Durante su exposición, la Dra. García Saisó indicó que en las organizaciones, los rasgos tradicionales de una persona con liderazgo son sinónimo de autoridad
IECM inició sexta temporada de las charlas En Conexión
Con el objetivo de generar espacios dedicados al autocuidado y la salud mental en la nueva normalidad, el Instituto Electoral de la Ciudad de México (IECM) inició la sexta temporada de las charlas interactivas En Conexión, con el tema: “Liderazgo negativo y relaciones negativas en el trabajo”.
El encuentro, presentado por la presidenta de la Comisión de Igualdad de Género y Derechos Humanos, la Consejera Carolina del Ángel Cruz, que se transmitió por el canal de YouTube del IECM, fue impartido por personas especialistas de la salud de la Facultad de Psicología de la UNAM, la Dra. Alejandra García Saisó, así como el Dr. Emmanuel Martínez Mejía, y estuvo dirigido al personal del órgano electoral capitalino que realiza actividades laborales a distancia, así como a la comunidad de Radio Educación y a la ciudadanía en general.
La consejera Del Ángel presentó y dio la bienvenida al Consejero Electoral, César Ernesto Ramos Mega, quien habló de la importancia de que el personal del IECM se encuentre plenamente comunicado en el marco del Proceso Electoral Local Ordinario 2020-2021, y en medio del escenario de la pandemia por el COVID-19. Por ello, consideró que la participación e interacción de todas y todos en la charla En Conexión, es fundamental para la democracia en la Ciudad de México.
Comentó que el tema del liderazgo en equipo es fundamental en una institución como el IECM, pues, dijo, el proceso electoral no lo realizan las consejeras y los consejeros electorales, sino todo el personal en la sede central y sus 33 órganos desconcentrados, en donde todas y todos forman el engranaje para que esta maquinaria funcione y la ciudadanía pueda expresar su voluntad política.
Durante su exposición, la Dra. García Saisó indicó que en las organizaciones, los rasgos tradicionales de una persona con liderazgo son sinónimo de autoridad, de acatamiento de las y los colaboradores; son el centro de atención; tienen una posición jerárquica desde donde delegan funciones; tienen habilidades especializadas; se preocupan por la empresa y hacen hincapié en el mando y el control.
Asimismo, señaló que todo cambia y evoluciona, por lo que el enfoque contemporáneo de los liderazgos, lejos de ser controladores, ahora deben ser innovadores y flexibles, ya que en el medio laboral actual es lo que se requiere y se deben adaptar a las circunstancias actuales de la globalidad o, incluso, de la pandemia.
Agregó que las personas líderes deben ser accesibles y tratables, conductoras y constructoras de redes para impulsar y facilitar el trabajo, generalistas, entrenadoras y mentoras, además de generar cohesión del resto de las personas y apoyarse en la colaboración para el logro de objetivos.
Sin embargo, reconoció que diversos estudios han demostrado que existe el liderazgo negativo, el cual se distingue por querer conseguir los objetivos a cualquier costo, incluso aunque afecte negativamente a las y los integrantes de la organización. Añadió que “su único propósito es cumplir con los objetivos” y eso en ocasiones los hace parecer exitosos, pero no hacen mejoras en las condiciones de las personas, lo que al final les da la connotación de negatividad.
Entre las características de quienes ejercen un liderazgo negativo, mencionó que buscan alcanzar los objetivos y metas en el tiempo programado; no toman en cuenta el valor de las personas; sólo visualizan una meta y trabajan en función de cumplirla y aprovechan su capacidad e inteligencia para liderar hacia aspectos negativos; además, desmotivan, aíslan, desintegran, producen sentimientos que afectan la estabilidad emocional del equipo y la organización.
Sostuvo que las consecuencias de un liderazgo negativo en los lugares de trabajo son de un riesgo psicosocial muy alto, pues surgen relaciones interpersonales negativas, es decir, las personas no pueden convivir de manera positiva cuando existen este tipo de influencias.
Añadió que cuando el estilo de dirigir no es positivo se dan las relaciones más tensas y se agudiza el estrés; además, el clima organizacional tiene consecuencias como baja motivación, insatisfacción, baja productividad, problemas de salud, ausentismo y alta rotación del personal.
La Dra. Alejandra García recomendó que para darle la vuelta a lo negativo, es necesario neutralizar a estas personas, líderes que no necesariamente están en los puestos de poder. Indicó que se debe hacer un barrido en la organización, comenzando por los puestos de liderazgo que sí tienen autoridad y de ahí, hacia los puestos de menor nivel en la organización, con el objetivo de reconocer cuando hay sesgos de negatividad y solucionar estos problemas.
Dijo que las personas que ejercen un liderazgo positivo logran cambios en las organizaciones, el personal comienza a tener confianza en sí mismo, se compromete más con la institución, se mejoran las relaciones interpersonales y hay más productividad y prestigio de la marca.
En este sentido, apuntó que es necesario implementar intervenciones precisas para evolucionar, pues primero se debe localizar el problema, reconocer los errores y ofrecer la oportunidad de resarcirlo.
“Para esto existe un reforzador muy importante que es el reconocimiento institucional, el cual debe ir acompañado de una capacitación y un reordenamiento del comportamiento ciudadano dentro de la organización, desde la normas para interactuar, con la finalidad de normalizar el respeto”, concluyó