El titular de la FND participó en el “Encuentro Virtual de Economistas en Jefe de la Banca de Desarrollo de América Latina y El Caribe”
FND contribuye a fortalecer la economía nacional
La Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND) impulsa la aplicación de un crédito seguro para fortalecer la economía nacional, a fin de hacer frente a los efectos que ocasionó la pandemia por el Covid-19 y generar mejores condiciones de financiamiento a los sectores estratégicos y a los productores más vulnerables del país.
Así lo afirmó el director general de la institución, Baldemar Hernández Márquez, al participar en el “Encuentro Virtual de Economistas en Jefe de la Banca de Desarrollo de América Latina y El Caribe”, organizado por la Asociación Latinoamericana de Instituciones Financieras para el Desarrollo (ALIDE), en donde también expresó que el objetivo es generar las condiciones que se requieren para alentar un constante crecimiento económico, que permita hacer frente a los efectos ocasionados por la pandemia, con una visión integral y de cooperación entre las instituciones públicas y privadas.
“En este contexto, nuestra obligación como funcionarios y representantes de entidades financieras y bancarias, es la de reinstalar a la banca de desarrollo con una visión de futuro que facilite estas metas”, afirmó.
Subrayó que, para enfrentar este nuevo reto, es necesario mirar hacia atrás para visualizar cómo se han atendido los desafíos económicos y hacer una proyección hacia el futuro para encaminar las acciones rumbo a metas muy bien focalizadas.
En este contexto, destacó que en la Financiera Nacional de Desarrollo se llevan a cabo acciones concretas para alentar a los sectores productivos más rezagados mediante el financiamiento, en particular en aquellas regiones más atrasadas, a fin de generar nuevos polos regionales y vincularlos hacia los mercados.
Detalló que, para lograr esta meta, se complementa el financiamiento con los fondos de apoyos sectoriales, lo que evita el intermediarismo y se enlaza el crédito para que los productores de más bajos ingresos puedan recibir los créditos de una manera directa y con mejores tasas de interés.
“Esto nos permitirá generar fuentes complementarias de financiamiento de segundo piso, nacionales o internaciones, así como de las instancias políticas y administrativas, priorizando la eficiencia de los recursos naturales y las fuentes de energías renovables, acrecentando el ingreso de los productores y fortaleciendo el acceso de las mujeres a las fuentes de financiamiento público”, aseveró.
Puntualizó, además, que el reto mayor ha sido cambiar el paradigma tradicional y atender al mercado bajo una visión económica y social; en especial ante el panorama generado por el Covid-19, el cual se constituyó como un catalizador para hacer más visibles los rezagos económicos y sociales del país.
Ante ello, apuntó, “es la hora de la Banca de Desarrollo para forjar una economía para el siglo XXI, con una sociedad más equitativa y justa, cuyas necesidades perfilen un nuevo tipo de crecimiento y de financiamiento”.
El titular de la FND recordó que en México el financiamiento hacia el sector agroalimentario es escaso y selectivo, ya que menos del 10 por ciento de las 5.5 millones de Unidades Económicas Rurales, tienen acceso a este tipo de esquemas, por lo que es labor de la Financiera Nacional de Desarrollo y la banca de desarrollo, propiciar un crédito incluyente y accesible para los productores del territorio nacional.
Aseveró que la estrategia de inclusión financiera busca un desarrollo local y sectorial, desde una perspectiva integral e institucional, que posibilite establecer un crédito seguro, oportuno, flexible, barato y supervisado, para favorecer el crecimiento de las unidades de producción rural.
Por su parte, el secretario general de la Asociación Latinoamericana de Instituciones Financieras para el Desarrollo (ALIDE), Edgardo Álvarez, señaló que, si bien la pandemia del COVID 19 tomó a los países desprevenidos, se han hecho esfuerzos muy grandes para paliar sus efectos y los bancos de desarrollo han sido pieza clave para enfrentar este desafío global.
Ahora, subrayó, es necesario enfrentar el reto de la recuperación y que las economías vuelvan a crecer, por ello, quienes dirigen a las bancas de desarrollo tienen el reto “de volver a orientar a sus instituciones en la senda del crecimiento inclusivo y, sobre todo, a no dejar a nadie atrás”.
En tanto, el jefe del Programa de Estudios e Información de Alide y moderador del encuentro, Romy Calderón, resaltó que otro de los retos de la Banca de Desarrollo es canalizar una mayor inversión pública para proyectos climáticos, así como fomentar la inclusión financiera como puntos clave.
Destacó también la necesidad de reenfocar los planes y objetivos de la banca de desarrollo para orientarlos hacia las áreas más urgentes, así como canalizar fondos en las actividades productivas y sociales que requieren de un mayor financiamiento; esto, agregó, cuidando que las empresas no caigan en una situación de sobre endeudamiento, a fin de mitigar los riesgos de mercado.
Asimismo, subrayó el papel que ha jugado la Banca de Desarrollo en el contexto internacional, al ser un factor anticíclico que ha facilitado atenuar el impacto económico de la pandemia y constituirse ahora como una herramienta para el crecimiento regional.
“Uno de los factores ha sido la variedad de instrumentos que se han utilizado y el optimismo por lo que se puede hacer; creo que los bancos de desarrollo hoy están bastante empoderados y hay bastante optimismo de lo que se puede y debe hacer, porque ahí los problemas son muy tangibles”, apuntó.
En este encuentro participaron también la directora de Estudios Económicos, Financiera del Desarrollo (Findeter) de Colombia, Mónica Palomino; la economista en jefe del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), Florencia Castro-Leal; el economista en jefe del Banco de Inversión y Comercio Exterior de Argentina, Guido Zack, y el economista en jefe del Banco de Desenvolvimiento de Minas Gerais de Brasil, Adauto Modesto.