Por Diana Valencia

Hace un año apareció en la ciudad de Wuhan, China, un virus, al que le pusieron por nombre SARS-COV-2, y que hasta el momento ha matado aproximadamente 1,52 millones de personas en todo el mundo.

Entre los primeros datos que se dieron a conocer, surgió el hecho de que este virus surgió, de acuerdo con los diversos científicos, en uno de los varios mercados húmedos de esa ciudad China debido al mal manejo en que se tenían a los animales que usaban para consumo, muchos de ellos provenientes del tráfico de especies, aunado a la forma de tratarlos antes de consumirlos o venderlos.

Es lamentable que muchos humanos hayan muerto a causa de este virus, sin embargo, si nos remitimos a números, las muertes animales han sido catastróficas, además de que el origen de la pandemia y de otras pandemias que podrían surgir continúan radicando en el mal manejo, en el abuso y en la explotación de los animales.

Tan sólo, en los últimos días no enteramos del asesinato de aproximadamente 17 millones de visones en Dinamarca, todo ellos, animales destinados a la industria de las pieles, y que desarrollaron una mutación del mismo virus humano, que ocasionó que los eliminaran. ¡Un holocausto!

Pero hay más números, 190 mil gallinas y pollos sacrificados por brote de gripe aviar, en granjas de Francia, Suecia, Irlanda y el Reino Unido, entre otros países europeos, mientras que en Croacia detectaron un foco de gripe aviar de la cepa H5N8 en una granja de pavos de engorde.

Enfermedades ocasionadas por el mismo ser humano y originadas dentro de la industria alimentaria ¿por qué?, por el tipo de alimentación modificada genéticamente para que estos animales engorden los más pronto posible y satisfagan una demanda insaciable de carne.

Pero aún faltan más números, tan sólo en la industria de la alimentación, de acuerdo con datos la FAO “en todo el planeta se produjeron 293 millones de Tm de carne en 2010. En los países asiáticos en desarrollo, donde ha tenido lugar la mayor parte del aumento de la población mundial, el consumo de carne ha crecido a más del 4 % anual en las últimas décadas”.

De acuerdo con datos de la organización internacional  Protección Animal Mundial, 70 mil millones de animales de granja son criados y sacrificados en todo el mundo.

Estimado lector, ¿vio bien las cifras?, ¡70 mil millones de animales considerados de granja, son criados de forma industrial para la alimentación humana a nivel mundial!.

Datos del Inventario Porcino 2010-2019 de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, en la República Mexicana, indican que en el año 2010 se comercializaron 15,435,412 para terminar en 18,365,289 para 2019, cabezas de ganado porcino.

De acuerdo con la FAO “se estima que la pérdida de especies es entre 50 y 500 veces más alta que la registrada en toda la historia del planeta. Quince de 24 ecosistemas que proporcionan importantes servicios ambientales están en declive”.

Pero aún faltan más datos, de acuerdo con la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) se estima que otros 1,7 millones de virus actualmente “no descubiertos” existen en mamíferos y aves, de los cuales hasta 850.000 podrían tener la capacidad de infectar a las personas.

“No hay un gran misterio sobre la causa de la pandemia de COVID-19 —o de cualquier pandemia moderna—. Las mismas actividades humanas que impulsan el cambio climático y la pérdida de biodiversidad también generan riesgos de pandemia a través de sus impactos en nuestro medio ambiente”, dijo el Dr. Peter Daszak, presidente de EcoHealth Alliance y del taller de la IPBES.

Todo lo anterior para poner en contexto las acciones que realizará Campaña Abriendo Jaulas, Abriendo Mentes, que a través de nuestras redes sociales efectuaremos una serie de banners que tendrán la misión de concientizar a lo largo de este mes en que festejaremos una navidad atípica, el papel de los animales en su hábitat.

Su papel, no en nuestros platos, no en nuestra piel, no en nuestras casas encerrados. Los silvestres, los de granja, los domésticos, todos y cada uno de los animales que nos acompañan en el mundo, tienen una misión ecológica y ecosistémica, que nosotros, los humanos, estamos alterando y ocasionándoles la muerte y por ende a nosotros también.

Por eso Abriendo Jaulas, Abriendo Mentes, nos pone a reflexionar en estos días navideños, nuestro papel en el mundo, y el de los animales, no para servirnos de ellos, sino para convivir armónicamente en el mundo, en lo que está quedando de él, sirva esto para pensar en el futuro de nuestro planeta.