Como cuidadores, desarrollamos vínculos afectivos con nuestras mascotas, por ello, su despedida duele. Reconocerlo no es debilidad, es empatía
Cómo afrontar estas fiestas sin tu animal de compañía
Estas fiestas decembrinas no serán iguales para muchas familias. La ausencia de una mascota deja un silencio profundo y costumbres que ya no sucederán. Para transitar este momento, Bye Bye Friend, el primer Santuario Funerario para Mascotas, acompaña a quienes enfrentan la ausencia de ese compañero, invitando a honrar su memoria.

Las celebraciones de fin de año, son la oportunidad de estar en familia. Para aquellos que perdieron recientemente a su mascota, puede convertirse en un momento de profunda nostalgia. La ausencia de ruido en el pasillo donde antes se escuchaban patitas, el espacio donde solían descansar o la tradición de abrir regalos con ellos, se siente diferente. Sin embargo, el amor que se construyó prevalece. No se trata de olvidar, sino de aprender a recordar sin que duela tanto.
Ana Febles, psicóloga y tanatóloga especialista en duelo animal explica que “pese al dolor, recordar es también la forma más poderosa de permanecer. Las mascotas forman vínculos reales con nosotros, y despedirlas duele. Reconocerlo no es debilidad, es humanidad. Por ello, en compañía de nuestras familias podemos crear pequeñas ceremonias que ayuden a dar sentido a la ausencia. Encender una vela, poner una foto cerca del árbol o escribir una carta, son actos sencillos que nos permiten agradecer. No buscamos revivir el dolor, sino honrar su compañía.”
Recordar es el puente más noble entre el dolor y la gratitud. La memoria es una forma de amor, y para ello podemos realizar diferentes acciones que nos permitan honrar su vida, como colocar su collar en un sitio especial o contar anécdotas en familia.
Para honrar su amor incondicional, Bye Bye Friend integró la experiencia del Último Viaje de la mano de tanatólogos especializados para ayudar a cerrar la conexión emocional con ellos. A través de la Carta del Corazón que se deposita en el Árbol de los Guardianes.

“Desde la tanatología se sabe que prepararse ayuda a disminuir el dolor posterior. En el caso de las mascotas, no es diferente. Planear su despedida también es un acto de amor. Hacerlo con anticipación reduce la angustia y la urgencia. Ocuparnos de este tema de manera anticipada no es frialdad, es responsabilidad y amor” destaca Ana Febles.
Esta temporada decembrina, suele destacar lo que nos falta: un sonido, un olor, un paseo. Para muchos tutores, es la primera temporada sin compañía en la mañana del 25 de diciembre y el inicio del año nuevo. Ante ello es importante reconocer que el amor continúa de otras formas: manteniendo viva su memoria, reconociendo su impacto positivo en nuestras vidas y en la calma de haberlo cuidado hasta el final. Una mascota no muere cuando deja de respirar, muere cuando dejamos de recordarla, por eso, su huella es para siempre.

