Aun para los más pequeños, el problema de la contaminación atmosférica es evidente: “Los autos que avientan humo es lo que más contamina…”
Niñez mexicana demanda aire limpio
En el marco del Día del niño, niños, niñas y adolescentes de 17 ciudades de la República (1) participaron en la actividad “¡Niños contra la contaminación!, para expresar a través de dibujos qué es lo que más ensucia el aire que están respirando.
Nubes negras, camiones y autos con escapes y humo que llega hasta el cielo, algunos de los elementos más presentes en los dibujos que se expusieron en tendederos al terminar las actividades. Sus palabras, algunas ni siquiera pronunciadas claramente por la corta edad, también son contundentes: “Los autos que avientan humo es lo que más contamina aquí”, dice una pequeña de Ciudad Valles, San Luis Potosí.
Cerca de 800 personas participaron en las mesas que realizaron voluntarios de la organización ambientalista Greenpeace para sensibilizar a más gente sobre la problemática de la calidad del aire, los impactos que tiene en la salud de niños y niñas y la necesidad de contar con alternativas de movilidad no contaminante -como transporte público eficiente e infraestructura segura para bicicletas y peatones- para poder ofrecerles aire limpio y hacer valer su derecho a un medio ambiente sano y a la salud.
“La niñez es uno de los grupos más vulnerables ante la contaminación del aire. Existen razones fisiológicas por las cuales las niñas, niños y adolescentes resultan más vulnerables, la primera de ellas es que respiran el doble de rápido. Otra razón es que su organismo, incluyendo su sistema inmunológico, está en desarrollo. A esto se suma que es un grupo poblacional que pasa buena parte del tiempo en exteriores, lo que le expone más tiempo que a las personas adultas a la contaminación atmosférica, estas condiciones no pueden cambiar, lo que sí podemos transformar es justo este entorno contaminado en el que ahora se ven obligados a vivir, respirar y jugar”, afirmó Pablo Ramírez, responsable del tema de calidad del aire en el proyecto de Revolución Urbana de Greenpeace México.
“Los dibujos y la voz de nuestros niños y niñas muestra que están preocupados por este tema, que les afecta; resienten los días de contingencia en los que no se les permite salir a jugar y mucho más resienten los días de hospital o de cama a causa de las enfermedades relacionadas con la mala calidad del aire como las infecciones respiratorias agudas, que son la tercer causa de muerte en niñas y niños de primera infancia en México y cuyos casos pueden ser exacerbados de manera particular por ozono y partículas suspendidas, contaminantes que a su vez son comunes en varias ciudades del país. El gobierno no puede permanecer indiferente, pasivo o aletargado ante un tema tan grave. Es urgente contar con políticas públicas de movilidad y en materia energética que permitan la reducción de emisiones de gases contaminantes”, abundó Pablo Ramírez.
Cabe destacar que -para exigir que se respeten sus derechos a la vida, la salud, al desarrollo y bienestar, y al medio ambiente, un grupo de niñ@s, sus madres y sus padres, solicitaron en noviembre de 2017 a la Cofepris el ajuste de las normas oficiales mexicanas sobre calidad del aire para asumir los estándares más favorables que recomienda la Organización Mundial de la Salud- y en tanto que se expidiera una norma de emergencia para contemplar esos valores.
La Cofepris se negó a atender su petición y en consecuencia, ese grupo de niñ@s, sus madres y sus padres, tuvieron que emprender un juicio de amparo para obligar a las autoridades a cumplir con sus exigencias y para que las instancias judiciales garantizaran sus derechos y corrijan las violaciones a los mismos. En la última instancia judicial, en enero de 2019 el Décimo Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito negó en definitiva el amparo solicitado por este grupo de niñ@s, sus madres y sus padres.
“Lamentamos que el Tribunal haya determinado que la ley no respalda las exigencias de este grupo de niñ@s, sus madres y sus padres, para mejorar nuestras normas oficiales mexicanas que miden la calidad del aire. Ni siquiera tomó en cuenta el costo en vidas, salud y dinero que genera no tener normas adecuadas. En una sola idea, puso de pretexto la ley para dejar de lado su obligación de proteger nuestros derechos humanos a la luz de la Constitución y los tratados internacionales. Desde Greenpeace seguiremos trabajando para darle voz a los niños y niñas del país y haciendo eco de su exigencia a un aire limpio”, concluyó Pablo Ramírez.
Notas.
1.- Las 17 ciudades de la República donde se llevó a cabo la actividad ¡Niños contra la contaminación!, fueron Puebla, Saltillo , CD Valles, Campeche, Poza Rica, Guadalajara, Hermosillo, Veracruz. Xalapa, San Luis Potosí, Chihuahua, Culiacán, Querétaro, San Juan del Río, Puerto Vallarta, Ecatepec, Morelia.