Luis Alberto Alonso

La maestra Elba Esther Gordillo no podía quedar libre en una mejor fecha que justo horas antes de la coronación legal de Andrés Manuel López Obrador ante el Tribunal Electoral. Como hada madrina que se alista para ir al auxilio de su protegido en desgracia, este viejo monstruo de la política mexicana ya saborea el retorno al escenario público de la Cuarta Transformación con suaves palabras de apoyo del mismo presidente electo y Olga Sánchez Cordero, quienes defienden la libertad de todos “los perseguidos, los chivos expiatorios”.

“Yo respaldo la decisión del Tribunal. Creo que (Elba Esther) sí merecía la libertad”, dijo la futura secretaria de Gobernación, luego de darse a conocer la absolución por diversos delitos que habrían llevado de vacaciones penitenciarias a la reina de las cirugías plásticas (con cuestionables resultados) desde el 26 de febrero de 2013.

Eso sí, aclaró que todo esto no es más que una “coincidencia histórica”. Recuerde que estamos en la Cuarta Transformación, una fantasía hecha realidad, donde los sueños de libertad y poder se cumplen, especialmente para los “perseguidos”.

¿Estamos?

Si el amable lector aún duda de tal posibilidad, es necesario que reviva la redención de “La Maestra” que el austero mesías con trajes Hugo Boss, reloj Tiffany de 80 mil pesos y zapatos de 15 mil módicas monedas del águila llevó a cabo durante años:

“15 días antes de la elección, la cacique sindical quería un acuerdo conmigo”: agosto de 2016;

“Salinas de Gortari, Elba Esther, Fox, todos son de la mafia del poder (…) Ella le ayudó a Calderón en el fraude electoral”: noviembre de 2011;

“No calumnien”: mayo de 2017, cuando José Fernando González (yerno de Gordillo) opera para Morena en el Estado de México y preparar la llegada del nieto de “La Maestra”, René Fujiwara, a la Cuarta Transformación;

“No haré leña del árbol caído, la prisión domiciliaria a Elba Esther es su derecho”: diciembre de 2017;

“Sí (es corrupta). (José Fernando y René) me están ayudando. Quienes usaron a La Maestra la convirtieron en chivo expiatorio. Yo tengo una debilidad, no me gusta que se ensañen con la gente, respeto a los perseguidos, a los presos”: mayo de 2018, durante su entrevista en Tercer Grado.

Tal giro de trama y contradicción en apenas dos minutos no puede ser otra cosa que un claro ejemplo del recurso dramático deus ex machina (la acción de una deidad que resuelve toda contradicción lógica y material).

Aplausos a la Cuarta Transformación.

Benditos sean los perseguidos y chivos expiatorios, porque de ellos será el reino de AMLO.

Pejezombies, llevad la buena nueva a todos los rincones de México.

La última y nos vamos…

¿Alguien ha visto a Margarita Martínez Fisher? Sí, la excandidata del PAN a la alcaldía de Miguel Hidalgo.

Si la ven, díganle que el consejero del INE, Ciro Murayama, encargado de los trabajos de fiscalización, le contestó en el mismo espacio donde lo acusó de omiso ante sus quejas. De acuerdo con don Ciro, si bien se apercibió y hasta sancionó a Víctor Hugo Romo por rebases en el tope de campaña, las 28 mil pruebas de la suspirita azul están plagadas de acusaciones sin fundamento, por no decir ridículas.

Peor aún, el mismo Ciro, pero Gómez Leyva, dijo que es una “mentirosa” por acusar a Murayama de haberse lavado las manos al recibir las quejas.

Qué manera de echar a perder un buen trabajo legislativo de tres años, Margarita.

Lo pregunté ayer y lo pregunto hoy de nuevo ¿quién te asesora?