Animalistas piden hacer valer el derecho animal y la liberación inmediata del titular de Yakunaa
Perros Golden: ¿una cuestión de justicia o de derecho?
Tras más de tres años de lucha judicial, hoy el caso de los perros Golden Retriever decomisados en una acción efectuada por la entonces delegación Iztapalapa, cuya titular fue la perredista Dione Anguiano, quien apoyó a la activista Elena Chávez en el rescate de los animales, toma un giro que favorece al comerciante soslayando el interés superior de los animales.
Cabe recordar que el pasado mes de agosto del año 2017, en una acción de gobierno, la entonces delegación Iztapalapa asistió al criadero clandestino ubicado en la calle Sur 71-A, colonia Banjidal, en donde se encontraban 38 perros Golden hacinados, en pequeños espacios húmedos y sucios, y en donde existían gran cantidad de botellas de bebidas embriagantes tirada.
En dicho operativo participaron: PGJDF, INVEA, PAOT y SSP, quienes le decomisaron los 38 perros, de los cuales fallecieron, días después, cinco cachorros, ya que estaban enfermos debido a las malas condiciones en las que tenía el denominado propietario. Dos hembras fallecieron a consecuencia de piometra (cáncer en el útero), debido a que fueron sobreexplotadas para la crianza de cachorros, con los cuales comerciaba.
Posteriormente, el propietario fue puesto a disposición del Ministerio Público en la Fiscalía de Delitos Ambientales de la Procuraduría capitalina como presunto responsable de maltrato animal, además de que debía presentar los documentos que acreditaran la legal operación del giro mercantil que desarrollaba en esta vivienda. El individuo fue liberado e inició acciones jurídicas para recuperar a los perros.
Cabe destacar que los animales tuvieron un peregrinar en varios espacios, pues en un principio estuvieron en un hospital veterinario de la entonces Delegación Iztapalapa, después fueron trasladados a espacios de la Brigada de Vigilancia Animal, y posteriormente la activista Elena Chávez en coordinación con la Fundación Yakunaa les consiguieron resguardo.
Esta situación judicial generó una deuda para la Fiscalía General de la Ciudad de México de aproximadamente 8 millones de pesos, lo que aún falta saber cómo se va a resolver esta situación que está en manos de Ernestina Godoy.
Por otra parte, el plazo judicial de la entrega de los Golden ya se cumplió y es momento en que la Ley se enfrenta con el dilema de la justicia para los animales, pues por un lado, la Constitución de la Ciudad de México, en su artículo 13 reconoce a los animales como Seres Sintientes y sujetos de consideración moral, que es el punto que defienden los animalistas y Elena Chávez.
En el otro extremo se encuentra el autodenominado dueño de los animales quien cobijado en los recovecos de la Ley pretende echar mano de los perros como si fueran un objeto, una propiedad que puede explotar a su gusto y manera, y la autoridad está a punto de dejar a los animales en manos de un explotador, ignorando lo que dice la Constitución de la Ciudad de México, que es donde se radica el caso.
Es importante mencionar que este 24 de noviembre 2020, elementos de la Policía del Estado de Morelos asistieron a la Fundación Yakunaa para cumplir con el mandato judicial y llevarse a los perros, sin embargo, en la acción llevaron a cabo el arresto del titular de la Fundación, por lo que ahora las agrupaciones animalistas piden su liberación inmediata, además de que el tema de la deuda, por la manutención y cuidado de los animales aún queda en el aire.
Es fundamental señalar que partiendo de la Constitución de la Ciudad de México, los Golden son seres sintientes que deben ser protegidos de la explotación y el maltrato. Este es el bien superior que debe proteger y hacer valer la autoridad por que se dejaría en indefensión a los animales además de que se vulnera el derecho humano que tienen los protectores al defender a los animales no humanos.
Sin duda esto deja ver claramente la necesidad imperiosa de que el Gobierno de México debe tomar cartas en el asunto y prohibir el comercio desmedido y cruel de los animales en mercados, y generar nuevas condiciones de regulación para el no maltrato a animales, víctimas de transacciones económicas garantizando en todo momento la no crueldad, el no maltrato, el no abuso y sí dar derechos a los animales.
Finalmente, la Ley no debe basarse en dogmas ni en letras inscritas en piedra , sino debe construirse sobre la base firme de la justicia, es por eso que ésta debe ser una garantía para los animales no humanos y para los animales humanos.