Los animales de granja, por ejemplo, son madres inspiradoras, genios acrobáticos, amigos intensamente leales con inteligencias increíbles
¿Por qué a algunas especies las acogemos y a otras no?
Jessica González Castro
vocera de Million Dollar Vegan en México
Me tomó 25 años darme cuenta que el pavo que poníamos en la mesa en Navidad, el pez en el bacalao y la pierna de cerdo en adobo, eran iguales a los animales que tenía de compañía en casa, sintientes, con familia y con la capacidad de sentir felicidad, alegría, terror y miedo. A estos animales, les quitamos todo: sus pieles, sus crías, sus huevos, su leche; incluso, lo único y más preciado que tienen, sus vidas.
Por lo menos, en México, crecí creyendo que comer animales como vacas, cerdos, borregos, peces, gallinas era culturalmente y tradicionalmente aceptable.
Los animales no son cosas, son alguien y merecen ser tratados con respeto. Comer animales es el resultado de un sistema opresivo. Según la psicóloga estadounidense Melanie Joy, la justificación de por qué lo hacemos son las “3 N”: es normal, natural y necesario.
Lamentablemente, en todo el mundo, los animales son considerados legal y jurídicamente como si fueran propiedades humanas. Se les trata como simples objetos que solo nos sirven para complacer deseos, tradiciones, intereses y gustos.
Miles de millones de animales, a diario, se encuentran privados de su libertad, utilizados para hacer experimentos, para entretener personas en pequeñas piscinas en donde nacen y mueren, o son asesinados. Se les niega cualquier tipo de consideración moral; y por tanto, no son respetados, ni son tratados con justicia.
Si continuamos con estas acciones en donde estamos explotando hasta el último ser vivo para nuestro beneficio, estamos dañando el planeta y poniendo en peligro nuestra existencia en él.
Mientras nos maravillamos con los animales exóticos, muchas veces olvidamos lo increíble que son otras especies también. Los animales de granja, por ejemplo, son madres inspiradoras, genios acrobáticos, amigos intensamente leales con inteligencias increíbles. Son superhéroes escondidos a plena vista. Les debemos, a estas nobles y confiadas criaturas, mucho más. La realidad es que, ahora, en este momento, ya no necesitamos hacer uso de otros animales para poder sobrevivir. La mayoría de las personas siempre me preguntan ¿por qué soy vegana? Cuando en realidad todas las personas deberían preguntarse ¿por qué no soy vegana?
Nuestro sistema es cruel y opresivo, pero nosotras no tenemos por qué serlo.
Sobre Jessica González Castro:
Gerente de campaña en Million Dollar Vegan en México. Estudió la licenciatura en Administración de Empresas de Hospitalidad en la Universidad del Valle de México. Es fundadora del primer centro comunitario vegano en México, Casa Animal. Fundadora de Cocinar para Liberar, un proyecto que se encarga de que más negocios y hoteles tengan opciones a base de plantas en sus menús. Feminista Interseccional.
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