Debido a que Ikal fue separado de su madre al ser víctima del tráfico ilegal, Irene se encargó de alimentarlo y cuidarlo
Irene, la médico veterinaria que crió a Ikal
Juguetón, carismático y un gran nadador, así describe Irene González Calderón a Ikal, la nutria de río que crió desde que llegó al Zoológico de San Juan de Aragón luego de ser rescatada del tráfico ilegal. Desde entonces Irene es conocida como la mamá sustituta de Ikal.
«Llegó muy chiquito, de entre dos y tres meses de nacido, con su cara redondita, chiquita y bonita, lo cargaba en mis brazos, establecí un vínculo de amor hacia él, lo he visto crecer y desarrollarse, esto me hace muy feliz», comenta Irene González.
Irene, junto a sus compañeros médicos veterinarios, se encargó de proporcionarle a Ikal los cuidados necesarios para que tuviera un desarrollo adecuado. Gracias a su crianza a mano, actualmente Ikal es un ejemplar adulto sano, quien recibe una dieta balanceada de acuerdo con su edad y especie.
“Ahorita él está en una condición muy buena de bienestar animal. Fue muy importante la crianza artificial que se le dio porque cuando lo recibimos traía una alimentación totalmente errónea, se tuvo que ir adaptando para que cubriera sus requerimientos y fuera desarrollándose de manera adecuada. Como era una cría se le tuvo que dar un cuidado de 24 horas al día”, asegura Irene González.
La médico veterinaria explica que nutrias macho son solitarias y sólo entran en contacto con las hembras el día que se van a reproducir y después se marchan; en este sentido, la mamá de las nutrias es quien se encarga de alimentar a sus crías, de enseñarles a nadar y a cazar.
Debido a que Ikal fue separado de su madre al ser víctima del tráfico ilegal, Irene se encargó de alimentarlo y cuidarlo. “Fue un proceso que nos costó trabajo porque finalmente él no estuvo en contacto con sus padres que le pudieran enseñar de forma natural, nosotros tratamos de adaptarnos para que él fuera aprendiendo”, comenta.
La orgullosa mamá sustituta cuenta que le preparaba su leche y se la daba en biberón porque aún estaba lactando: «Se le administraba unas cuatro o cinco veces al día y ya con la panza llena se iba a dormir y cuando despertaba otra vez había que darle de comer, fue algo muy bonito”.
También comparte que durante sus primeros meses, Ikal aprendió a nadar en una pequeña tina. Con el paso del tiempo Ikal fue llevado a su albergue, donde pasa el 60 por ciento del día nadando.
Hasta hace seis meses la función principal de Irene era ser la madre sustituta de Ikal, ahora se desempeña como responsable del servicio médico del Zoológico de San Juan de Aragón.
Como parte de su labor, Irene visita a los ejemplares que habitan en el zoológico, incluido Ikal, quien al escuchar su voz nada hacia ella: «Les hablamos a los ejemplares y nos reconocen la voz y como yo lo crie pues mi voz la reconoce muy bien”.
De acuerdo con Irene González, las nutrias de río pueden encontrarse a lo largo de la costa de Tabasco y Veracruz, pero cada vez en menor cantidad debido al tráfico ilegal que amenaza a esta especie. “Un ejemplar que se encuentra en vida libre está expuesto a depredadores tanto animales como humanos, tal como ocurrió en el caso de Ikal”, resalta.