Proporciona a los animales una cama cómoda y de calidad para amortiguar sus articulaciones envejecidas
Lo que tu animal anciano no puede decirte, pero necesitas saber
Imagina esto: te has jubilado en el extranjero, en un país donde no entiendes el idioma. Un amable lugareño te cuida pero, debido a la barrera del idioma, no entiende realmente cómo te sientes. Con los años, comienzas a tener dolores y finalmente, todo te duele. Te cuesta mucho sentirte cómodo. Tus articulaciones te duelen tanto que puede ser difícil pararte y caminar; a veces, incluso tropiezas y te caes, lo que te lastima aún más. Te encantaba estar al aire libre para salir a correr, pero ahora, eso es imposible.
Para empeorar las cosas, tu vista se está yendo, y no puedes escuchar bien. El mundo se está convirtiendo en un lugar confuso. Todo lo que puedes hacer es descansar y dormir, pero eso es muy aburrido, y además, el dolor punzante en tus articulaciones te impide dormir bien la mayor parte del tiempo.
Tu hígado se ha deteriorado, por lo que a menudo te sientes mareado, pero no tienes forma de comunicar eso. También tienes diarrea, y ese es un gran problema porque no puedes aguantarte lo suficiente como para llevar tu cuerpo adolorido y rígido al baño, por lo que a menudo tienes accidentes y eso te hace sentir estresado y avergonzado.
Desearías poder contarle a alguien todas las cosas que te molestan. Realmente, ya nadie te mira mucho, así que nadie se da cuenta de lo pobre que se ha vuelto tu calidad de vida. No disfrutas la vida ahora, pero no hay escapatoria. Cada mañana, te despiertas y tienes que enfrentar ese dolor implacable una vez más…
A medida que envejecen, sus cuerpos sufren muchos cambios que pueden sorprender a los guardianes que no están prestando mucha atención. Es por eso que es vital poner tus manos sobre tus animales regularmente – de hecho, todos los días. Esto no es solo para mostrarles cariño y asegurarles que les importas, sino también para revisarlos a fondo: echar un vistazo dentro de sus bocas y orejas, revisar bajo sus colas, separar su pelaje, examinar sus patas, incluyendo las almohadillas y pesuñas, y pasar tus manos sobre todo su cuerpo.
Nunca supongas que un nuevo comportamiento o síntoma extraño es “solo la vejez”. Siente, mira, huele y observa: estás buscando problemas que podrían hacer que tu amigo animal se sienta incómodo o que estén poniendo su vida en peligro.
Señales de alerta a tener en cuenta
¿Tu compañero animal gimotea, jadea o muestra signos de letargo, somnolencia excesiva, agresión o desorientación?
¿Está su abdomen hinchado o distendido? ¿Ha habido pérdida o ganancia repentina de peso o aumento de la ingesta de agua o de la micción?
¿El pelaje del animal está enmarañado, es áspero, desigual, o emite un mal olor?
¿Está la piel enrojecida, escamosa o supurando? ¿Hay nuevos bultos, verrugas, costras o parásitos?
¿El animal cojea, tiene dificultad para levantarse o caminar, o exhibe rigidez o falta de coordinación?
¿Están sus ojos secos, nublados, lagrimosos, descoloridos o mostrando secreción? ¿Su vista parece estar deteriorándose?
¿Los oídos parecen ser una fuente de incomodidad? Es posible que notes sacudidas de cabeza, picazón, mal olor, costras, secreciones o aparente pérdida de la audición.
Revisa los dientes: ¿están rotos o flojos, tiene mal aliento, hay signos de sarro o placa, o las encías están rojas o retraídas?
¿La respiración del animal es dificultosa o irregular? ¿Está tosiendo, arqueando, estornudando, congestionando o respirando con la boca abierta?
¿Has notado vómitos, pérdida del apetito, estreñimiento, esfuerzo, diarrea o heces flojas, con sangre o negras?
¿Hay enrojecimiento o secreción alrededor del ano o los genitales?
¿Están inflamadas las patas del animal, o están sus uñas divididas, recrecidas o encarnadas?
Muchos de estos síntomas son causados por afecciones altamente tratables, así que asegúrate de llevar a tus animales al veterinario de inmediato para que puedan comenzar a recuperarse y sentirse mejor.
Cuidando de un animal anciano
Eleva los platos de comida y agua de tus animales para que no tengan que agacharse para comer y beber.
Pasea, juega con tu animal y ejercítalo: el movimiento y la actividad son buenos para todos los sistemas del cuerpo.
Asegúrate de que tu perro tenga salidas al baño más frecuentes y que tu gato tenga acceso a una caja de arena limpia en todo momento.
Ayuda a los animales a mantenerse calientes en el invierno (abrigos, suéteres, almohadillas térmicas) y frescos en el verano (piscinas para niños, ventiladores, aire acondicionado).
Coloca pisos anti-resbalantes adentro.
Proporciona a los animales una cama cómoda y de calidad para amortiguar sus articulaciones envejecidas.
Dale a tus animales un lugar seguro, tranquilo y pacífico al que puedan retirarse.
Considera poner una rampa permanente para perros sobre tus escaleras y lleva una en tu automóvil.
Hazle análisis de sangre una vez al año, incluso si piensas que no hay nada de qué preocuparse.
No permita que tus animales ancianos salten de tu vehículo o del sofá o la cama.
No asumas que los problemas de salud son solo un síntoma inevitable de la vejez: busca consejo profesional de un veterinario de confianza.
No sometas a tus animales a cirugías dolorosas u otros procedimientos que tengan pocas posibilidades de prolongarles la vida, que conllevan una rehabilitación larga o difícil, y/o que darán como resultado una calidad de vida pobre.
Tienes que saber cuándo decir hasta aquí en beneficio de tu animal
Algunas condiciones no son tratables y causan molestias considerables. Si estás bastante seguro de que tu animal tiene dolor todos los días y/o tiene una enfermedad terminal, no prolongues la agonía solo porque la decisión de practicar la eutanasia es difícil de tomar. Pon la comodidad de tu compañero de primero.
Nuestros animales merecen una muerte digna y pacífica, programada para que ocurra antes de que las cosas se vuelvan insoportables. En caso de duda, consulta a alguien en cuyo juicio confíes. Obtén una segunda opinión y una tercera si lo necesitas, pero si tu instinto te dice que tu animal está sufriendo, no te demores: haz los arreglos para una eutanasia lo más rápido posible, preferiblemente en tu casa, rodeado de sus seres queridos.