El reporte del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera de Sader, indica bajos niveles de agua en las principales presas
Escasas reservas de agua arriesgan ciclos agrícolas
Salvo las regiones sur y sureste del país, donde las lluvias huracanadas de finales de 2020 dejaron reservas importantes de aguas superficiales y subterráneas, el panorama en el resto del país es calificado de alto riesgo para el cumplimiento de las expectativas de producción agrícola y pecuaria de los ciclos otoño-invierno 2020-21 y primavera-verano 2021, alertó Rafael García del Horno, secretario de Finanzas de la Fundación Mejoremos al Campo.
En la región sur del país, se encuentran las presas de gran capacidad y sus niveles de almacenamiento son satisfactorios, con la aclaración de que esos embalses se utilizan para la generación de electricidad y no para riego agrícola.
García del Horno mencionó que, la disponibilidad de agua en presas de almacenamiento para riego, alrededor de 140, al 20 de marzo de 2021, es de 39 mil 394 millones de metros cúbicos. Es decir, mil 691 millones de metros cúbicos menos, respecto a los diez días anteriores y 19 mil 853 millones de metros cúbicos menos, en comparación con la misma decena de 2020.
La región sur presenta el mayor porcentaje de almacenamiento a la fecha, con 43.3 por ciento, y la región noroeste, el menor, con 14.7 por ciento. Esto, de acuerdo con el último reporte del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER).
El registro de almacenamiento en las presas indica que 68 embalses se encuentran al 50 por ciento de su capacidad; 45, se encuentran entre 20 y menos de 50 por ciento, y 25 presas con niveles por debajo de 20 por ciento de su capacidad.
Las presas con mayor porcentaje de almacenamiento a la fecha, son: Marte R. Gómez, en Tamaulipas, con 100 por ciento, y Sabaneta, en Michoacán, con 95 por ciento, mientras que Copándaro, Michoacán, y Abelardo Rodríguez Luján, en Sonora, presentan los porcentajes más bajos de almacenamiento, con menos de 10 por ciento.
Es de señalar, dijo el dirigente campesino, que la presa Gustavo Díaz Ordaz, en el estado de Sinaloa, también conocida como Bacurato, sobre el cauce del río Sinaloa, presentaba, en 2020, un porcentaje de almacenamiento de 53.4 por ciento. Sin embargo, para 2021, la disponibilidad de agua es de 18.7 por ciento, lo que se traduce en 34.7 por ciento menos.
Esto significa que, en la segunda decena de marzo, disminuyeron las precipitaciones pluviales con respecto al mismo periodo del año anterior. No es extraño que, en la época de estiaje, se den en todo el país altas temperaturas, con la consecuente evaporación y escasa o nula presencia de lluvias, sobre todo en la región del valle de México
Técnicos y especialistas en temas relacionados con la disponibilidad de agua para la agricultura y la ganadería, para usos urbanos e industriales, muestran escepticismo en cuanto al cumplimiento de los programas productivos de alimentos y de abasto de agua potable, sobre todo frente a una desnutrición que padece alrededor del 50 por ciento de la población del país, y unos 15 millones de mexicanos que no cuentan con el servicio de agua potable domiciliario.
Al respecto, señaló García del Horno, que el gobierno federal y sus áreas administrativas en esas materias, deberán emprender acciones en el marco de las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas por efectos notables derivados del cambio climático en el mundo.
En el valle de México, donde se presenta una creciente demanda de alimentos y de agua, la escasez del vital líquido se vuelve crítica, considerando que, por una parte, el acuífero subterráneo está sobreexplotado desde hace tiempo, en tanto que el conjunto de presas que surten –vía Sistema Cutzamala— a municipios del estado de México y la propia Ciudad de México, apenas llegan a niveles del 50 por ciento, en espera de que se presenten las primeras lluvias de primavera.
Por último, dijo que, entrado el mes de abril, hay escasez de agua almacenada en las presas del país y limitaciones en los sistemas de riego del ciclo invernal, en particular de las regiones del noroeste, norte y noreste, mientras que, para el ciclo de primavera-verano, con la mayor superficie de cultivo en el país, no existe humedad residual en las tierras para iniciar la etapa de siembra de granos básicos.