La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) realizó una visita de inspección a un restaurante después de que se difundieran imágenes en las redes sociales de un incidente en el se observa como una persona golpea a un camello.

El objetivo de la inspección fue verificar la legalidad de los ejemplares, productos y subproductos de vida silvestre, así como las condiciones en que se encuentran, de acuerdo con la Ley General de Vida Silvestre, su Reglamento y la NOM-059-SEMARNAT-2010.

Durante la inspección, se encontraron un mono capuchino (_Cebus apella_) y dos ejemplares de camello dromedario (_Camelus dromedarius_), uno macho y otro hembra, se constató la falta de garantías de seguridad para la sociedad civil y el trato digno y respetuoso hacia los ejemplares, así como la ausencia del plan de manejo previamente aprobado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la falta de una autorización para la posesión de los animales implican un riesgo inminente de desequilibrio ecológico. Por lo tanto, como medida de seguridad, se procedió a imponer el aseguramiento precautorio de los ejemplares.

Sin embargo, las personas que atendieron la visita de inspección se negaron a permitir el acceso del personal, impidiendo así la imposición de dicha medida de seguridad. Ante esta situación, la Profepa interpuso una denuncia penal ante la Fiscalía General de la República (FGR) y solicitó se le reconozca como víctima u ofendido y coadyuvante en la integración de la indagatoria de mérito, a fin de aportar todos los medios probatorios conducentes para alcanzar una procuración e impartición de justicia, justa y equitativa, garantizando que el estado cumpla con la obligación de vigilar que el derecho a un ambiente sano y adecuado no sea violentado.