Las medidas intensificadas contra la caza furtiva, los proyectos de reintroducción y las iniciativas de conservación del hábitat aún pueden cambiar las cosas para los tigres asediados de la región
La caza furtiva amenaza a los tigres de Tailandia
Los tigres en estado salvaje están en peligro crítico en el resto de sus áreas de distribución en el sur y sureste de Asia, pero eso no ha impedido que los cazadores furtivos continúen cazando a los depredadores icónicos en cualquier oportunidad que tengan.
Un ejemplo de ello es el reciente descubrimiento de las pieles de dos tigres en el centro de Tailandia, en la frontera del país con Myanmar. Las pieles fueron encontradas por guardaparques tailandeses en un campamento dentro de un bosque protegido donde cuatro sospechosos acababan de dejar carne de tigre asándose en una parrilla y lograron huir.
De hecho, los guardabosques habían sido alertados de la presencia de los presuntos cazadores furtivos por el humo que salía de su fogata.
“Al ver la unidad de patrulla, [los sospechosos] se levantaron y huyeron. Los oficiales los persiguieron, pero no lograron atrapar a los sospechosos, quienes parecían conocer las pistas a seguir en el área”, informó un diario local.
“Cuando inspeccionaron el campamento, los miembros de la patrulla se horrorizaron al encontrar la carne de dos tigres de Bengala asados en el lugar. Cerca se estaban secando las pieles de los tigres. Los funcionarios también encontraron cuatro armas y otros 29 artículos en el sitio”, explicó el diario. “Se encontró un cadáver de vaca, que se cree que se usó como cebo para atraer a los grandes felinos, atado a un árbol de bambú cercano”.
Poco después, los presuntos cazadores furtivos, cuatro hombres tailandeses de unos 30 años, se entregaron a la policía y les dijeron a los funcionarios que habían decidido matar a los tigres porque los grandes felinos se habían estado aprovechando de sus vacas.
Tigres en peligro
Aunque se ha identificado que los depredadores muertos pertenecen a la subespecie de Bengala, los tigres de Bengala no son autóctonos de Tailandia, que es el hogar de la variedad indochina. En cualquier caso, la pérdida de dos tigres salvajes a manos de los cazadores furtivos es un duro golpe para los esfuerzos de conservación en la nación del sudeste asiático, cuya población de tigres salvajes ahora es de menos de 200 individuos.
Sin embargo, es alentador que Tailandia haya progresado en el aumento de sus poblaciones de tigres dentro de varios complejos forestales protegidos, incluso cuando los tigres de Indochina han sido declarados funcionalmente extintos en los vecinos Camboya y Laos, dos países que alguna vez albergaron poblaciones robustas de depredadores rayados.
Las medidas intensificadas contra la caza furtiva, los proyectos de reintroducción y las iniciativas de conservación del hábitat aún pueden cambiar las cosas para los tigres asediados de la región, dicen los expertos.
Sin embargo, tales esfuerzos no están exentos de desafíos. “Las trampas son muy difíciles de controlar porque las trampas son baratas y una sola persona puede colocar cientos y, a veces, miles de trampas”, señaló un experto .
Por Daniel T. Cross. Artículo en inglés