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Muchas ciudades mexicanas han crecido de manera desorganizada, sin una planificación adecuada que considere la biodiversidad, lo que puede llevar a la degradación de los hábitats, asegura director ejecutivo de WRI para México y Colombia, José Luis Samaniego

Mantiene modelo económico guerra contra la naturaleza

Existe una guerra secular contra la naturaleza. La biodiversidad, el agua y los humedales son vistos como una amenaza al desarrollo económico, por lo que promover la biodiversidad urbana es crucial para mantener la salud de los ecosistemas urbanos y mejorar la calidad de vida de las personas en las ciudades de América Latina y el Caribe, aseguró José Luis Samaniego, director ejecutivo para México y Colombia del World Resources Institute (WRI, por sus siglas en inglés).

Mantiene modelo económico guerra contra la naturaleza
En el primer día de la Cumbre Internacional del Hábitat para América Latina y El Caribe CIHALC, durante el Panel Biodiverciudades, los participantes aseguraron que las ciudades se han convertido en el epicentro de importantes desafíos y oportunidades

Durante su participación en el primer día de la Cumbre Internacional del Hábitat para América Latina y El Caribe (CIHALC), Samaniego dijo que hay que integrar una dimensión de biodiversidad en la planeación urbana para detener la expansión urbana y el cambio de uso de suelo, que sigue siendo a costa de la cobertura forestal, agrícola o de valor ambiental, lo que impacta negativamente a los ecosistemas periurbanos y a los servicios ecosistémicos de los que las ciudades dependen. También para integrar los espacios naturales a la ciudad, protegiendo y restaurando las áreas verdes urbanas y cuerpos de agua.

“Mantenemos una guerra cotidiana con la naturaleza, donde la infraestructura no ayuda. [Hay] esta tensión entre cultura y natura, donde quien se ocupa de la biodiversidad son los ministerios de obras públicas para echarlas para afuera y los que se encargan de parques y ornatos”, afirmó.

Muchas ciudades mexicanas han crecido de manera desorganizada, dijo, sin una planificación adecuada que considere la biodiversidad, lo que puede llevar a la degradación de los hábitats y la pérdida de biodiversidad.

Sin embargo, aún es posible que la planificación urbana integre consideraciones de biodiversidad desde el principio, explicó. Se pueden establecer regulaciones y políticas que fomenten el rediseño de ciudades sostenibles, con zonas verdes y espacios naturales integrados en el tejido urbano. Existen experiencias de apertura de ríos previamente entubados, apoyo a las azoteas verdes o inversión en parques urbanos que ejemplifican el potencial de mejora ambiental y social de las ciudades a través de soluciones basadas en la naturaleza.

Añadió que se deben aplicar medidas de conservación y restauración, como la reforestación de áreas degradadas y la creación de corredores verdes para conectar hábitats fragmentados. La legislación ambiental y la planificación del uso del suelo pueden limitar la expansión descontrolada de las ciudades. Esto no es posible sin una política de vivienda digna y segura, que prevenga los asentamientos urbanos irregulares, que a menudo suceden en zonas con servicios limitados y riesgos ambientales como inundaciones o deslizamientos.

En el panel titulado «Biodiverciudades: Innovación local para los ODS en América Latina y el Caribe», participaron también Auribel Villa Avendaño, Directora Técnica y Asesora Principal de Planeación Urbana, Proyecto Desarrollo Sustentable de Regiones Costeras Mediante la Integración de Servicios Ecosistémicos y Biodiversidad, de GIZ; Emil Rodríguez Garabot, Director de Hábitat y Movilidad Sostenible, de CAF; Magistrada Paula María García Villegas, Presidenta del 11 Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, en México, del Poder Judicial de la Federación, y Rossana García, coordinadora de la Unidad de Apoyo a las Mancomunidades en la Municipalidad de Ciudad de Guatemala.

Los participantes destacaron que, en un mundo en constante urbanización, las ciudades se han convertido en el epicentro de importantes desafíos y oportunidades. La rápida expansión urbana, aunque promete desarrollo económico y social, también ha planteado amenazas significativas para la biodiversidad y la sostenibilidad del entorno urbano.

En este contexto, la Asamblea de Hábitat de las Naciones Unidas adoptó recientemente la resolución titulada «Ciudades Biodiversas y resilientes: integrando la biodiversidad y los servicios ecosistémicos en la planificación urbana y territorial».

Esta resolución, presentada por países como Colombia, Costa Rica, Ecuador, Alemania, Pakistán, Perú, Singapur y Uruguay, subraya la importancia de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el papel crucial de ONU Hábitat en la promoción de la urbanización sostenible.