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A una década de su fundación, más allá de celebrar cifras, Reina Madre se posiciona como un caso emblemático de emprendimiento social con impacto real

Reina Madre apuesta por la digitalización

En México la mortalidad tratable es 127% mayor que el promedio de la OCDE y el gasto en salud per cápita es 73% inferior, una startup mexicana ha logrado consolidar un modelo de atención médica rentable, escalable y enfocado en una de las mayores brechas del sistema: la salud de la mujer.

Reina Madre apuesta por la digitalización
El siguiente paso estratégico es la transformación digital

Grupo Reina Madre, la red privada especializada en atención femenina, celebra su décimo aniversario con una apuesta clara por la digitalización como palanca para ampliar su impacto y mejorar el acceso a servicios médicos de calidad.

Fundada en 2015, la compañía identificó un segmento desatendido en el mercado: mujeres y familias dispuestas a pagar por un servicio médico digno, pero sin la capacidad económica para acceder a los hospitales privados tradicionales. Desde entonces, Reina Madre ha construido un modelo híbrido que combina especialización médica, eficiencia operativa y alianzas estratégicas para ofrecer servicios entre 30% y 50% más accesibles que el promedio del sector privado.

“Detectamos una gran oportunidad entre dos extremos: hospitales privados con precios fuera del alcance y un sistema público saturado”, explica Juan Esteban Moctezuma, cofundador y co-CEO de la compañía. “Nuestro objetivo fue crear clínicas especializadas que ofrecieran atención médica de alta calidad, pero con una experiencia humana, cercana y accesible”.

El proyecto inició cuando Moctezuma y Vicente Estévez, inspirados por modelos de atención accesible observados en países como India, decidieron desarrollar en México una propuesta que combinara innovación, eficiencia y especialización. El primer hospital abrió en Toluca y posteriormente evolucionó a un modelo “asset-light” basado en clínicas ambulatorias, con alianzas hospitalarias para servicios de mayor complejidad.

Diez años después, la red suma 15 clínicas y una unidad hospitalaria, ha atendido a cerca de 2 millones de mujeres, realiza más de 37 mil consultas mensuales y ha acompañado más de 25,700 nacimientos. En materia de impacto clínico, destaca la detección oportuna de VPH, que ha permitido salvar más de 3,350 vidas. En términos de experiencia del paciente, la empresa mantiene un Net Promoter Score superior a 85, un indicador poco común en el sector salud.

“Nuestro modelo beneficia a todos los actores: médicos, pacientes y hospitales aliados”, añade Moctezuma. “Generamos flujo constante de pacientes para especialistas, negociamos tarifas competitivas con hospitales y garantizamos precios justos para las familias”.

El siguiente paso estratégico es la transformación digital. Ante un call center que procesa más de 60 mil interacciones mensuales, la compañía desarrolla su propio sistema de agendamiento y expedientes clínicos electrónicos para unificar la experiencia del paciente y aumentar la eficiencia operativa. La digitalización, aseguran sus directivos, será clave para escalar sin sacrificar calidad.

La oportunidad de crecimiento es amplia: solo 25% de los nacimientos se atienden en el sector privado y menos de 10% de los mexicanos cuentan con seguro médico privado. En este contexto, modelos accesibles y especializados como Reina Madre podrían redefinir el panorama de la atención médica privada en el país.

A una década de su fundación, más allá de celebrar cifras, Reina Madre se posiciona como un caso emblemático de emprendimiento social con impacto real: una empresa que demuestra que es posible generar valor económico mientras se contribuye a cerrar una de las brechas más profundas del sistema de salud en México.