Esto permitirá tener un mejor control de los niveles de glucosa en la sangre y postergar las afectaciones propias de este padecimiento crónico degenerativo
Propone IPN tratamientos intensivos para retardar complicaciones por diabetes
El Instituto Politécnico Nacional (IPN) investiga la combinación de dos tratamientos intensivos para frenar y retardar la insuficiencia renal, retinopatía (conduce a la ceguera), neuropatía, cardiopatía y pie diabético, el cual puede evolucionar a amputación de las extremidades inferiores, que son complicaciones de la diabetes mellitus, considerada como la primera causa de muerte en México.
En el marco del Día Mundial de la Diabetes, la investigadora der la Escuela Superior de Medicina (ESM), Mónica Griselda Arellano Mendoza, indicó que de acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), en 2016 ocurrieron en México 105 mil 574 decesos por diabetes; por ello nuestro país actualmente ocupa el primer lugar a nivel mundial en ese rubro.
La integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) nivel I explicó que los tratamientos para atacar este mal consisten en la combinación de hipoglucemiantes orales, así como la mezcla de insulinas, ya que mediante ellos es posible tener un mejor control de los niveles de glucosa en la sangre y postergar las afectaciones propias de este padecimiento crónico degenerativo, por lo que conviene prescribirlos desde que una persona es diagnosticada clínicamente con diabetes mellitus.
Mediante este protocolo, la especialista y su equipo de trabajo, conformado por el investigador de la ESM Feliciano Tamay Cach, la estudiante de doctorado Maritza Martínez Venegas y la maestra en ciencias en farmacología Stephanie Talía Méndez Morales, evalúan los efectos sobre tres vías: el estrés oxidativo, el daño endotelial y la inflamación.
La doctora Arellano Mendoza señaló que las complicaciones por diabetes surgen alrededor de los 10 años de evolución de la enfermedad, pero lo ideal es prevenirlos desde el principio y no esperar una década para empezar a cuidarse.
Por ello, inició este trabajo en colaboración con el Hospital Central Norte de Petróleos Mexicanos, en donde prueban la terapia intensiva en pacientes diagnosticados hace cinco años o menos, porque en realidad no se sabe cuánto tiempo transcurrió y desconocían que vivían con diabetes.
Este tipo de tratamiento también contempla el inicio de la insulinización temprana o la aplicación de insulina y fármacos orales conjuntamente, “pero siempre tomando en cuenta las necesidades de cada paciente. Es como un traje a la medida que se debe ir ajustando para hacer más efectivos los tratamientos”, detalló.
Incluso si los pacientes llevan a cabo el tratamiento con apego y promueven un ambiente epigenético (factores ambientales favorables constituidos por elementos funcionales, como buenos hábitos alimenticios, actividad física, no fumar ni beber alcohol), es probable que puedan disminuir la dosis farmacológica.
Para entender la alta incidencia de la Diabetes, los investigadores realizaron un estudio con pacientes sin ninguna enfermedad clínicamente declarada, pero al hacer las pruebas metabólicas y de bioseguridad para corroborar que eran personas saludables observaron ciertas alteraciones metabólicas (susceptibilidad de desarrollar la enfermedad) e inclusive corroboraron que 25 por ciento de los interesados en participar en el protocolo ya eran diabéticos sin diagnóstico.
Así fue como establecieron que el factor heredofamiliar es determinante para iniciar acciones de prevención. Al respecto la especialista mencionó que si alguno de los padres de un individuo es diabético, la probabilidad de que éste desarrolle la enfermedad es del 15 por ciento, pero si ambos progenitores tienen la patología, la susceptibilidad aumenta a 30 por ciento.
Sin embargo, existe la posibilidad de poder regular esta carga genética y prevenir el desarrollo de la enfermedad o retrasar su aparición, para ello se requiere de la epigenética, la cual ayuda a regular la expresión génica y a lograr que los genes permanezcan apagados, o bien, postergar la afección.
Consideró que para reducir las cifras se deben reforzar las políticas públicas de prevención, fortalecer las asignaturas que permitan a los médicos en formación detectar la enfermedad desde que inicia y abordarla apropiadamente en la clínica, así como impulsar la investigación orientada a buscar tratamientos de vanguardia como la terapia génica y el desarrollo de nuevos fármacos.