Nunca presentemos a nuestro gato por primera vez llevándolo en brazos, ya que, en una situación de estrés, puede terminar arañándonos de forma involuntaria
Consejos para que tu lomito y tu michi sean amigos
Imagina que este año tú eres el anfitrión de la cena anual decembrina y tras pasar horas y horas en la cocina preparando todo un festín para tus invitados y después de que llegan, por las prisas de arreglarte y afinar los últimos detalles, olvidas separar a tus dos mascotas, un perro y un gato, quienes pronto convierten la velada en una guerra campal en medio de tus invitados, pues aún no están acostumbrados a convivir.
Si uno de tus más grandes miedos para tomar la decisión de tener mascotas de especies diferentes es aquel famoso dicho “se llevan como perros y gatos”, o peor aún, si ya te ha sucedido, para motivar la felicidad de tu perrito, te compartimos algunos consejos que puedes seguir para que tu michi y tu lomito se lleven de maravilla y puedas disfrutar de paz y tranquilidad en tu hogar; no solo en esta temporada, sino siempre.
Al ser animales muy sociales, no es para nada raro que ambas especies pueden convivir perfectamente con sus dueños si la relación es únicamente entre ellos, sin embargo, en ocasiones esto se puede volver un poco más complejo si a la ecuación le agregamos a un miembro de la otra especie.
Los primeros pasos
Para facilitar la situación, lo ideal es que ambas mascotas convivan desde cachorros, pues ambos poseen un periodo de socialización en esta etapa de la vida. Por un lado, los lomitos la presentan alrededor de las 3 y las 12 semanas, mientras que para los gatos tiene lugar entre las 2 y las 9 semanas. Durante esta etapa, tanto perros como gatos viven más fácilmente el proceso para acostumbrarse a la presencia de otras especies ya que son mucho más adaptables.
Sin embargo, si esto no es posible y uno o ambos ya son adultos al momento en que se inicie la convivencia, una de las primeras acciones que se pueden tomar son aquellas que faciliten la identificación de los olores de la otra mascota. Aquí, una opción es intercambiar entre ellos juguetes, mantas o platos de comida.
En el caso de una manta, no se deberá de frotar con la manta de uno a la otra mascota, sino más bien presentársela para que simplemente la huela. Otro paso es que las mascotas sean colocadas en cuartos contiguos, pues eso no solo hará más fácil que se huelan mutuamente, sino que también permitirá que se acostumbren a los sonidos que cada uno emite.
Establece un área neutral
También es recomendable establecer una “zona segura” o “espacio neutral” especialmente diseñada para el nuevo miembro de la familia y donde podamos bloquear fácilmente el acceso a la otra mascota ya que, con esto, sabrá que ese espacio es suyo y que ahí puede estar seguro y podrá recurrir en caso de sentirse amenazado.
Este lugar deberá de estar equipado con todo lo necesario, desde platos para alimento y agua y juguetes, hasta areneros o rascadores en el caso de un gato. Esta zona no deberá de permanecer siempre, pues con el tiempo, ambas mascotas deberán ser capaces de convivir en todo tu hogar.
El primer acercamiento
Si tu lomito es el adulto y, sobre todo, es de una raza grande, lo recomendable para hacer la primera presentación es que lleve siempre su correa, aunque es importante que esta nunca esté tensionada, pues esto es inmediatamente interpretado de forma negativa por nuestro lomito.
Por el contrario, debemos de mostrar calma y seguridad. Si actúa con tranquilidad, es recomendable premiarlo, lo cual puede ser desde una caricia o palmaditas, hasta con algunos de sus premios favoritos con sabor a carne, ambos hechos para perros de todas las edades. Así, él sabrá que ese comportamiento es el adecuado y que no existe ninguna amenaza.
Si, por el contrario, nuestro perro actúa agresivo, ladra o gruñe, lo debemos separar con calma y sin regaños. Una buena práctica es llamarlo por su nombre para llamar su atención. Dependiendo del caso, es probable que debamos de repetir este proceso por varios días hasta que nuestro lomito tome más confianza. Algo importante de estos primeros encuentros, es que nunca permitamos que nuestro michi se sienta acorralado, pues esto le generará una mayor desconfianza.
La alimentación y otros puntos a considerar
Nunca presentemos a nuestro gato por primera vez llevándolo en brazos, ya que, en una situación de estrés, puede terminar arañándonos de forma involuntaria. Por el contrario, lo mejor es dejarlo suelto en la habitación permitiéndole total movilidad y, en caso de que así lo decida, podrá dirigirse a su zona segura.
La alimentación es, desde luego, un tema fundamental. Por una parte, se recomienda servir la comida primero a la mascota que lleva más tiempo en la casa, en caso de que sea el caso, esto para evitar que se sienta desplazada. Por el contrario, para la mascota que recién llega a la familia, casi todas las reglas son nuevas, de modo que podrá y deberá adaptarse a ellas.
Es importante separar los alimentos, pues cada especie tiene necesidades diferentes y un alimento indicado para ellos, les proporciona los nutrientes que realmente necesitan.
Antes de que las mascotas convivan, lo mejor es consultar a tu médico veterinario, quien, tras una evaluación, te dirá si alguno de ellos necesita algún tratamiento y, de estar forma, evitar que contagie al otro. En general, debemos de ser pacientes e ir esperando cambios en su comportamiento de forma gradual, ya que, si forzamos las cosas, es probable que las cosas no resulten tan bien como pensamos. No debemos castigar a ninguna de las dos mascotas, lo mejor es intervenir para separarlos hasta que estén más calmados y volver a repetir el proceso. Una buena educación es la clave para fomentar una buena relación.