El camino de la lava hacia el mar, un destructor viaje de 10 días de unos 50 millones de metros cúbicos de magma, ha sido errático e impredecible
La lava del volcán de La Palma de España llegó al mar
La lava del volcán de La Palma llegó al mar en la costa del municipio de Tazacorte en torno a las once de la noche del martes (hora canaria, una más en la España peninsular), alrededor de la zona conocida como la playa de los Guirres (también llamada Playa Nueva), donde se ha precipitado desde un acantilado de cerca de 100 metros de altura.
El contacto de la lava con el mar ha creado emanación de humo, que se desplaza al interior de la isla o sale al mar en función de cómo sople el viento. Durante la noche, se movió a tierra firme. El grupo de geociencias marinas del Instituto Español de Oceanografía, que está siguiendo en directo el avance del magma, ha detallado que “se está generando un impresionante depósito de más de 50 metros de altura” en menos de 45 minutos, que además sigue creciendo. Es una especie de pirámide que crece en el mar.
El camino de la lava hacia el mar, un destructor viaje de 10 días de unos 50 millones de metros cúbicos de magma, ha sido errático e impredecible. Tras unos días de desaceleración, la colada se reactivó el pasado domingo, día en el que incrementó la velocidad.
La desembocadura del magma en el océano es un fenómeno que preocupa a las autoridades desde que la erupción comenzó el domingo 19 de septiembre, porque su reacción con el agua salada provoca nubes tóxicas.
Cuando la lengua de lava, en torno a los mil grados de temperatura, alcanza el mar, a poco más de 20 grados, se produce una explosión de vapor de agua que genera una densa nube negra. La lava, con su calor extremo, provoca ese penacho, pero también una reacción química, en la que interviene principalmente el cloro, que puede irritar la piel, los ojos y las vías respiratorias.
Ecoportal.net
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