El cambio de gobierno en EU plantea la posibilidad de un retorno a la cooperación internacional: María Cristina Rosas, de la FCPyS
En el nuevo orden mundial se ve liderazgo compartido
A escala mundial, en los próximos años se observará un liderazgo compartido entre naciones, un sistema de alianzas y cooperación; por ello, en el mediano plazo no se percibe una hegemonía, coincidieron en señalar expertos de la UNAM.
Al participar en la conferencia de medios a distancia ¿Cómo se configura el nuevo orden mundial?, María Cristina Rosas González, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), sostuvo que Estados Unidos, la Unión Europea y Japón “están mermados”, en tanto que China proyecta un liderazgo creciente; tampoco se puede descartar a Rusia, ni el reposicionamiento de India, donde se manufacturan varias de las vacunas requeridas para combatir la pandemia.
Dámaso Morales Ramírez, también académico de la FCPyS, aclaró que EU aún sigue siendo la gran potencia mundial; sin embargo, si se piensa en una potencia pospandemia no se puede considerar una sola nación, por lo que para mantener ese liderazgo requiere de la cooperación trasatlántica con los europeos y del acuerdo de Norteamérica. En tanto, Europa también necesitaría de un esquema de colaboración. En suma, el significado de potencia posCOVID será colectivo.
Para Enrique Dussel Peters, de la Facultad de Economía, “nos tendremos que acostumbrar a convivir con el viejo rico del pueblo global (EU), y con el nuevo rico (China), y todas sus implicaciones”. En ese sentido, el tema de las nuevas relaciones triangulares es fundamental; ahora los “casamientos” únicos tendrán poco sentido para países como México, que tiene en EU y el país asiático a sus dos primeros socios comerciales.
Al respecto María Cristina Rosas añadió que en los próximos años veremos a una China pujante “que no sé si se atreverá a ser líder mundial, porque eso tiene un precio muy alto, como ir a guerras y ser criticado, pagar con sus muertos, invertir en la gobernanza global, destinar recursos para sostener organismos internacionales, etcétera. Veo al gigante asiático como un país que espera, que observa, que tiene la calma que le da su cultura e historia, esperando a que se desgasten los demás para llegar finalmente a donde quiere”.
Lo anterior, parte del supuesto de que Estados Unidos tendrá diversos problemas para rehacer su lugar en las relaciones internacionales posCOVID, y sin perder de vista el caso de Rusia, un país que ya venía de menos a más.
De igual forma, recordó que a partir de que el mundo decidió adoptar al terrorismo como la mayor amenaza a la seguridad internacional se dejó de lado otra serie de temas relevantes para el progreso y seguridad globales, flagelos que hoy nos tienen de rodillas, como epidemias y pandemias.
La integrante de la FCPyS aseguró que EU ya venía en declive. Obama aceptaba que su país era el primero entre iguales y un socio indispensable con el que era necesario concertar la gobernanza global, pero Trump renunció a liderar al mundo en términos amplios y para responder a la pandemia, e incluso a resolver el problema internamente, por eso es la nación más golpeada por el SARS-CoV-2.
El cambio de gobierno en Estados Unidos plantea la posibilidad de un retorno a la cooperación internacional, tardía pero muy necesaria, dijo María Cristina Rosas.
Naciones pospandemia
Dámaso Morales consideró que reposicionarse en el nuevo orden mundial implica para la Unión Americana incrementar sus capacidades de ataque y lucha contra la pandemia, y de resiliencia. En tanto, Europa ha tenido tropiezos en el esquema de vacunación y si no lo recompone tendrá serios problemas para relanzar su economía; además, hay que considerar el impacto que tendría una tercera ola de contagios en un continente que requiere reactivar el turismo, por ejemplo.
Aquellas naciones que tengan una lectura exacta de la realidad posCOVID y actúen en consecuencia, serán las que tendrán mayor posibilidad de participar en el nuevo orden mundial, precisó.
El viejo continente está apostando a una recuperación de su mercado de consumo interno y a una reconfiguración de sus capacidades industriales, mirando a la propia Unión Europea y su vecindad, particularmente el norte de África y algunos países de Medio Oriente.
El universitario sostuvo que la suerte de los europeos se vincula a lo que pasa en Estados Unidos y a las capacidades que ambos tengan de reconstituir el orden multilateral en contra de algunos de sus competidores, entre ellos, China.
Dussel Peters expuso que las alianzas globales y regionales son de relevancia. EU está tratando de recomponer sus ligas con Europa y Japón, y éste último país no puede cerrar los ojos ante la creciente presencia de China, por lo que participa en un acuerdo comercial con su vecino.
No obstante, el principal aspecto de un nuevo orden mundial en el siglo XXI es el gigante asiático. “Vivimos un G-2, es decir, la relación entre dos grandes potencias, China y Estados Unidos”. La participación de los asiáticos en el PIB global en el 2000 era de 3.6 por ciento y la de EU de 30 por ciento; en 2020-2021 será de 20 y 23 por ciento, respectivamente. La presencia China no es un tema estadístico, sino real.
Desde una perspectiva mexicana y latinoamericana es importante el concepto de relaciones triangulares, donde en el corto, mediano y largo plazos tendremos que acostumbrarnos a lidiar entre Estados Unidos, que seguirá siendo el país relevante para nuestra región, y China. De ahí la importancia de tener un mayor conocimiento del país asiático, concluyó.