Desde el Estado de Quintana Roo, Roberto González, y su familia, se apostaron frente a la casa de transición del Presidente electo, Andrés Manuel López  Obrador, para pedirle justicia, luego de quedar parapléjico tras una golpiza que le dieron sus vecinos Rodrigo Galán y su esposa María Fernanda Salcedo, en Playa del Carmen, Quintana Roo.

Postrado en una camilla, llegó a bordo de una ambulancia, acompañado de sus familiares y amigos, quienes portaban pancartas que decían #JusticiaParaRoberto, “lo dejaron con una lesión medular en la vértebra tres y cuatro, desde ese momento él quedó incapacitado para mover cualquier extremidad y llevar su vida normal”, explicó Rosalía Andrade, esposa de Roberto, a las puertas de la casa de transición en la calle Chihuahua en la colonia Roma Norte.

A raíz de la golpiza, Roberto González perdió movilidad desde el cuello y permanece postrado en su cama. Su condición parapléjica es irreversible

Explicó que a 19 meses de la agresión, el imputado por los hechos, Rodrigo Galán y a su pareja, Maria Fernanda Salcedo Medrano, continúan sin sanción.

El caso lleva desde  el pasado 20 de enero de 2017, en donde hay videos que constatan, lo que sucedió en ese año, cuando Roberto González reclamara a Fernanda Salcedo Medrano que saco a pasear a sus perros sin correa y uno de ellos entró a su casa, ésta regreso con su esposo Rodrigo Galán quien arremetió contra Roberto.

A raíz de la golpiza, Roberto González perdió movilidad desde el cuello y permanece postrado en su cama. Su condición parapléjica es irreversible.

La esposa de Roberto González  narró la historia: “el motivo fue que ella (Fernanda Salcedo Medrano), sacó a pasear a su perro dentro del condominio sin correa, se introdujo a mi casa, mi esposo le dijo que por favor controlara a su perro. Ella se retiró y a los 10 minutos regresó con su esposo y lo golpearon hasta propiciarle el estado médico en el que se encuentra”, relató.

La encargada de atención ciudadana de la casa de transición del AMLO,  Leticia Ramírez, recibió a Rosalía y la invitó a entrar a la casa de transición, en tanto sus familiares y amigos esperaron fuera del inmueble a la espera de una respuesta.

“A 19 meses de la agresión mi esposo no ha recibido justicia, no ha habido reparación del daño, los agresores se encuentran libres y nosotros teniendo que solventar todos los gastos médicos”, se quejó Rosalía antes de entrar.