Estudio realizado en 26 colonias del Valle de México refleja que el ruido producido por las naves aéreas “excede para todos los puntos el valor recomendado” por la OMS
Ruido de nuevas rutas aéreas amenaza de salud pública
El “Estudio de la inmisión acústica del ruido en tierra, producida por el sobrevuelo de aeronaves” en el espacio aéreo del Valle de México que mandó a realizar el Colectivo Ciudadano “Más Seguridad Aérea, Menos Ruido”, determina que estamos frente a una grave amenaza de salud pública por el rediseño de las rutas de llegada y salida al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México porque las mediciones realizadas en las distintas horas del día “excede para todos los puntos el valor recomendado” de decibeles de ruido decretados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En el horario nocturno el máximo recomendado de 40 dB (decibeles) se excede entre 15 dB hasta 25 dB y produce afectaciones en el proceso de sueño. En el horario diurno el valor de 45 dB recomendado por la OMS a partir del cual se genera molestia, los valores medidos oscilan entre 54 a 63 dB, excediendo desde 9 dB hasta 18 dB los valores recomendados, con “el posible deterioro en el proceso cognitivo de los niños, por lo que las escuelas y los hogares que no cuenten con suficientes elementos de mitigación de ruido, tendrán afectaciones en estos procesos”.
Rafael Trovamala Landa, quien es doctor en Ciencias por la Universidad de Oviedo e investigador invitado del laboratorio de acústica del National Institute of Standards and Technology, concluyó que “la frecuencia del sobrevuelos de aeronaves a lo largo del día y la noche, agrava, tanto la percepción como la molestia, especialmente en la madrugada cuando el ruido de fondo disminuye, haciendo que la diferencia de intensidad de sonido sea más grande, lo que hace que el efecto se magnifique y se produzcan alteraciones al sueño y a la salud”.
El también catedrático del Instituto Politécnico Nacional fue el encargado de realizar el estudio para establecer la inmisión, es decir la “Agresión ambiental o concentración de la contaminación en un lugar y en un momento concretos” (RAE), en un periodo del 3 al 19 de mayo de 2021, durante más de 672 horas, en 26 puntos, incluyendo días laborables y fines de semana.
Existen límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para las distintas actividades, el tiempo al que se puede estar expuesto y la posible consecuencia si estos se sobrepasan, expresó la experta en ruido, Jimena de Gortari Ludlow, quien agregó que el sonido suele ser clasificado como ruido cuando daña el mecanismo auditivo, cuando causa en el cuerpo otros efectos que son dañinos para la salud y la seguridad, quita el sueño y no deja descansar, interrumpe la conversación u otras formas de comunicación, cuando molesta o irrita.
De acuerdo con la exposición de Jimena de Gortari, la OMS recomienda que las personas no se expongan por tiempos prolongados a intensidades superiores a los 55 dB, situación que bajo las condiciones actuales de las dinámicas urbanas es imposible de cumplir. Con intensidades a partir de los 85 dB se vulnera el sistema nervioso de las personas, provocando estrés, fatiga, ira, además de afectaciones más evidentes, como sordera y otros daños irreversibles al oído.
Incluso, la exposición prolongada a niveles de ruido muy altos puede causar enfermedades crónicas, como la hipertensión o enfermedades cardíacas como la isquemia. En otros ámbitos afecta a la comprensión, la memoria o el proceso de resolución de un problema, pérdida de audición, trastorno del sueño, reducción del rendimiento, así como efectos sobre el comportamiento social.
Yomara García Viera, presidenta de la organización española Juristas contra el Ruido, destacó que estudios han determinado que una exposición al ruido arriba de los 70 dB puede llegar a afectar a un feto en las mujeres embarazadas y básicamente en su intervención puso de manifiesto que a través de juicios jurisdiccionales existe la posibilidad de lograr triunfos frente a las decisiones tomadas por las administraciones públicas, e incluso conseguir indemnizaciones relevantes para los afectados.
Rafael Trovamala dijo que existen todas las condiciones técnicas para que el gobierno pudiera realizar los estudios sobre el impacto del ruido y, agregó, nuestro país no está atrasado en normatividad sobre esta molestia pública con los países adelantados o del primer mundo, sino que “estamos atrasados con respecto a países atrasados en el mundo”.
Jimena de Gortari aseguró también que “el daño ocasionado por el ruido en la audición es generalmente un proceso lento e indoloro. También se pueden evidenciar cambios químicos en la sangre y en su volumen de circulación. Se ejerce demasiada presión sobre el corazón, hay un impedimento del sueño y el descanso restauradores, además de que obstaculiza la convalecencia y en general, puede ser una forma de tortura. El organismo no se adapta al ruido; llega a habituarse, y paga un precio. El precio de esta habituación es, en sí mismo, un peligro para la salud”.
Y este “mal invisible” ha pasado desapercibido por las administraciones de la ciudad; ya que, a pesar de existir normativa local y federal, son escasos los planes de acción que busquen mejorar la situación; el ruido no aparece ni en la política pública ni en los discursos que prometen una ciudad más humana, sin olvidar los planes de desarrollo urbano.
Apunto De Gortari que el artículo 4º constitucional establece que “toda persona tiene derecho a un ambiente sano para su desarrollo y bienestar y que el Estado garantizará el respeto a este derecho, por lo que el daño y deterioro ambiental generará responsabilidad para quien lo provoque en términos de lo dispuesto por la ley”, mientras el artículo 76 de la Ley de Aviación Civil establece que: “Las aeronaves que sobrevuelen, aterricen o despeguen en territorio nacional, deberán observar las disposiciones que correspondan en materia de protección al ambiente; particularmente, en relación a homologación de ruido y emisión de contaminantes”.
Sin embargo, estos preceptos se incumplen, precisamente por lo que reiteró Rafael Trovamala, que México en cuestión de legislación sobre ruido está atrasado entre los países atrasados.