Con composta inoculada con biofertilizantes y una disminución del 75% de la fertilización química logran elevar rendimientos en maíz en parcelas comerciales
Con biofertilizantes logran 17% rendimiento en maíz
Entre los principales retos que enfrenta el campo mexicano y particularmente el de Sinaloa, están el agotamiento de sus recursos naturales, el deterioro de los suelos, la escasez de agua y un aumento excesivo en los costos de producción para los agricultores, por lo que es prioritario que el nuevo gobierno de la entidad implemente un programa piloto para disminuir y hacer más eficiente el uso de fertilizantes químicos que, en mucho, han contribuido a generar dicha situación, y se han convertido en el insumo agrícola más contaminante, ineficiente y caro.
En el estado de Sinaloa, Biofábrica Siglo XXI y Vioache –empresa de SuKarne que aprovecha desechos de sus unidades de producción cárnica para producir composta– han desarrollado un producto con la combinación de composta y microorganismos benéficos (biofertilizantes), que ha sido probado en diversos cultivos en la entidad con muy buenos resultados.
En el caso del maíz, en el ciclo 2020-2021, su aplicación posibilitó aumentar rendimientos promedio de 10.4 toneladas por hectárea a 12.2 toneladas, es decir, 17% respecto del testigo.
Lo anterior, se logró usando un paquete tecnológico que contempló la disminución de fertilizante en 75% y una reducción en el costo de fertilización de 1,000 pesos por hectárea, destacó el director general de Biofábrica Siglo XXI, Marcel Morales Ibarra.
Pero además del aspecto productivo, añadió, lo más importante es que con el uso de la biocomposta (composta inoculada con biofertilizantes) se logra un proceso de regeneración de los suelos, los cuales en el caso de Sinaloa, han sido seriamente afectados por el excesivo uso de agroquímicos.
En primer lugar tenemos que con el uso de la biocomoposta se logró un incremento del 60% (de 7.3 a 9.9 toneladas por hectárea) en la producción de la masa radicular, la cual es una aportación directa de materia orgánica imprescindible para la regeneración de los suelos. Por otro lado, la vida microbiana del suelo mejoró notablemente, ya que aumentó la diversidad de las bacterias y la cantidad de éstas se elevó más de diez veces con respecto al testigo.
El experto en bioinsumos explicó que lo anterior es muy importante, ya que, con el uso de fertilizantes nitrogenados como la urea o el amoniaco anhidro, el cultivo requiere que el amonio se transforme a nitratos y nitritos –que es la forma directa en que la planta aprovecha el nitrógeno–, las encargadas de realizar dicho proceso son las llamadas bacterias nitrificantes, las cuales prácticamente han desaparecido de los suelos de Sinaloa y de muchas partes de México, lo que genera un alto nivel de ineficiencia de los fertilizantes nitrogenados.
El uso de biofertilizantes permite su regeneración y la permanencia de los microorganismos benéficos necesarios para alcanzar su equilibrio.
Otro aspecto fundamental del uso de esta tecnología es que, al incrementarse el sistema radicular, se logra un uso más eficiente del agua, lo cual es un aspecto fundamental en una entidad donde la escasez de agua se está volviendo crónica y es un problema serio.
Marcel Morales considera que el cambio de gobierno en esta importante entidad agrícola es una enorme oportunidad para implementar políticas públicas que incentiven el uso de tecnologías innovadoras que permitan regenerar la tierra desde su raíz, devolviéndole su fertilidad, permitiendo una mayor retención de agua, aumentando rendimientos e ingresos para los productores, así como producir productos más saludables y amigables con el medio ambiente.
Consumo de fertilizantes químicos en México
El director de Biofábrica Siglo XXI refiere que de acuerdo con cifras oficiales del SIAP el consumo nacional de fertilizantes en 2020 fue de 6.5 millones de toneladas, cifra 10.3% mayor a la del 2019, “pero el problema es que de todo este volumen solo se aprovecha entre 20% y 30%, mientras que entre 70% y 80% se desperdicia y contamina todo a su paso, además de ser un desperdicio de dinero para el productor”, subraya el experto.
Por si fuera poco, según dicho organismo, en 2020 la producción de fertilizantes en México fue de 2.3 millones de toneladas, la más baja desde 2013, lo que significa que más del 80% del consumo nacional de fertilizantes es importado.
Consideró que estos datos constatan la ineficiencia de los fertilizantes químicos, que en sus inicios allá por los años setenta tenían una eficiencia del 90%, es decir, por cada 100 kilos aplicados se aprovechaba 90; pero ahora la mayor parte se desperdicia.
Por ello, el director de Biofábrica Siglo XXI afirma que es prioritario que la Cuarta Transformación llegue a las parcelas agrícolas a través del uso de tecnologías sustentables que reviertan esta tendencia y que mejoren la rentabilidad de los agricultores del país.