La muerte de bebés es un tema invisibilizado que las mujeres viven en soledad. Según la Unicef cada 16 segundos sucede una muerte gestacional y perinatal en el mundo. En México, según el INEGI, el último censo (2012) registró 23 mil defunciones fetales, las cuales corresponden a una tasa nacional de 6.7 por cada 10 mil mujeres en edad fértil.

Y, sin embargo, es un tema callado, considerado tabú, un dolor que se vive en solitario. Este 15 de octubre se celebra el Día de Concientización de la Muerte Gestacional, Perinatal y de la Infancia Temprana, y en México se impulsa la iniciativa de Ley “Cunas Vacías”, que introduce una serie de disposiciones para garantizar la atención integral y multidisciplinaria en los casos de muerte gestacional y perinatal. Se pide a las autoridades sanitarias garantizar un trato digno a las mujeres y sus familias que abarquen el bienestar físico, psíquico y emocional, así como proteger los derechos humanos de éstas.

Asimismo, se pide a dichas autoridades dar la capacitación al personal profesional y a todos quienes estén en contacto con las mujeres y sus familias para abordar de manera correcta, humana y sensible los casos de muerte gestacional y perinatal.

En materia de lactancia se propone que en estos casos se brinde información completa, detallada y clara sobre maneras de inhibición física y farmacológica, así como de los correspondientes a la donación de la leche humana.

También la introducción de permisos de duelo a madres y padres trabajadores, de al menos cinco días laborales con goce de sueldo y se prevé que las mujeres trabajadoras tengan derecho al mismo número de semanas de descanso posteriores al parto.

Las mujeres que han atravesado por la experiencia de una muerte gestacional o neonatal han pasado por la violación de distintos derechos. Diversas organizaciones en el mundo y hoy en México, han albergado testimonios de mujeres que refieren falta de acompañamiento emocional cuando sus hijos o hijas murieron; algunas relatan que no se les entregó el cuerpo de sus bebés, situación que dificultó su duelo, al no contar, incluso, con un diagnóstico preciso de sus fallecimientos.

Aunado a lo anterior, hay una falta de sensibilidad por parte del personal de salud para la entrega del cuerpo de su o sus bebés a los padres o familiares, como se recoge en los testimonios mencionados. “Nos los entregan en envases de plástico”, “bolsas de basura o departamentales”, “envueltos totalmente en mantas utilizadas para aseo”, entre otras situaciones.

Asociaciones como Duelo Respetado, Mi Apoyo y MISS Eca, entre otras que conforman la Alianza Mexicana de Duelo Perinatal, refieren que algunas mujeres han expresado que se han sentido discriminadas, ya que se hace una distinción en cuanto a las semanas en que se ha registrado la muerte de sus bebés. Refieren que: Si el bebé tiene pocas semanas, se minimiza esta muerte, pues algunas veces ni siquiera se les entrega el cuerpo, cuando La Ley General de Salud establece que “todos aquellos productos expulsados o extraídos con trece o más semanas de gestación deben contar con el certificado de muerte fetal respectivo”.

Otras mujeres se han sentido agredidas en cuanto a su integridad física y moral, pues señalan que han sido objeto de tactos vaginales reiterados cuando les notifican que no hay latido; suministro de medicamentos no justificados o, en otros casos, se les inculpa por la muerte de su bebé, con comentarios como: “¿Por qué no te cuidaste?“, “hubieras venido antes”, “¿por qué le lloras a un feto sin nombre?”, o “ya tendrás otros hijos”.

En México hablar de protocolos en casos de muertes gestacionales y neonatales para su instauración en hospitales, tanto públicos como privados, aún es un tema que no se considera en las agendas de salud pública, a pesar de que existen guías de práctica clínica que se refieren al tema. Solo el Instituto Nacional de Perinatología (INPer) de la Ciudad de México, cuenta con un programa que se acerca mucho a las buenas prácticas en la materia.

Es por esto, que diversas organizaciones impulsan esta iniciativa de ley que busca garantizar los derechos de las madres y las familias que atraviesan por una muerte gestacional o neonatal. Este mes se esperan movimientos de apoyo a estos derechos en todo el país, incluidas la ciudad de México, Tijuana, Guadalajara, Ciudad Juárez, Monterrey y los estados de Guanajuato, Tabasco, Oaxaca, Veracruz, Coahuila y Querétaro.