Las cubiertas verdes y azules, además de embellecer la ciudad, retienen parte de la lluvia, mejoran la calidad del aire y reducen la temperatura en las zonas más densamente urbanizadas
Gestión inteligente del agua de lluvia en México
México enfrenta un escenario climático cada vez más extremo: lluvias torrenciales seguidas de sequías prolongadas. Este vaivén ha evidenciado un reto estructural que ya no puede ignorarse: ¿cómo manejar el agua de lluvia de forma inteligente, evitando inundaciones y aprovechando cada gota en beneficio de nuestras ciudades?

Las urbes mexicanas, cubiertas de asfalto y concreto, bloquean la infiltración natural del agua. Cada tormenta se convierte en un desafío para un drenaje saturado, calles anegadas y millones de litros desperdiciados. Según fuentes de gobierno, solo este año, la Ciudad de México vivió una temporada de lluvias histórica: en junio se duplicaron los promedios con 220 millones de m³, en agosto cayó la precipitación más intensa en 70 años; y en septiembre más de 60 millones de m³ volvieron a poner a prueba la infraestructura1,2. Avenidas convertidas en ríos y transporte colapsado son ya imágenes familiares de una ciudad que necesita repensar su relación con el agua.
El cambio de paradigma pasa por transformar el agua pluvial en un recurso útil. Las Soluciones Urbanas de Drenaje Sostenible (SUDS) ya están presentes en México y permiten mitigar, infiltrar y reutilizar el agua de lluvia. En este campo, Amanco Wavin desarrolla sistemas integrales e híbridos de gestión pluvial que ayudan a las ciudades a optimizar sus recursos y reducir el impacto de los fenómenos extremos. Entre sus principales innovaciones se encuentran los sistemas AquaCell 400, 160 y 85, junto con cámaras de sedimentación, filtros hidrodinámicos y sumideros, que forman parte de un portafolio diseñado para crear tanques de tormenta, alcorques, jardines de lluvia y cubiertas verdes y azules. Estas soluciones no solo controlan el flujo del agua: la almacenan, infiltran y reutilizan, promoviendo biodiversidad y reduciendo los costos sociales y económicos de las inundaciones.
AquaCell, en sus distintas versiones, permite retener grandes volúmenes de agua de lluvia bajo tierra mediante módulos plásticos modulares que evitan inundaciones y facilitan la recarga de los mantos acuíferos, adicional, los jardines de lluvia permiten la captación del agua de lluvia y su riego por capilaridad. Los alcorques (TreeTank) canalizan el agua directamente hacia los árboles urbanos, fortaleciendo las áreas verdes, ayudando a mitigar el calor urbano. Wavin Tree Tank permite que las raíces de los árboles tengan acceso al agua y nutrientes, dándoles el espacio que necesitan para crecer y ramificarse sin afectar el entorno urbano.
Las cubiertas verdes y azules, además de embellecer la ciudad, retienen parte de la lluvia, mejoran la calidad del aire y reducen la temperatura en las zonas más densamente urbanizadas. Este sistema combina los beneficios de los techos verdes tradicionales con una gestión avanzada del agua de lluvia, permitiendo capturar y retener entre el 70% y el 97% del agua de lluvia. Funciona como una capa adicional de aislante, lo que ayuda a regular la temperatura interior de los edificios, reduciendo el consumo energético. No menos importante, estas cubiertas amortiguan el impacto de lluvias intensas, previniendo inundaciones en las ciudades al retener el agua en origen.
Integradas, estas soluciones convierten el caos en resiliencia: menos inundaciones, más agua disponible y ciudades más frescas y habitables. La gestión inteligente del agua no es un lujo tecnológico, sino una necesidad urgente para adaptarnos al cambio climático. Estas tecnologías representan un cambio hacia una gestión más natural e inteligente del ciclo del agua.
México tiene la oportunidad de pasar de la reacción al diseño. Adoptar infraestructura verde y sistemas como AquaCell, Tree Tank y las cubiertas verdes, son ejemplos claros de cómo podemos construir ciudades más resilientes, capaces de enfrentar los retos del agua y aprovechar cada gota para un futuro más equilibrado y sustentable. No solo protegen frente a lluvias extremas, también redefine cómo habitamos nuestras ciudades. Transformar el agua de lluvia de amenaza en aliado es, hoy, la verdadera medida del progreso urbano.

