delfines han cobrado gran valor económico para nuestras comunidades costeras, en actividades de observación de ballenas o “whale watching”,lo que ha añadido un valor turístico y estético al paisaje marino. En nuestra región la cacería de ballenas es la antítesis del whale watching”.