Greenpeace México exige a la ASEA la cancelación inmediata del gasoducto Extensión Sureste, también llamado por TC Energy “Puerta al Sureste”
No al Gasoducto Puerta al Sureste en Veracruz
Se realizó la proyección de un vídeo en la plancha del Zócalo de la Ciudad de México, el corazón político de nuestro país. En dicho vídeo se muestra un poderoso mensaje sobre los riesgos que implica el gasoducto “Puerta al Sureste”, proyecto de la trasnacional TC Energy, que pretende conectar el gas texano con el sur de México.
Este mensaje forma parte de la campaña que Greenpeace México ha hecho llegar a las autoridades mexicanas desde mayo de este 2023 con el objetivo de exigir la cancelación de este gasoducto debido a las faltas graves en el procedimiento y a los riesgos que implica para los ecosistemas marinos veracruzanos.
Fue gracias a la visita en México del barco de Greenpeace Arctic Sunrise, equipado con tecnología punta de lanza en investigación submarina, y de la mano de diversos investigadores expertos en arrecifes coralinos y del Colectivo Interdisciplinario de Ciencia Aplicada y Derecho Ambiental A.C. (CICADA A.C.); que hoy sabemos que existen ecosistemas arrecifales poco estudiados, que aún no están protegidos y serán afectados por dicha infraestructura.
Greenpeace México exige a la ASEA la cancelación inmediata del gasoducto Extensión Sureste, también llamado por TC Energy “Puerta al Sureste”. Asimismo, se exige a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, considerar el principio de precaución y proteger formalmente los Ecosistemas Arrecifales Mesofóticos (EAM) del estado de Veracruz documentados por Greenpeace y que no cuentan con alguna categoría de protección y/o planes de manejo. Estos ecosistemas arrecifales proveen beneficios ambientales sumamente importantes en nuestro país como protección a las costas, mitigación del cambio climático, y son una fuente de alimento y trabajo para las comunidades costeras.
Toda está información se podrá consultar en nuestra investigación más reciente a bordo del Arctic Sunrise, que se publicará el próximo 30 de septiembre en conferencia de prensa.
Este nuevo gasoducto sería la extensión del gasoducto Sur de Texas-Tuxpan, actualmente el único gasoducto marino que existe en México. Según la información disponible, esta construcción será también submarina. En el mismo sitio web de TC Energy, la empresa canadiense (antes conocida como TransCanada) presume que el gasoducto Sur de Texas – Tuxpan incrementó en un 40% la capacidad de importación de México y que lo anclará al consumo de gas estadounidense por –al menos– 40 años más.
Además de los problemas que trae consigo la extracción de gas fósil en su origen, la construcción de gasoductos y su posterior operación resultan problemáticos debido a que tienen efectos negativos en el medio ambiente y en las comunidades cercanas, como:
- Contaminación del aire y del agua durante la construcción: Durante la construcción se emiten gases contaminantes y partículas finas al aire, lo que puede provocar problemas de salud en las personas que viven cerca del gasoducto. También existe el riesgo de derrames de sustancias químicas que pueden contaminar las fuentes de agua locales.
- Destrucción de hábitats naturales: La construcción de gasoductos marinos requiere transformación de hábitats naturales, lo que tendrá un impacto negativo en la flora y fauna, en este caso específico sobre los arrecifes veracruzanos.
- El impacto negativo en las comunidades locales: La construcción de gasoductos a menudo implica el desplazamiento de comunidades locales, lo que puede tener efectos sociales y económicos negativos a largo plazo. Muchas de las comunidades de la costa viven de la pesca, la afectación de los arrecifes impacta también en la disponibilidad de peces, dejando sin sustento a miles de personas.
- Fugas y explosiones: Los incidentes son inevitables como ya lo hemos visto en siniestros de la industria fósil recientes como la explosión de Nohoch en la sonda de Campeche o la explosión del ducto de TC Energy en Strasburg, Virginia (Estados Unidos) en julio pasado. Esto es un riesgo constante y continúo para flora, fauna, pesca y comunidades locales.
- Cambio climático: La producción, transporte y uso de gas fósil es responsable del 25% de emisiones de metano en el mundo ..
Es importante recordar que, el gas fósil no es un gas limpio ni seguro como ha querido venderlo la industria. En México, el sector petróleo y gas es responsable del 9.61% de las emisiones de metano[1], de acuerdo al Inventario Nacional de Gases y Compuestos Efecto Invernadero (2021). Existen estudios que afirman que existe una discrepancia significativa en las estimaciones de emisión de metano oficiales, mediante observaciones satelitales y observaciones en sitio se afirma que las emisiones reales son hasta 105% más altas.
Según Pablo Ramírez, campañista de energía y cambio climático de Greenpeace México: “Es muy importante repensar la política energética de nuestro país, tomando en cuenta elementos fundamentales en el contexto actual: la crisis climática y la necesidad de reducir emisiones y adaptar a nuestro país a los impactos cada vez peores del cambio climático.
La necesidad de transitar hacia un modelo energético que no nos haga dependientes de Estados Unidos y que permita a las comunidades que han sido excluidas históricamente de la energía, ser parte toral, tanto en la producción como en el consumo, a través de proyectos descentralizados de energía renovable que rompan con el modelo centralista de megaproyectos de despojo y de violencia.
Energía para la gente, energía como habilitadora para la adaptación al cambio climático y para nuevas formas de organización comunitaria y colectiva en el campo y en la ciudad”.
[1]. Shen, L., Zavala-Araiza, D., Gautam, R., Omara, M., Scarpelli, T., Sheng, J., Sulprizio, M. P., Zhuang, J., Zhang, Y., Qu, Z., Lu, X., Hamburg, S. P., & Jacob, D. J. (2021). Unravelling a large methane emission discrepancy in Mexico using satellite observations. Remote Sensing of Environment, 260, 112461. https://doi.org/10.1016/j.rse.2021.112461