En México, 88% de las 130 especies cuyo fruto o semilla se come, depende de los polinizadores para su producción
Creará Sedema jardines de polinización para conservar biodiversidad
Como parte integral del Programa de Infraestructura Verde para la conservación de la biodiversidad y el fortalecimiento de la resiliencia de los ecosistemas, la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la Ciudad de México impulsa la creación de jardines y corredores de polinización.
Este tipo de jardines serán la base del diseño de la infraestructura verde de la capital del país. En estos espacios serán colocadas plantas, preferentemente nativas de la región, como la dalia (Cahlia sp), huele de noche (Cestrum nocturnum) o sábila (Aloe barbadensis) que proveerán alimento, refugio, agua y espacio para los polinizadores.
La polinización es un proceso vital para el mantenimiento de la biodiversidad en la tierra. De ella depende la reproducción de cerca de 90% de las plantas con flor, las cuales desaparecerían si sus visitadores no las polinizaran.
Entre los animales más significativos para llevar el proceso de polinización destacan las abejas, avispas y hormigas. De las cuales hay cerca de seis mil 313 especies en el país, es decir 3% del total mundial. También sobresalen las mariposas y polillas, así como el colibrí, de éste último hay 56 especies en México, que representan el 16% en el mundo.
Animales como el murciélago, las mariposas, escarabajos y polillas son los responsables de transportar el polen de una flor a otra, de este modo ayudan a las plantas a su reproducción. En este proceso, colectan el polen (gameto masculino) producido por las plantas, lo transportan hacia las partes femeninas de la flor y fecundan los óvulos, produciéndose así las semillas y los frutos.
En México, 88% de las 130 especies cuyo fruto o semilla se come, depende de los polinizadores para su producción. Un ejemplo es el chile, el mango, la manzana, el frijol, el jitomate, la calabaza, el café entre muchos más.
Actualmente, los polinizadores enfrentan amenazas que los pueden llevar a la extinción debido a la pérdida del hábitat por la agricultura y zonas habitacionales, así como por el uso de pesticidas en cultivos, jardines y áreas verdes.
Con el establecimiento de estos jardines en calles, avenidas y espacios públicos, se contribuirá a la adaptación del cambio climático y se logrará reducir la vulnerabilidad ante desastres naturales.