WWF hace un llamado urgente a todos los países de la región para sumar acciones orientadas a apagar los fuegos, minimizar las causas de los incendios y reducir las presiones que afectan a estas zonas
Se reaviva fuego en la Amazonía, la Chiquitanía y el Pantanal
Un cambio en la dirección de los vientos ocurrido en la última jornada, ha hecho que los fuegos en varios puntos, principalmente en la Chiquitanía, en Bolivia, y el Pantanal, en Paraguay, Bolivia y Brasil, se intensifiquen y se registren nuevos focos de incendios. En la Amazonía la cantidad de puntos de calor ya es más de un 80% mayor que en 2018.
Los esfuerzos realizados en Bolivia por miles de voluntarios, bomberos forestales y grupos de protección en áreas protegidas, quienes trabajan sin el equipo básico como máscaras y botas, no ha sido suficiente para detener y apagar el fuego. Desde el viernes 23 de agosto, un avión Super Tanker con capacidad de 72.000 litros de agua, alquilado por el Estado Boliviano, sobrevuela algunas de las áreas afectadas, pero este esfuerzo tampoco ha bastado para hacer frente a las llamas.
De acuerdo con un reporte del Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz en Bolivia, un millón de hectáreas habrían sido afectadas a la fecha. Desde ayer, se registran protestas en distintas ciudades intermedias cercanas a los puntos más impactados y hoy se realizan movilizaciones en todo el país, solicitando ayuda internacional.
Por otro lado, ante los incendios que ocurren en la Amazonía, el presidente de Brasil comunicó, a través de medios masivos, que existe “tolerancia cero” ante crímenes contra el medio ambiente y envió a las fuerzas militares a combatir el fuego. La emergencia en la Amazonía ha adquirido repercusión internacional, con protestas y manifestaciones de líderes mundiales.
La deforestación es una de las causas de los incendios que ocurren en estas regiones. Un 20% de la Amazonía ya ha sido deforestada, lo que significa que el bosque está perdiendo su capacidad para cumplir su rol. El área total de alertas de deforestación en la Amazonía brasileña entre enero y julio de 2019 ha crecido significativamente en comparación con los últimos años, alcanzando un aumento del 278%.
La temporada de incendios en las zonas afectadas tiene lugar entre agosto y octubre, con su punto más alto en septiembre, lo que mantiene a estas regiones en un riesgo permanente, este año muchos lugares no han tenido lluvia en más de seis meses.
Los incendios forestales, que se registran desde hace más de dos semanas en estas zonas, incluida la parte norte de Paraguay, afectan gravemente a la biodiversidad, poniendo en riesgo a especies emblemáticas y hábitats que permiten la supervivencia de distintas especies de animales y plantas. Estos focos de incendios incrementarán las consecuencias del cambio climático, con potenciales sequías e inundaciones por falta de cobertura vegetal.
Además, tiene impactos socio económicos para las familias de pequeños productores y comunidades indígenas cuyas fuentes de ingresos son los servicios que les brinda la naturaleza, los cuales están en riesgo. Familias en territorios indígenas como Monte Verde, en Bolivia, enfrentan ya los efectos de esta emergencia, en la que han perdido 100.000 hectáreas de bosques y los niños y madres lactantes han sido evacuados por el riesgo latente.
WWF hace un llamado urgente a todos los países de la región para sumar acciones orientadas a apagar los fuegos, minimizar las causas de los incendios y reducir las presiones que afectan a estas zonas. Se requieren recursos y fuertes políticas públicas para evitar las causas que han puesto en riesgo a la Amazonía y otras ecorregiones de enorme importancia para América Latina y el mundo.