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7 de cada 10 adolescentes en internamiento que fueron reclutados por el crimen organizado afirmaron haber pasado por un proceso de adiestramiento dentro del cártel (Reinserta, 2022)

Este libro no debería existir: pero existe para transformar

En los últimos meses hemos visto con profunda preocupación cómo se multiplican las noticias que revelan la participación de niñas, niños y adolescentes en hechos delictivos.

Este libro no debería existir:  pero existe para transformar
7 de cada 10 adolescentes en internamiento que fueron reclutados por el crimen organizado desempeñaron actividades de sicariato (Reinserta, 2022)

La detención de un “niño sicario” de 14 años en Tabasco, la participación de adolescentes en secuestros en Iztapalapa, el hallazgo de jóvenes desaparecidos reclutados por grupos criminales en Aguascalientes y el asesinato de Carlos Manzo, presidente municipal de Uruapan, a manos de un joven de 17 años, no son casos aislados.

Estos casos son síntomas de un país profundamente herido por una violencia estructural que atraviesa instituciones, comunidades y familias, y que se alimenta de la desigualdad, la impunidad y el abandono.

Desde Reinserta, presentamos el libro ¿Cómo no ser un sicario?, desarrollado junto con Grey México, con el fin de hacer un llamado urgente a detener la normalización de esta realidad. Este proyecto surge en el marco del Segundo Día Internacional para la Prevención y la Lucha contra todas las Formas de Delincuencia Organizada Transnacional, que se conmemora el próximo 15 de noviembre, una fecha que nos recuerda que la violencia no se combate sólo con leyes o castigos, sino con prevención, empatía y corresponsabilidad social.

Durante la presentación, nuestra cofundadora Saskia Niño de Rivera señaló: “las niñas, niños y adolescentes llegan a la delincuencia organizada por las carencias estructurales que hay en su entorno. El sistema está roto y en deuda”. Ello nos recuerda que no hemos logrado construir un entorno que proteja, acompañe y ofrezca alternativas reales a quienes hoy crecen en contextos donde el crimen parece la única opción.

Nuestro aliado e investigador Rodrigo Peña mencionó: “el libro propone una acción de red, porque la construcción de paz tiene que trabajar en red, porque de la misma manera lo hace la delincuencia organizada”. Postura con la que coincidimos plenamente. No basta con señalar responsabilidades, necesitamos unir esfuerzos entre Estado, sociedad civil, comunidades, escuelas, medios y familias. La prevención del reclutamiento infantil exige tejer redes de cuidado y resistencia frente a las redes del crimen.

El testimonio de Rolando, sobreviviente de reclutamiento, nos confrontó con lo más duro y lo más valiente de esta realidad. Su historia nos recordó que detrás de cada cifra hay un niño que pudo ser salvado, un futuro que pudo ser distinto, una sociedad que pudo —y debió— actuar antes.

Hoy reafirmamos que el reclutamiento de niñas, niños y adolescentes no es un fenómeno aislado, sino un reflejo de la violencia institucional y estructural que seguimos permitiendo. Mientras sigamos sin atender sus causas —la pobreza, la deserción escolar, la desintegración familiar, la falta de oportunidades y de espacios seguros— seguiremos siendo cómplices de un sistema que falla a quienes más debería proteger.

Por ello, una vez más, hacemos un llamado urgente a tipificar el reclutamiento infantil como un delito autónomo e insistimos en la implementación de programas estatales de prevención, diseñados de acuerdo a la realidad de cada entidad federativa. Porque cada niña y niño reclutado representa un fracaso colectivo, pero cada acción de prevención es una posibilidad de reparar el tejido social que hemos dejado romper.

¿Cómo no ser un sicario? no es solo un libro, es una invitación a mirar de frente lo que duele, a asumir la parte que nos corresponde y a transformar la conciencia en acción.