María de los Ángeles platica que se levanta todos los días a las 4 de la mañana para trasladarse desde Huixquilucan a la colonia del Valle, en la alcaldía Benito Juárez
Trabajadora de limpia honra la memoria que le dejó su padre
“Gracias a Dios, a mi papá, hoy tengo este trabajo, él ya no está, falleció, pero a mí me da mucho gusto que haya podido conservarlo y tenerlo yo ahora”, con estas palabras es como María de los Ángeles Jiménez Cid, trabajadora de limpia y transporte del Gobierno de la Ciudad de México, honra la memoria que le dejó su padre al heredarle uno de los mejores oficios en la Ciudad de México: barrer todos los días las calles de la ciudad.
“El 16 de diciembre cumplí 9 años de barrer las calles de la ciudad, la verdad no pensé durar estos 9 años aquí, se me han hecho muy, muy cortos, porque me gusta mucho mi trabajo. La mayor satisfacción que he tenido en estos años es que las calles están limpias, la alegría de la gente a quien le recibo la basura y que me tienen aprecio porque soy amable, he logrado muchas amistades gracias a mi trabajo”, comenta.
Reconoce que en estos años también se ha enfrentado a la falta de cultura e insensibilidad por parte de algunas personas que aún no toman conciencia sobre la separación de la basura: “Es muy difícil porque mucha gente no tiene la educación, se podría decir, de separar la basura. Nos falta mucha cultura o mucha sensibilidad de saber que si separamos la basura es un bien para todos”.
Asegura que si todos los ciudadanos separaran de manera correcta los residuos sólidos “nos ahorrarían tiempo y yo creo que estaríamos menos expuestos a enfermedades ¿no? porque nosotros tenemos que meter las manos en lo que es la suciedad para estar separando papel, botellas, latas, comida”.
María de los Ángeles platica que se levanta todos los días a las 4 de la mañana para trasladarse desde Huixquilucan a la colonia del Valle, en la alcaldía Benito Juárez: “Sin tráfico me hago como 45 minutos, es un trabajo que me ha dado mucho, para mí es algo muy bonito pero también muy difícil y muy triste a la vez porque hay mucha gente que no lo valora, porque no saben los percances que uno pasa aquí como en el frío, el sol, las lluvias y el aire. Todo eso nos afecta y a veces no lo comprenden”.