Junto con la amplia participación, la marcha estuvo marcada por la presencia de la icónica activista sueca Greta Thunberg, quien expresó con fuerza: “Decimos basta, el cambio llegará nos guste o no, no tenemos otra opción”.
En la marcha por el clima se llamó por una acción climática urgente
La crisis climática movilizó a cerca de 500 mil personas en Madrid, con una notoria presencia de jóvenes y representantes de diversos pueblos indígenas, en la llamada Marcha por el Clima, convocada en el contexto de la COP25 que se realiza en la capital española.
WWF valora esta masiva participación, que demuestra cómo la sociedad civil cada vez es más consciente sobre la urgencia en avanzar hacia un mundo sin combustibles fósiles y con economías descarbonizadas.
Manuel Pulgar Vidal, líder de la Práctica de Clima y Energía de WWF Internacional, indicó que la gran cantidad de gente en esta marcha “pone en evidencia que el mensaje es claro: no estamos actuando como debemos actuar, no estamos cumpliendo los objetivos que nos hemos trazado, estamos fuera de la trayectoria de un planeta que no incremente la temperatura en más de 1.5°C y a su vez, no estamos avanzando hacia una economía descarbonizada”.
Por lo tanto, esta movilización demuestra la necesidad de tener una mayor acción climática, para lo cual es fundamental el rol de todos los actores, no solo los estados, si no el sector privado, la academia, las comunidades entre otros actores, con el fin de lograr una mayor ambición climática”.
“Espero que la voz de las calles sea escuchada a todo nivel y también en este proceso global llamado COP25”, agregó.
Ricardo Bosshard, director de WWF Chile, país con la presidencia de la COP, recordó que originalmente esta marcha debía realizarse en Chile, pero la crisis social que lo afecta finalmente obligó a suspender la COP25 en tierras chilenas.
“Ahora estamos acá en Madrid, muy agradecidos de todos quienes están marchando hoy por el planeta, dando el mensaje tan necesario de que tenemos que actuar ya, para que los negociadores tomen las decisiones que la ciencia nos dice que el planeta y las personas necesitan”, sostuvo.
Junto con la amplia participación, la marcha estuvo marcada por la presencia de la icónica activista sueca Greta Thunberg, quien expresó con fuerza: “Decimos basta, el cambio llegará nos guste o no, no tenemos otra opción”.
La juventud latinoamericana también ha hecho escuchar su voz en la COP25 y no estuvo ausente tampoco en esta gran movilización “una forma visible de presión ciudadana y de manifestación pacífica, para que nuestros gobiernos por un momento se centren en nosotros”, como la define Estefanía Ángel, activista ambiental y social colombiana.
“Por primera vez estoy en una marcha internacional, y a pesar de las diferencias culturales y las distintas realidades, creo que la emergencia climática es algo que nos une a todos y que nos reúne en un lugar común, que es nuestro planeta”, dijo.
Acuerdo de Escazú
En un pronunciamiento, durante el cuarto día de la Cumbre del Clima, los jóvenes de América Latina y el Caribe llamaron a los gobiernos de todo el mundo a declarar la emergencia ambiental y ecológica y garantizar la inclusión y participación de los pueblos ancestrales, indígenas, afrodescendientes y campesinos, en las medidas que se adopten para enfrentar el cambio climático. Solo así, “lograremos el cambio que necesitamos: frenar el aumento de la temperatura del planeta”, aseguraron.
Entre las 15 peticiones que hicieron a los líderes políticos reunidos en Madrid, hicieron especial énfasis en el Acuerdo de Escazú, un tratado único en el mundo para proteger a los líderes ambientales y reconocer y fortalecer su labor, que fue presentado en septiembre del 2018 durante la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGA, por sus siglas en inglés) y tiene como principales objetivos: garantizar el acceso a la información y a la justicia ambiental, una oportunidad para América Latina si tenemos en cuenta que en la región aumentan diariamente los conflictos sociales y ambientales. Colombia, por ejemplo, es el segundo país con mayor número de este tipo de conflictos según el Atlas de Justicia Ambiental.
De los 33 países de la región, 21 han firmado y solo cinco han ratificado. Aún faltan países como Colombia, Chile, el Salvador, Honduras, entre otros.
“En su momento recomendamos a Chile suscribir el Acuerdo de Escazú, ahora en la COP y con la actual crisis social, creemos que es imprescindible contar con este instrumento y llamamos al Gobierno a firmarlo, así como a otros países de América Latina. Escazú es un acuerdo ambiental, pero también es un acuerdo por la paz”, señaló Rodrigo Catalán, director de conservación de WWF Chile.