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Es innegable que existe un problema grave con las salmoneras, y gran parte de la población rechaza su impacto negativo en nuestros mares

Dejar de comer peces: un paso para salvar los océanos

Ante el rechazo del artículo 158, que buscaba prohibir nuevas instalaciones salmoneras en áreas protegidas -valiosas por sus ecosistemas-, luego de que diversos estudios indicarán el impacto negativo que generan estas “granjas acuáticas” de peces en los océanos, que arrasan con el fondo marino y saturan de antibióticos y pesticidas a los salmones e incluso a otras especies marinas, es importante pensar qué podemos hacer como ciudadanas y ciudadanos para ayudar a nuestros mares y sus habitantes, dada la importancia que tienen para la diversa vida marina, como también para nosotros mismos.

Dejar de comer peces: un paso para salvar los océanos
La opción está en nuestras manos: dejemos de comer peces y demos un paso adelante para preservar la belleza y la riqueza de nuestros océanos para las generaciones venideras

Ante esta interrogante, vuelve a levantarse el llamado de quitar a los peces del menú, una iniciativa que comenzó la organización internacional Veganuary para dar cuenta de la importancia que tienen nuestras acciones para el futuro de nuestros ecosistemas y los seres que viven en ellos, alzando la campaña #ComeSinPeces, iniciativa que busca que la gente deje de consumir peces -los animales más explotados en el planeta- y elijan opciones vegetales para su reemplazo, no tan solo como un acto para salvar los océanos, sino también por nuestra propia salud.

Es innegable que existe un problema grave con las salmoneras, y gran parte de la población rechaza su impacto negativo en nuestros mares. Por lo tanto, tiene todo el sentido que dejemos de respaldar estas prácticas al evitar consumir sus «productos». Al cambiar nuestra dieta y optar por alternativas vegetales ricas en nutrientes, estaremos enviando un mensaje claro de apoyo a la preservación de nuestros océanos y su frágil equilibrio.

Cada elección que hacemos en nuestra alimentación puede marcar una diferencia significativa en la protección de nuestros mares y la vida marina que depende de ellos. Un futuro sostenible para todos no va alineado con estas industrias.

La opción está en nuestras manos: dejemos de comer peces y demos un paso adelante para preservar la belleza y la riqueza de nuestros océanos para las generaciones venideras