Según el Amazon Oil and Gas Tracker de GOGEL, hay más de 650 bloques de exploración y producción de petróleo y gas en toda la cuenca amazónica
América Viva: la transición no se quema
En una COP que se juega entre la vida y el colapso, Climate Action Network-International, Climate Action Network Latin America (CANLA) junto a redes y organizaciones aliadas de la región han lanzado hoy la campaña ‘No al gas en América Latina’ bajo el lema «América Viva: Transición sin gas ya».

La iniciativa expone los impactos nocivos del gas fósil, cuestiona su falso papel como fuente de energía de transición y promueve soluciones reales basadas en la justicia climática, equidad y los derechos humanos.
“La idea de que debemos usar gas fósil como combustible de transición en la región de América Latina es una falsa narrativa que se busca imponer desde el Norte Global, como una forma de neocolonización que nos aleja de las energías renovables. Los proyectos de gas fósil nos convierten en zonas de sacrificio, violando derechos humanos, destruyendo el medio ambiente y agravando la crisis climática”, afirma Margarita Campuzano, directora de Comunicación del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, A.C. (CEMDA).
A pesar de los efectos de la crisis climática, que se intensifican en América Latina, varios gobiernos como Brasil, Perú, Colombia, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Guyana, Surinam y Francia (Guayana Francesa) siguen apostando por el gas como una falsa solución ante la emergencia climática.
“América Latina está en un punto de inflexión. Mientras la crisis climática avanza con una velocidad devastadora, nuestra región sigue siendo empujada hacia un camino que profundiza la dependencia fósil: la expansión del gas. Un gas que se nos presenta como solución, como puente, como transición, pero sabemos que no lo es”, Marco Jiménez, Director de Comunicaciones CEUS Chile.
Una falsa alternativa con consecuencias devastadoras
“El gas es un combustible fósil que demora aún más los cambios urgentes en los sistemas energéticos y agroalimentarios que debemos implementar para revertir los impactos de la crisis climática. Representa una herramienta de dominio geopolítico y de neocolonización que erosiona la soberanía energética de muchos países en el Sur Global. No es una fuente energética sustentable, desplaza comunidades locales, impacta de forma negativa en la salud de las personas y destruye ecosistemas esenciales para la protección del clima”, asegura Alejandro Alemán, Coordinador de CAN-LA.
Según el Amazon Oil and Gas Tracker de GOGEL, hay más de 650 bloques de exploración y producción de petróleo y gas en toda la cuenca amazónica, de los cuales casi la mitad ya están activos, amenazando directamente la biodiversidad y los derechos de los pueblos indígenas, ya que más del 30% de estos bloques se solapan con territorios indígenas o áreas naturales protegidas.
“Pensar que se puede hacer una transición energética justa aumentando la extracción e inversión de gas no solo es contradictorio, sino perverso, y una burla a las comunidades que histórica y sistemáticamente han padecido los impactos del extractivismo hidrocarburífero. La falta de acceso a elementos naturales y vitales como agua potable, la tierra y el alimento que en ella se cosecha, así como un aire limpio para respirar, es el precio que paga la narrativa del gas para la transición. Ese precio lo pagan en la mayoría de los casos poblaciones indígenas, afros, campesinas, y de acuerdo a la OMS, los niños, niñas y personas mayores son quienes más ven afectada su salud por la presencia del gas en los hogares”, Amarilys Esther Llanos Navarro, Coordinadora Movimiento Cesar sin fracking y sin gas.
Esta tendencia regional hunde a la región en más deuda, riesgo, desigualdad y crisis climática ya que la expansión del gas y el petróleo en la Amazonia podría liberar más de 8.000 millones de toneladas equivalentes de dióxido de carbono, según datos de GOGEL, socavando los compromisos climáticos nacionales y mundiales.
“El gas es un combustible fósil, y tenerlo como elemento de la transición da al traste -aún más- con las metas de disminución de la emisión de gases de efecto invernadero, anticipando el reemplazo del dióxido de carbono por metano en la atmósfera, con la consecuencia de acortar los tiempos de calentamiento planetario. Se trata de la preocupación actual de la humanidad, dada la potencia de calentamiento que tiene: 86 veces mayor que el CO2, en un horizonte de 20 años. El gas no es natural, si destruye lo esencial”, concluye Amarilys Esther Llanos Navarro, Coordinadora Movimiento Cesar sin fracking y sin gas.
A través de esta campaña, los movimientos por el clima en la región pretenden crear conciencia sobre la expansión del gas en América Latina y mostrar sus verdaderos impactos, así como mandar un mensaje claro a los tomadores de decisiones: el gas no es una solución, es una salida falsa que retrasa la acción climática y perpetúa la dependencia de los combustibles fósiles.
Para más información sobre la campaña: https://www.dontgaslatinamerica.org/
