A más de un mes de transcurridas las elecciones, aún hay dispersa basura electoral en calles de la Ciudad de México
Insuficiente la recolección de basura electoral
La falta de respuesta de partidos políticos y coaliciones en torno a las solicitudes de información acerca de los materiales utilizados en pendones y lonas plásticas usados en el proceso electoral 2023-2024, la carencia de un plan de recuperación de esta propaganda electoral que garantice su correcto reciclaje y la nula acción para calcular y hacer pública su huella plástica, hacen insuficiente la recolección de basura electoral y contribuyen a agravar la crisis ambiental en la que nos encontramos, considera Greenpeace México.
El pasado 15 de julio, Greenpeace envió una carta dirigida a la Lic. Guadalupe Taddei Zavala, Presidenta del Consejo General del Instituto Nacional Electoral, haciendo referencia al problema de la basura electoral.
En ella, se expresó la gran preocupación por la cantidad de lonas, pendones y otros artículos con los cuales los partidos políticos, personas candidatas y coaliciones electorales promovieron su imagen inundando puentes, paredes, postes y calles de las ciudades.
De acuerdo a la Fundación por el Rescate y Recuperación del Paisaje Urbano, en este proceso electoral se generaron entre 25 y 30 mil toneladas de residuos electorales tan solo en la Ciudad de México. Si bien no hay datos a nivel nacional, es una situación que debe atenderse urgentemente y se deben generar medidas para prevenir la recurrencia de esta situación en próximos procesos electorales.
Durante el periodo electoral, Greenpeace buscó soluciones a este problema enviando cartas y comunicaciones vía redes sociales a partidos y personas candidatas, principalmente a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México y a la Presidencia de la República, sin recibir respuesta alguna. Las principales peticiones enviadas fueron:
Hacer público el informe que se exige a los partidos políticos y coaliciones en el Reglamento de elecciones del INE sobre los materiales utilizados en la producción de la propaganda electoral, en el que se debe especificar el nombre y ubicación de los proveedores contratados, el plan de reciclaje de la propaganda electoral a utilizar, el tipo de material con el que están hechos (si son reciclables y libres de tóxicos) y los certificados de calidad de la resina utilizada en la producción de la propaganda electoral impresa en plástico.
Publicar un plan de recuperación de toda la propaganda electoral impresa al cierre de las campañas con medidas claras y realistas sobre qué se hará con esos residuos para evitar que lleguen a los rellenos sanitarios o la naturaleza.
Calcular y hacer pública su huella plástica, es decir, la cantidad de materiales de propaganda electoral impresos, así como un compromiso para reducir esta cantidad de materiales a imprimir en al menos 75%.
Avanzar hacia nuevas formas de hacer campañas mediante el uso de herramientas digitales y redes sociales que no impliquen la generación de basura.
Al no recibir respuesta de ningún partido o persona candidata, el 21 de mayo Greenpeace elevó la presión con una visita a las sedes nacionales en la CDMX del PAN y Morena, como líderes de las dos principales coaliciones electorales, en la que les regresó parte de la basura electoral de sus candidatas como forma de mostrar que esa basura es suya y que debían hacerse responsables de la misma.
A través de la Plataforma Nacional de Transparencia, Greenpeace solicitó a los partidos la información antes enlistada, resultando que el único partido político que compartió su plan de reciclaje fue Movimiento Ciudadano. El resto de partidos expresaron que por Ley no tienen obligación ninguna de contar o generar esa información. El PRI compartió datos aislados sobre número de piezas compradas y proveedores. Pero ninguno de los partidos compartió un documento integral que incluyera toda la información que la ley exige.
Por su parte, el INE respondió a la solicitud de información compartiendo todos los documentos que los partidos políticos le entregaron, como planes de reciclaje de los proveedores contratados para la impresión y colocación de la propaganda electoral. Sin embargo, de nueva cuenta pudo observarse que si bien al INE los partidos sí entregaron documentación referente a la basura electoral ésta carece de los mínimos que exige la ley, por ejemplo los proveedores confunden reutilización con reciclaje y no contienen planes concretos ni integrales de recolección, acopio y reciclaje de las lonas y pendones.
A más de un mes de efectuadas las elecciones, seguimos viendo basura electoral dispersa en algunas colonias de la CDMX, y la recolección de la misma ha sido insuficiente: de acuerdo con el portal Expansión se han recolectado en CDMX solo cerca de 45 toneladas, en tan solo 6 de las 16 alcaldías de la capital.
Ornella Garelli, campañista de Océanos sin Plásticos de Greenpeace México, señaló: “Es inadmisible que en medio de una triple crisis ambiental (climática, por contaminación plástica y de pérdida de biodiversidad), los partidos políticos y personas candidatas decidan inundar nuestras ciudades con basura electoral que solo agrava estos problemas ambientales, y peor aún que es pagada con nuestros impuestos”.
Por todo esto, es imperativo que la propaganda electoral impresa quede prohibida en los próximos procesos electorales en el país. Greenpeace exhorta al INE, como autoridad electoral, a liderar este cambio. En los últimos años, especialmente después de la pandemia por COVID-19, surgieron herramientas alternativas para hacer campañas, como las plataformas digitales. Estas pueden tener un abanico de posibilidades para alcanzar a los electores sin implicar afectaciones ambientales.
Greenpeace exige a las autoridades electorales y partidos políticos que no se repita el lamentable escenario de contaminación plástica vivido en el pasado proceso electoral. La ciudadanía mexicana ya está cansada de que se generen toneladas de lonas y pendones, pagados con gasto público, cuyo destino final pueda ser la acumulación en vertederos o en el medio ambiente o peor, la incineración de estos, agravando la crisis climática y ambiental que vivimos. La basura electoral es una mala elección.