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El Health Inclusivity Index (HII), respaldado por Haleon, muestra por primera vez la magnitud del impacto económico y social que tendría eliminar barreras de acceso a la salud para grupos vulnerables en distintos países del mundo

Índice de Inclusión en Salud: brindar salud diaria

The Economist Intelligence Unit (EIU) y académicos del University College London, con el apoyo de Haleon, líder global en salud para el consumidor, realizaron el Health Inclusivity Index, un estudio internacional que analiza el estado actual, así como las oportunidades, de los sistemas de salud, en la construcción de entornos más inclusivos para todas las personas en diversos países, incluyendo México.

Índice de Inclusión en Salud:  brindar salud diaria
El Índice es un programa de tres fases que analizó a 40 países, entre ellos, seis países de Latinoamérica: Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Honduras y México

El índice, que se desarrolló en tres fases consecutivas2, ofrece una visión integral de la inclusión en salud al combinar el análisis de políticas públicas, la experiencia vivida de más de 42 mil personas y el impacto económico de mejorar la equidad en grupos vulnerables.

El Health Inclusivity Index fue presentado esta semana en la embajada del Reino Unido ante la presencia de autoridades mexicanas de salud. Este encuentro brindó una oportunidad única para fomentar el diálogo entre sectores, permitiendo explorar caminos hacia una salud más inclusiva para todos en México.

Roberto Beyrute, quien encabezó el evento y es el Director General de Haleon México, comentó: “La evidencia es clara, cuando las personas pueden acceder a los servicios de salud y productos necesarios, y con ello gestionar su propia salud, los beneficios se extienden a toda la sociedad, mejoran la salud, se previenen enfermedades y se reducen las pérdidas económicas y los costos para los sistemas de salud”.

Tres fases para entender la inclusión en salud

El Índice evaluó la inclusividad en salud desde diferentes ángulos, haciendo un análisis profundo en tres áreas esenciales.

Fase 1 – Políticas e infraestructura: Se evaluó el grado de preparación de los países en cuanto a la existencia y eficacia de políticas públicas, estrategias nacionales, programas de apoyo y estructuras institucionales orientadas a promover sistemas de salud más equitativos y accesibles para toda la población.

Fase 2 – Experiencia vivida: Se examinó la perspectiva de más de 42,000 personas a nivel mundial para evaluar en qué medida las políticas implementadas se reflejan efectivamente en una atención, tratamiento e información en salud más inclusivos al momento de solicitarlos.

Fase 3 – Impacto económico y en salud: En esta etapa, se evaluó el efecto potencial de eliminar las barreras que actualmente enfrentan cuatro grupos vulnerables: personas con baja alfabetización en salud, población de bajos ingresos, mujeres y adultos mayores. El análisis basado en modelos demostró que fortalecer la inclusión en salud contribuye no solo a generar ahorros significativos en los sistemas sanitarios, sino también a disminuir la carga de enfermedad y a incrementar la productividad económica.

Hallazgos más destacados

Aunque muchos países cuentan con políticas sólidas, esto no siempre se traduce en experiencias de salud verdaderamente accesibles y en igualdad de oportunidades, lo que revela una brecha importante entre la regulación y la práctica. Esta falta de inclusión afecta sobre todo a personas con menor alfabetización en salud, bajos ingresos, mujeres y personas de más de 50 años, particularmente en temas como el dolor, enfermedades crónicas, salud bucal y salud mental.

El estudio demostró que, al fortalecer la inclusión en siete áreas clave —entre ellas mejorando la calidad del aire, previniendo las caries dentales, entendiendo la correlación entre enfermedades de las encías y diabetes tipo 2, atendiendo las deficiencias de micronutrientes, mejorando las condiciones musculoesqueléticas y atendiendo efectivamente la osteoporosis, se pueden generar beneficios significativos en salud, equidad y desarrollo económico, relacionados al bienestar y productividad. Con estos hallazgos, gobiernos, organizaciones de salud y otros actores clave, cuentan ahora con una hoja de ruta clara para impulsar acciones concretas que conduzcan a sistemas de salud más equitativos y resilientes.

La inclusión en salud es un componente esencial para lograr sistemas sostenibles y capaces de responder a las necesidades reales de la población. “Para avanzar, es necesaria una sólida colaboración multisectorial, entre gobiernos, sector privado, academia y comunidades. El Health Inclusivity Index ofrece evidencia clara sobre dónde debemos actuar y cuáles son los beneficios de acelerar el cambio”, afirmó Roberto Beyrute.