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Se trata de una colección formada por piezas recolectadas, desechos y excedentes de la naturaleza que la artista rescata y detiene en el tiempo al intervenirlas; creando esculturas, ensamblajes, arteobjeto y collages, obras que datan desde el 2005 hasta su producción más reciente del 2025

Jardín Imaginado de Leticia Vieyra: ciclo de la naturaleza

Bajo el título de JARDIN IMAGINADO, la artista Leticia Vieyra presenta una variedad de   esculturas, ensamblajes, arte objeto y collages que ha seleccionado de basta producción, obras que datan desde el 2005, que ya se han exhibido en museos de otros países, hasta las creaciones más recientes del 2025.

Jardín Imaginado de Leticia Vieyra: ciclo de la naturaleza
“El hilo conductor de la exposición son objetos de la naturaleza encontrados en vía de degradación, y en los que suspendo del paso del tiempo

La exposición se inaugura este miércoles 25 de junio a las 18:30 horas en la galería de Museo de Arte popular —Revillagigedo 11, Colonia Centro, Centro, Cuauhtémoc, 06050, Ciudad de México—

La colección está formada por piezas creadas a partir de desechos o excedentes de la naturaleza, que la artista recolecta en selvas, desiertos, playas, ríos o desiertos. Especialmente le interesan aquellos que muestran cambios evidentes del paso del tiempo, cuando han perdido el verdor, las cortezas, incluso el esqueleto de una madera, un nopal, con residuos de polvo, insectos, humedad y fuego.

Vieyra nos revela que más allá de la apariencia sencilla de los materiales, existe un mundo oculto mucho más complejo donde se esboza la idea de lo divino. Materiales que están en vía de degradación, sencillos, humildes que al intervenirlos los transforma en arte, logrando el reconocimiento de la materia viva de alguna manera es un símbolo de algo que es la vida misma, como una revelación, quizá algo divino de que da el universo y que puede estar presente en una semilla que logra mostrar la maravilla de la materia viva en el universo.

“El hilo conductor de la exposición son esos objetos de la naturaleza encontrados en vías de degradación, que recojo y suspendo del paso del tiempo, los detengo ahí, a través de procesos de limpieza, de rescate, potencializó ese «dañó físico» con mi propuesta. Es un registro del paso del tiempo, y me ocupo además de registrar y hacer evidente ese tiempo al detenerlo antes de que lleguen a la degradación. Es detener el tiempo y a la vez documentar ese paso preservando las características físicas del material que potencializo para evidenciar sus cicatrices. En el fondo lo que estoy registrando son los cambios propios de la materia orgánica en el ciclo de la naturaleza, me interesa mostrar la biodegradación de la materia viva, ligado a los ciclos de la vida”, dice sobre sus piezas.

Leticia Vieyra es médico con especialidad en pediatría, profesión que ejerció y la cuál fue desplazada por su pasión por el arte, incluso cursó la licenciatura y maestría en artes visuales, sin embargo, reconoce que gracias a la medicina logro adentrarse en el concepto del ciclo de la materia viva y el registro del paso del tiempo como una metáfora. “Gracias a esa formación, a esa disciplina y manera de ver la vida que concientiza la medicina, me encaminé a tener un tema para mi trabajo como artista. Allí aprendí muchas técnicas del tejido vivo, de la histología, técnicas para la preservación de la materia viva, que aplico en mis obras para tratar las bacterias, los hongos, los niveles de humedad o estabilizar la materia viva y detenerla en el tiempo”.

Se trata de piezas hechas por restos de árboles, ramas secas y madera rescatada, esqueletos de cactáceas, hojas carcomidas por los insectos, raíces polvorientas de campos de cultivo, que constituyen la transformación del repertorio trasladado al arte.

En las obras le interesa que se pueda apreciar el proceso de degradación propios de los cambios del ciclo de la naturaleza. La obsolescencia de la materia orgánica y registrar el paso del tiempo. Realiza una propuesta como vinculada a un ritual, empleando cenizas, fuego, viento, ceras, papel amate de Pahuatlán, y sus manos para lograr el encuentro entre la pieza rescatada y la creación de la artista.

“En 2006 tuve una especie de Epifanía donde descubrí mi ruta como artista, luego de estar trabajando en Japón y haber participado en la Exposición Mundial de Arte, donde utilicé materiales naturales mexicanos y a partir de ese momento decidí que quería seguir por ese camino, con objetos como el esqueleto del nopal, el papel amate, las piezas de madera, los olotes, las hojas secas, la encáustica para simular la cera.  Y al mismo tiempo creo que mi trabajo tiene raíces de esa estética muy serena del espíritu japonés, como cayada, pero muy profunda, siempre con materiales naturales, con un total respeto a la naturaleza, sin cambiar su forma, interviniéndola artísticamente con técnicas profesionales para que se conserve el material de origen mesoamericano.

“Nací en la frontera norte de México y desde niña descubrí la flora y la fauna de un lugar desértico como lo es Baja California, con un gran contraste entre el desierto y el mar. Sin embargo, cuando vengo a vivir a la Ciudad de México y me encuentro con la exuberancia de la naturaleza que incorporo por su elocuencia, combinándola con esos objetos como de sobrevivencia a veces un tanto dramática, que no siempre conservan el verde, sino un referente de resistencia.

“El papel amate también es fundamental en mi trabajo, creado de una corteza natural, me ofrece muchas posibilidades al trocearlo, como está hecho de fibras el papel al córtalo me dicta la forma de cómo irlo ensamblando, lo intervengo para que no sea perfecto, para que cada pieza sea la belleza de la imperfección”, explica.

Impulso creativo, intuición, razonamiento al ir creando la obra, comunión estrecha entre el objeto rescatado, hacen evidente aquello donde se nos revela otra realidad y donde habita un Jardín Imaginado.  

“El título tiene que ver con lo que he ido creando como artista: cada pieza es una naturaleza que, al intervenirla, con un lenguaje metafórico es una reminiscencia de la naturaleza y se convierte en mi jardín imaginado”, concluye.

Jardín Imaginado de Leticia Vieyra: ciclo de la naturaleza
Es detener el paso del tiempo y al mismo tiempo documentarlo como las cicatrices de vida; registrar los cambios propios de la materia orgánica en el ciclo de la naturaleza”, dice Leticia Vieyra sobre JARDÍN IMAGINADO, que se inaugura este miércoles 25 de junio, con la Noche de Museos, y podrá visitarse hasta el 23 de septiembre en la galería del Museo de Arte popular.

La obra Leticia Vieyra forma parte de colecciones permanentes, privadas, públicas y de museos, entre los que destacan: la Universidad Nacional Autónoma de México, El Memorial Museum de Aishi Japón, el museo Van Wouw de la Universidad de Pretoria y la colección Bercolade de Bélgica, así como la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

JARDIN IMAGINADO de Leticia Vieyra se inaugura el miércoles 25 de junio, en el marco de la Noche de Museos, a las 18:30 horas en la galería de Museo de Arte popular —Revillagigedo 11, Colonia Centro, Centro, Cuauhtémoc, 06050, Ciudad de México—, y podrá visitarse hasta el 23 de septiembre.