Dee gradualmente fue liberando a los elefantes, empezando por una hora al día
Conoce a Dee y su lucha por los elefantes en Tailandia
Por Protección Animal Mundial
En el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), celebramos a Dee Kenyon, nuestra directora del proyecto “Elephant Venue” en Tailandia. Ella ayudó a que un campamento turístico pasara de ser un lugar con elefantes encadenados y obligados a entretener turistas, a ser uno amigable y solo de observación de elefantes sin cadenas.
¿Quién es Dee?
Dee Kenyon es gerente de nuestro proyecto “Elephant Venue” en Tailandia. Dee vive con su mejor amigo, un bulldog inglés adoptado de ocho años, el señor Bubba the Garnuch, en Chiang Mai, Tailandia. Dee mide 154 cm de altura y bromea diciendo que es del tamaño de un chihuahua, pero que tiene grandes y poderosos sueños
¿Qué hace Dee para proteger a los animales?
Dee trabajó junto al campamento de elefantes ChangChill, para que transicionara de actividades turísticas con elefantes, como paseos y baños, a solo de observación donde los elefantes pueden moverse libremente y no interactuar de forma directa con los turistas.
Dee trabajó con el campamento durante seis meses antes de la transición, supervisando la construcción de la plataforma y otras instalaciones para dar cabida a la experiencia de observación únicamente. También trabajó con los mahouts (cuidadores de elefantes) en las nuevas pautas en las que funcionaría ChangChill.
Luego trabajó durante otros seis meses con el propietario, realizando el contacto del campamento con operadores turísticos amigables con los elefantes y altamente comprometidos que han firmado nuestro compromiso.
Lee la historia de ChangChill aquí.
Dee también trabaja actualmente con otros campamentos para elefantes en Tailandia para asegurarse de que cuenten con el apoyo de World Animal Protection en momentos en los que la industria turísticamente está siendo fuertemente afectada por la crisis causada por la pandemia de COVID19.
¿Cuál fue la situación que atendió Dee?
Antes del trabajo de Dee, las seis elefantes hembras de ChangChill permanecían encadenadas hasta 23 horas al día cuando no habían turistas. Las elefantes se balanceaban de un lado a otro y mostraban comportamientos repetitivos que son un signo de estrés. Los elefantes no muestran estos comportamientos en la naturaleza.
¿Cuál fue el resultado para los elefantes?
Dee gradualmente fue liberando a los elefantes, empezando por una hora al día. Al principio los elefantes no sabían qué hacer y simplemente permanecían en el mismo punto. A medida que aumentaba el tiempo sin cadenas, los animales se volvieron mucho más relajados y felices: agitaban las orejas, deambulaban y pastaban.
El momento en el que Dee se dio cuenta de que su trabajo estaba llegando a buen término fue cuando uno de los elefantes usó su trompa para agarrar la hierba del suelo y aplastarla con su pata delantera. Fue ese momento en el que los elefantes empezaban a ser de nuevo como elefantes.
Estamos muy agradecidos con Dee y todas las demás protectoras de animales en todo el mundo, hoy, en el Día Internacional de la Mujer y todos los días del año.
La crueldad hacia los elefantes
Los elefantes son animales silvestres. No están domesticados, como creen algunos.
Antes de llegar a ChangChill, todos los elefantes usados en turismo y entretenimiento habrán pasado por un cruel “entrenamiento”. Este entrenamiento rompe el espíritu de los animales, posibilitando que sean manipulados y dóciles.
Este entrenamiento implica que los elefantes bebé sean separados de sus madres, y aislados sin comida ni agua. Los golpes y los traumas intensos rompen su espíritu silvestre, por lo que los aterrorizan para que obedezcan.
¿Cómo puedes ayudar?
Ahora que conoces la cruel realidad de los animales usados en entretenimiento y turismo, puedes optar por no contribuir a esa práctica. Mira esta infografía para identificar lugares turísticos verdaderamente amigables con la vida silvestre.