Declaración de Greenpeace ante el inicio de las negociaciones del Tratado Global por los Océanos
Negociaciones del Tratado de los Océanos en un hilo
Las negociaciones finales para establecer el Tratado de los Océanos de la ONU se reanudan el lunes 20 de febrero de 2023. Sin un Tratado que sea lo suficientemente sólido, es prácticamente imposible proteger el 30 % de los océanos del mundo para 2030, es decir, el objetivo 30×30.
Este objetivo se acordó en la COP15 en Montreal en diciembre de 2022. Es decir, la falta de acuerdo en el Tratado pondría en peligro el objetivo 30×30 solo unos meses después de que se acordara. En las últimas negociaciones se lograron avances referentes a los santuarios oceánicos, lo que da esperanza de que un Tratado sea alcanzable.
“Los océanos sustentan toda la vida en la Tierra. Su destino se decidirá en estas negociaciones. La ciencia es clara: proteger el 30 % de los océanos para 2030 es el mínimo absoluto necesario para evitar una catástrofe. Fue alentador ver que todos los gobiernos adoptaron el objetivo 30×30 el año pasado, pero los objetivos ambiciosos no significan nada sin acción.” declaró la Dra. Laura Meller, Campañista de Océanos de Greenpeace Nordic.
“Esta sesión especial, que tiene lugar muy poco tiempo después del colapso de la última ronda de negociaciones, nos da esperanza. Si se acuerda un Tratado fuerte el 3 de marzo, entonces se mantiene viva la posibilidad de alcanzar el 30×30. Los gobiernos deben regresar a las negociaciones listos para llevar a cabo compromisos y entregar un Tratado que sea efectivo. Ya estamos en tiempos extra. Estas charlas son una última oportunidad para cumplirle al planeta. Los gobiernos no deben fallarnos”. Concluyó Meller.
“Es de suma importancia para un país rodeado de océanos como el nuestro que se entienda la importancia que tienen los océanos en nuestras vidas, vivamos cerca o lejos de la costa. Contar con océanos sanos es esencial para mantener el equilibrio del planeta, para regular el clima, generar oxígeno, para garantizar la continuación de la vida en la Tierra. Debemos defender a los océanos de las grandes amenazas que se ciernen sobre ellos y el gobierno de México debe ir a Nueva York con esta urgencia en mente y avanzar la aprobación de un Tratado Global que realmente proteja estos ecosistemas.” declaró Ornela Garelli, campañista de Océanos de Greenpeace México.
Más de 50 países que pertenecen a la Coalición de Alta Ambición prometieron un Tratado en 2022 y fallaron. Muchos de los autoproclamados defensores de los océanos del Norte Global se negaron a ceder en cuestiones clave como la financiación y la distribución de beneficios económicos de los recursos genéticos marinos hasta los últimos días de conversaciones. Ofrecieron muy poco y demasiado tarde.
Los puntos conflictivos que deberán resolverse son el financiamiento, la creación de capacidades y la distribución justa de los beneficios de los recursos genéticos marinos. Resolver estos puntos prioritarios depende de que el Norte Global haga una oferta justa y viable al Sur Global.
Establecer una red mundial de áreas protegidas debería ser uno de los objetivos principales del Tratado, porque es a través de esta medida que se protegerá a al menos el 30% de los océanos del mundo.
Un Tratado fuerte debe ser capaz de establecer santuarios oceánicos totalmente protegidos en alta mar, libres de actividades como la pesca destructiva y la minería en aguas profundas.
La Conferencia de las Partes (COP) creada por el Tratado debe poder tomar decisiones sobre todas las actividades potencialmente dañinas, incluida la pesca, dentro de las áreas protegidas sin ceder ante órganos sectoriales disfuncionales que solo se preocupan por intereses a corto plazo. La COP también debe ser capaz de operar por mayoría de votos, sin depender del consenso, para evitar que países individuales detengan o bloqueen el progreso.
En todo el mundo, los trabajadores de la pesca a pequeña escala y los protectores de los océanos están exigiendo medidas para proteger los océanos, como la comunidad de Cayar, Senegal, que está demandando a una fábrica de harina de pescado contaminante con el apoyo de Greenpeace.
La amenaza de la minería en aguas profundas se suma a las muchas presiones que enfrentan los océanos. Un Tratado Global de los Océanos fuerte puede ayudar a cambiar el rumbo, priorizando la protección de los océanos sobre la explotación.