Abarca proyecto Adaptación Basada en Ecosistemas costeros la cuenca baja del municipio de Tuxpan, Veracruz y Celestún, Yucatán
Presentan Adaptación Basada en Ecosistemas
Las 4 mil 400 hectáreas de manglar en Tuxpan, Veracruz, aportan por recursos pesqueros, maderables, protección costera y recreación entre 660 y 5 mil 57 millones de pesos, revelaron estimaciones de los resultados del proyecto Adaptación Basada en Ecosistemas costeros: Cuenca baja del municipio de Tuxpan, Veracruz y Celestún, Yucatán, presentado el pasado lunes 6 de diciembre.
La iniciativa fue convocada y organizada por el Instituto de Recursos Mundiales México (WRI México, por sus siglas en inglés) y The Ocean Foundation en el marco del Paquete de Mejora de la Acción Climática (CAEP, por sus siglas en inglés), con financiamiento de NDC Partnership y con el acompañamiento técnico del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).
El objetivo del estudio fue acelerar la implementación del componente de adaptación de la Contribución Determinada a nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) de México por medio del estudio, priorización, monitoreo y evaluación de medidas de adaptación, sobre todo de carbono azul y específicamente de manglares en el Golfo de México, con énfasis en Tuxpan, Veracruz y Celestún, Yucatán.
Durante la presentación, Adriana Lobo de Almeida, directora ejecutiva de WRI México, destacó el potencial del estudio en zonas costeras que son afectadas por el cambio climático, cuyo objetivo es ofrecer resultados prácticos que ayuden a proteger la ecología y el cuidado de las personas.
“Se mapearon actividades exitosas de Adaptación Basada en Ecosistemas (AbE) en el país; se desarrolló una metodología para construir la línea base de carbono azul y una guía con recomendaciones con metodología para escalar y replicar iniciativas exitosas de restauración en ecosistemas de manglar”, detalló.
Los manglares, dijo, tienen la capacidad de mitigar los efectos del cambio climático a través del secuestro y almacenamiento de carbono orgánico, a tazas entre tres y cinco veces más altas que las de los bosques terrestres. Además, protegen las costas y a las comunidades de los impactos climáticos.
En el evento participó Julianne Baker-Gallegos, especialista en enlace con países de NDC Parthership, plataforma internacional que busca apoyar a las naciones en el cumplimiento de sus metas de reducción de emisiones.
Baker-Gallegos destacó que, desde 2019, cuando se lanzó el Paquete para el Fortalecimiento de Acción Climática para América Latina, se sumaron alrededor de 20 naciones y se movilizaron 16 millones de dólares a través de 25 socios.
“En México se han apoyado temas clave para el cambio climático, tales como la electrificación rural con sistemas híbridos, eficiencia energética y fuentes de energía en servicios de agua municipal, adaptación social y promoción de movilidad eléctrica”, expuso.
En su intervención, la Directora General del INECC, María Amparo Martínez Arroyo, aseguró que con este tipo de estudios se constata cómo cada acción cuenta, y en adaptación lo que cuenta son los avances. “Por donde podamos hacer coincidencias, trabajo en conjunto, estamos dejando algo para el futuro. En el proceso aprendimos todos y eso siempre es positivo”, indicó.
Aseguró que los resultados obtenidos ponen en evidencia la gran oportunidad que existe al emprender medidas para hacer frente a los efectos del cambio climático mediante la protección de las costas ante oleaje alto, tormentas y huracanes, así como el aumento de la resiliencia costera ante la erosión.
La Adaptación Basada en Ecosistemas (AbE) comprende beneficios como aumento de las pesquerías, actividades de turismo, recreación, captura de carbono y mantenimiento de la biodiversidad local, entre otros.
Por su parte, Gloria Cuevas Guillaumin, Directora de Análisis Ambiental Dirección General de Políticas para el Cambio Climático de Semarnat, celebró los resultados del proyecto, que tiene como prioridad transitar hacia la implementación de acciones de adaptación y mitigación en el territorio y ofrecer la oportunidad de tener resultados tangibles en mejorar la calidad de vida de las personas.
“Los resultados y experiencia obtenida pueden fortalecer la reputación y la ejecución de acciones de adaptación en otros ecosistemas que albergan carbono azul”, dijo.
Además, añadió, el proyecto visibiliza aspectos donde se requiere seguir fortaleciendo el trabajo en temas de monitoreo y evaluación, e indicadores, donde derivan metodologías que enriquecen el proceso de adaptación.
En el marco del evento se realizó un panel de expertos en el que se presentaron los hallazgos técnicos y metodológicos relevantes que potenciarán la implementación de medidas AbE vinculadas a manglares.
Destacan los resultados de la valoración económica, que muestran que la relación costo-beneficio es de 2.91, lo cual indica que la conservación de los manglares de la cuenca de Tuxpan es viable una vez que se consideran los servicios ecosistémicos que brindan los manglares.
Se desarrollaron también herramientas metodológicas para conocer cómo construir la línea base de carbono azul a fin de conservar los almacenes y flujos de carbono y mejorar su aprovechamiento. El proyecto incluye una estrategia de socialización para facilitar el acercamiento con actores clave para un involucramiento sostenible y una caja de herramientas para construir con base en la información existente.
En las palabras de cierre, Margarita Caso, coordinadora general de Adaptación al Cambio Climático y Ecología destacó la importancia de promover medidas de adaptación que fortalezcan la capacidad de respuesta a los impactos negativos del cambio climático y que, a su vez, incidan en actividades que promuevan la restauración y conservación del medio ambiente.