La escasez hídrica se ha convertido en una crisis creciente en Chile. El país ha sido clasificado como uno de los más propensos al estrés hídrico en el hemisferio occidental. A pesar de su reputación como una de las economías más avanzadas de la región, Chile carece de un manejo integrado de cuencas que podría ayudar a distribuir los recursos limitados de manera más eficiente y sostenible. Por lo tanto, los ríos del país han sido, y siguen siendo, amenazados por varias industrias perjudiciales, especialmente del sector energético