En Hidalgo, las comunidades no son consideradas en la construcción de un Parque que afecta su futuro
Greenpeace no avala Parque de Economía Circular
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) convocó de forma exprés a organizaciones de la sociedad civil.
Greenpeace México fue invitada a una reunión “informativa” sobre el Parque de Economía Circular en lo que vemos como un intento por legitimar la participación ciudadana en torno al proyecto y a la reciente aprobación de la Ley General de Economía Circular.

Sin embargo, desde Greenpeace México señalamos que Semarnat difundió públicamente que sostiene reuniones con la sociedad civil y las comunidades, bajo el argumento de “brindar información” sobre el Parque de Economía Circular en Hidalgo, aun cuando la dependencia no ofreció información técnica nueva.
Lo presentado era similar a lo que ya circula en redes sociales o en su propia página web, por lo que más que una sesión informativa, la reunión operó como un acto de propaganda. A ello se sumó la presencia constante de micrófonos y cámaras fotografiando a las y los asistentes, lo que reforzó la percepción de que el objetivo era documentar la reunión para exhibirla públicamente como muestra de “diálogo” con la sociedad civil.
Greenpeace México fue citada con menos de 24 horas de anticipación, sin espacio real para incidir en la toma de decisiones. Pese a ello, Semarnat ha difundido que sostiene encuentros con diversos sectores para fortalecer la toma de decisiones, lo que para las organizaciones constituye una manipulación de la narrativa pública.
Greenpeace México reitera su rechazo al Parque de Economía Circular, a la Ley General de Economía Circular y expresa solidaridad con las comunidades de Hidalgo, que han denunciado una y otra vez la falta de información previa a la consulta del 14 de diciembre, en clara violación del Acuerdo de Escazú. Las comunidades sostienen que la consulta es una simulación, pues la Semarnat actúa como juez y parte, define ritmos, controla la información y dirige políticamente el proceso.
Cabe decir que la zona ha sido declarada como un “infierno ambiental” desde 2019 por la presencia de termoeléctricas, refinerías y más de 300 industrias. La desconfianza es total, pues la contaminación ha provocado cáncer, enfermedades respiratorias y daños severos en agua, aire y suelo.
Durante la reunión, la propia Semarnat reconoció que el proyecto requiere una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA). No obstante, ésta debería existir antes de convocar a cualquier consulta pública. La MIA aún no inicia, a pesar de que la ley lo estipula: un parque industrial de estas características, con potencial de causar daños irreversibles a ecosistemas y salud, no puede avanzar sin ese estudio.
Además, se confirmó que el proyecto contempla la quema de residuos plásticos y evalúa la de llantas, bajo el término “pirólisis”, un proceso que genera compuestos altamente tóxicos, residuos peligrosos y riesgos de incendio y explosión. Asimismo, la termovalorización se legitima en la Ley General de Economía Circular, que fue aprobada en el Senado con 111 votos a favor en proceso sin consulta real de la ciudadanía, en fast track, sin transparencia y sin considerar las implicaciones a la salud.
Las organizaciones exigen que Semarnat detenga la simulación, garantice información completa y respete los derechos de las comunidades antes de avanzar en el proyecto del Parque de Economía Circular.

