En la UNAM, investigadores ya conforman la Colección Odontológica Nacional y una base de datos para generar herramientas que ayudará en esa tarea
La dentadura, testigo confiable para la identificación de cuerpos
La dentadura es testigo confiable para identificar cuerpos. Las características morfológicas y métricas de cada una de las piezas dentales (32 en promedio), más los aspectos adquiridos por uso de brackets, amalgamas, endodoncia o pigmentación, hacen que la probabilidad de que haya dos dentaduras idénticas sea prácticamente nula, pues la cantidad de combinaciones de patrones es inmensa.
En condiciones ideales, el análisis morfológico y morfométrico de dientes permiten estimar el sexo, edad y ancestría (afinidad biológica a un tipo de población) de un individuo. La odontología forense puede ofrecer información inequívoca para la reconocer cuerpos en fase adelantada de descomposición, esqueletizados, ahogados o calcinados por explosiones o desastres masivos.
Ante la necesidad de generar estándares basados en nuestra población, Ivet Gil-Chavarría, de la Unidad de Identificación de la licenciatura en Ciencia Forense de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, y Mirsha Quinto, responsables del Laboratorio de Antropología y Odontología Forense (LAOF) de la misma entidad, conforman la Colección Odontológica Nacional, con apoyo de la División de Estudios de Posgrado e Investigación de la Facultad de Odontología.
Está dividida en tres apartados: dientes extraídos por algún tratamiento y donados por pacientes; modelos dentales de yeso utilizados para tratamientos de ortodoncia y digitalizados en 3D; y ortopantomografías.
Como parte de ella, los investigadores desarrollan el proyecto “Determinación de estándares de identificación humana a partir de muestras dentales para uso forense en México”, de la cual se derivan tres líneas principales: estimación del sexo, de la edad y de la ancestría.
Así, a partir de registros métricos de las coronas de los dientes, basados en caras oclusales y cervicales, se generan patrones de referencia para la estimación del sexo.
En cuanto a la edad, implica medir la transparencia de la dentina radicular y, en radiografías, las proporciones del diente. Sin embargo, estos métodos no son tan precisos, pues el rango de estimación es de tres a siete años. “Por eso se habilita la técnica de carbono 14, pues aunque es costosa e invasiva, es más precisa.
Gil-Chavarría, en colaboración con expertos del Laboratorio de Espectrometría de Masas del Instituto de Física, analiza piezas dentales para generar tablas de referencia acordes a nuestra población, con la esperanza de que sean útiles en la práctica forense y los peritajes más precisos.
En lo referente a la ancestría, Gil-Chavarría y el equipo del LAOF proyectan el análisis de caracteres no métricos en dientes de poblaciones contemporáneas, para inferir la dinámica de población y mestizaje en México.
Huellas labiales
La forma, tamaño y surcos de los labios también son únicos, igual que una huella digital. México no cuenta con una base de datos de huellas labiales, aunque una marca de este tipo en un vidrio, por ejemplo, puede servir para identificar a alguien.
A fin de recolectar huellas labiales para hacer investigación forense a partir de la queiloscopía (estudio de los surcos de los labios, que, además de ser únicos, son perennes), los responsables del LAOF y la tesista Cynthia San Juan Moro, de la Facultad de Odontología de la UNAM, lanzaron la campaña “Dona un beso para la ciencia”.
“En el LAOF se fotografían y registran las huellas, y en un futuro cercano se tiene pensado mapearlas por medio de una herramienta digital para determinar cuáles son sus surcos más relevantes, lo que ayudará a disminuir la subjetividad en la práctica forense”, apuntó Gil-Chavarría.
Una vertiente de este proyecto es integrar fotos tomadas con un celular a la base de datos de huellas labiales, y compararlas con un protocolo científico. Se estudiaría su calidad y se determinaría su utilidad para el análisis queiloscópico.
Finalmente, la investigadora exhortó a la población a donar un diente de inevitable extracción o una huella labial, que servirán para investigación en odontología con fines forenses. “Son fuentes de información que ayudarán a generar conocimiento útil en la procuración de justicia y en la identificación de personas”.