Los problemas globales requieren soluciones globales, y la Cumbre de Líderes del G20 en noviembre ofrece una oportunidad para que los líderes mundiales establezcan planes que puedan protegernos de futuras catástrofes como COVID-19
Protección Animal Mundial pedirá a G20 acabar con mercados húmedos
Por Steve McIvor, Director General de World Animal Protection
Deseo que el COVID-19 sea una llamada de atención para el mundo, porque una prohibición global del comercio de vida silvestre nunca antes ha sido más urgente.
Se cree que la pandemia mortal que actualmente se extiende por todo el mundo dejando un rastro de destrucción se originó en un mercado húmedo en Wuhan, China, donde se vendían animales silvestres.
La ciencia sugiere que el virus proviene de murciélagos y se trasladó a los humanos a través de un animal intermediario, potencialmente un pangolín. Todavía no es posible confirmar el animal exacto del que proviene el COVID19, pero lo que sí sabemos es que fue causado por la explotación de animales silvestres.
Esta pandemia ha creado una situación extraordinaria, pero las circunstancias sobre cómo surgió ciertamente no lo son.
De hecho, más del 70% de las enfermedades infecciosas zoonóticas emergentes provienen de la vida silvestre. La epidemia de SARS, por ejemplo, se cree que proviene de comer civetas, un mamífero del tamaño de un gato. La larga lista de infecciones transmitidas a los humanos por los animales también incluye MERS, Ébola, VIH y rabia.
A medida que nos adentramos más en los hábitats de vida silvestre, más nos relacionamos con los animales silvestres, y esto es algo arriesgado. Sumado a lo anterior, sacar animales de la naturaleza o criarlos en cautiverio para venderlos en mercados no regulados, antihigiénicos y estresantes para los animales, crea una mezcla letal para que las enfermedades prosperen.
La amenaza para la salud humana por el tráfico de vida silvestre es un problema que ha sido ampliado por la crisis global que estamos viviendo actualmente. Las personas están perdiendo trágicamente vidas, seres queridos, trabajos e ingresos. Sé que también está afectando nuestra salud mental con el aislamiento y la libertad de movimiento restringidos. La gente sufre. Pero los animales silvestres ya no pueden ser más las víctimas olvidadas.
Los animales están en el centro de un cruel negocio multimillonario que los explota a escala industrial. Explotados para ser consumidos como alimentos, utilizados en medicina, viviendo como mascotas exóticas, o utilizados como accesorios fotográficos como una experiencia de vacaciones «única en la vida».
Enfrentan miedo y sufrimiento, privados de la vida que tendrían en la naturaleza. Son tratados como meros productos, y su bienestar es ignorado. Están apiñados en jaulas, se mantienen en mal estado de salud y, a menudo, son asesinados para tomar partes de su cuerpo. Que quede claro: este es un negocio inherentemente cruel.
El comercio de vida silvestre puede ser visto como un lucrativo negocio por personas como cazadores, granjeros, exportadores y vendedores. Pero los expertos sugieren que la actual pandemia de COVID-19 podría costar a la economía global miles de millones de dólares, lo que nos encamina a la peor crisis económica desde la «Gran Depresión» de la década de 1930. Esta crueldad tiene un precio que el mundo no puede pagar.
Pero tenemos una oportunidad para restablecer el equilibrio y dejar a los animales silvestres en sus hábitats naturales. Los animales son seres sensibles capaces de experimentar alegría, tristeza, miedo y de establecer lazos emocionales.
Cualquiera que haya visto a un elefante llorando por la pérdida de un miembro de la manada, o delfines en el océano jugando entre su manada, como he tenido la suerte de experimentar, lo sabrá. Desempeñan papeles muy importantes en los ecosistemas de todo el mundo. Sin embargo, el comercio de vida silvestre es insostenible, lo que lleva a muchas especies al borde de la extinción, y esto se vuelve más grave a medida que nuestra población crece.
Cuando dejemos a los animales silvestres en la naturaleza, creamos un mundo con menos crueldad animal y por ende, las amenazas zoonóticas se reducen drásticamente. No podemos dejar esto a la suerte. Una prohibición global del comercio de vida silvestre es la única forma de acabar con la crueldad y proteger nuestra salud.
Para prevenir de manera efectiva otra pandemia y proteger a los animales, la salud humana y la economía, necesitamos un compromiso global y debe abarcar el comercio de todos los animales silvestres. Esto significa prohibir el uso de los animales silvestres como alimentos, medicinas, mascotas, productos de lujo y entretenimiento. Ya que el riesgo no se encuentra solo en el consumo como alimento de los animales silvestres.
De la mano de la prohibición del comercio de vida silvestre, debe implementarse alternativas económicas y educación para reducir el riesgo de que la demanda de los consumidores conduzca a la clandestinidad del comercio de vida silvestre. Necesitamos desafiar el statu quo actual. Menos demanda significa menos sufrimiento y, en última instancia, disminuye el riesgo de futuras pandemias.
Esto no es solo una ilusión. China ha dado algunos pasos prometedores, respondiendo a la pandemia prohibiendo el consumo de animales silvestres como alimento, y Vietnam también está preparando iniciativas similares. Muchos consumidores también están dando la espalda a consumir animales silvestres por elección propia.
Necesitamos urgentemente una prohibición global del comercio de vida silvestre, pero también debemos cambiar la forma en que vemos a los animales silvestres. Si no tomamos medidas inmediatas, eventualmente, los hábitats de animales silvestres podrían desaparecer para siempre, mientras que la salud humana se tambaleará al borde de otra pandemia.
Los problemas globales requieren soluciones globales, y la Cumbre de Líderes del G20 en noviembre ofrece una oportunidad para que los líderes mundiales establezcan planes que puedan protegernos de futuras catástrofes como COVID-19. Al comprometerse a poner fin al comercio mundial de vida silvestre, y que los miembros del G20 introduzcan y apliquen prohibiciones nacionales, es una oportunidad única de corregir este error.
Sin embargo, no es solo responsabilidad de los líderes mundiales, todos tenemos un papel que desempeñar, tomar mejores decisiones para los animales silvestres. Porque los animales silvestres no nos pertenecen, pertenecen a la naturaleza, y así es como ayudaremos a detener futuras pandemias.