De acuerdo con cifras oficiales, los delitos en abril se incrementaron 45.6% respecto al mismo periodo de 2020
Alertan sobre los riesgos de tener un mal blindaje
Con el regreso de la gente a las calles, a las oficinas y la apertura de los comercios la vida está regresando a la normalidad, desafortunadamente, esto también se hace evidente en los índices delictivos que han aumentado significativamente en comparación con el año pasado.
De acuerdo con cifras emitidas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en abril del 2020 se registraron 119 mil 807 actos delictivos, mientras que, en el mismo periodo del 2021, se contabilizaron 174 mil 480, es decir, hubo un aumento del 45.6%. Cabe mencionar que, a consecuencia de la pandemia por el Covid-19, en marzo y abril del 2020 se registró una baja del 43% en dichos índices.
El robo, en sus diversas modalidades, tuvo un incremento del 19% y el robo a vehículos aumentó un 0.9%. Aunque esta última cifra no es alta, el panorama es poco alentador si consideramos que puede aumentar al reanudarse las clases presenciales.
Ante este panorama de violencia en nuestro país, el cual no es ninguna novedad, las empresas asociadas al Consejo Nacional de la Industria de la Balística buscan ofrecer soluciones, cada una desde su área de experiencia (automotriz, táctico, arquitectónico y corporal), para que los consumidores estén protegidos. De igual manera, alertan a los clientes para que no caigan en manos de empresas poco profesionales, que utilizan materiales de dudosa calidad que pueden poner en riesgo la vida del usuario final.
Daniel Portugal, asesor y tesorero del CNB, comenta que hay empresas que carecen de ética profesional y solo se preocupan por vender, poniendo en riesgo la integridad del consumidor: “no se puede tener la seguridad de un buen servicio, sea de blindaje personal -chaleco-, automóvil o arquitectónico, si no está hecho por una empresa que cuente con los permisos requeridos por las autoridades pertinentes. Si tú no tienes permisos, difícilmente vas a poder entregar el holograma (en el caso de vehículos), que es un control que verifica, por lo menos por parte de las autoridades, que estás dentro de la legalidad”.
Por su parte, René Fausto Rivera Arózqueta, presidente de la Comisión Ejecutiva del CNB, señala que, ante este incremento de delincuencia, ellos están preparados para ofrecer a los usuarios soluciones para preservar su integridad y sus bienes.
En el caso del blindaje arquitectónico, Rivera comenta que hay tecnología muy avanzada que coadyuva a preservar el bienestar de la familia o de una empresa, con un trabajo balístico de calidad, pues actualmente cuentan con puertas de metal o vidrios de policarbonato que resisten el impacto de bala de una .44 Magnum.
Por su parte, Ignacio Baca Torres, secretario y presidente de la Comisión de Blindaje Corporal, comenta que los chalecos blindados sirven para proteger las áreas vitales de una persona, pero para estar seguros, los consumidores deben adquirir estos productos en empresas certificadas.
Ignacio denuncia que, en ocasiones, hay remanentes de chalecos blindados de empresas que fabrican una gran cantidad y se les quedan embodegados hasta que pueden comercializarlos en lote. Esta es una mala práctica porque el almacenaje puede deteriorar los chalecos, debilitar sus telas y hacerlos perder su efectividad, quedando propensos a que puedan ser atravesados por las balas.
“Cuando alguien vende este tipo de productos que son antiguos o que fueron fabricados con mucha antelación y están guardados, al final no sabemos cómo fueron fabricados, si cumplen con las normas, si el almacenaje fue correcto. En el CNB todo lo que fabricamos lo hacemos en el momento en que nos lo piden, es material nuevo. No es recomendable comprar este tipo de lotes por más barato que estén, es muy peligroso”, comenta.
Miguel Romero, presidente de la Comisión de Blindaje Automotriz, asegura que los crecientes índices delictivos han incrementado el mercado del blindaje automotriz, pero añade que los consumidores deben poner mucha atención en la empresa que han elegido para adquirir un automóvil blindado, porque muchas de éstas no trabajan de manera regulada y su material es de dudosa calidad.
Incluso, señala que, en ocasiones, le han llevado vehículos con un mal blindaje para que los arreglen, “pero es mucho más caro hacer una corrección de blindaje, porque implica ajustes en los interiores del vehículo y a veces es muy complicado hacer una adaptación a un producto que no conocemos y que carece de ingeniería. Las ocasiones que nosotros hemos revisado un mal blindaje definitivamente son huecos balísticos muy difíciles de corregir”.
Para que la gente no caiga en manos de pseudo blindadores, Romero recomienda que el comprador investigue bien a la empresa, pues es crucial que visite la planta para conocer los procesos de ingeniería. Que sea una empresa que esté registrada ante la Dirección General de Seguridad Privada, DGSP, que esté afiliada a una asociación o consejo como es el CNB, además de conocer su trayectoria y que pueda demostrar que los materiales que utiliza son balísticos certificados, igual que sus procesos.
La seguridad no solo es necesaria para los civiles, sino que también es requerida a nivel gobierno, por lo que se realizan licitaciones para obtener infraestructura blindada; sin embargo, en ocasiones, éstas no se llevan a cabo con empresas certificadas, lo que inquieta a los profesionales de la industria del blindaje que cumplen con todos los requisitos.
“El gobierno llega a contratar empresas de blindaje que no están debidamente certificadas. Cuando se trata de blindaje automotriz son un poco más detallistas ya que las empresas tienen que estar registradas ante la Dirección General de Seguridad Privada que depende de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, pero cuando, en alguna licitación, se requieren conceptos arquitectónicos o de blindaje corporal, pueden no ser tan objetivos. Vamos a poner como ejemplo el Banco del Bienestar que necesita ventanas y vidrios blindados, estos se los encargan a una constructora que las cotiza, pero, desafortunadamente, no buscan el precio con compañías que estén debidamente registradas, ni hacen pruebas balísticas; se van por el precio y, a veces, eso resulta en detrimento de lo que se quiere proteger”, concluye René Fausto Rivera Arózqueta.