El 19 de agosto, Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, es necesario rendir homenaje a quienes realizan esta labor
Incontenible la demanda de ayuda humanitaria
Cada año, aproximadamente 13 millones de personas se suman al elevado número de quienes requieren ayuda humanitaria por conflictos armados, políticos, desastres naturales y sucesos como la pandemia. De acuerdo con cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para 2022 podría llegar a 200 millones, alerta Eduardo Rosales Herrera, investigador de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán.
En 2016, cuando se realizó la Primera Cumbre sobre Asistencia Humanitaria, se expuso que 130 millones dependían de esta asistencia para sobrevivir, y si fueran agrupadas en un solo país serían la décima nación más poblada de la Tierra.
A esa cumbre, acudieron muchos países, pero del G7 la única representante que acudió fue Angela Merkel, de Alemania, quien ya se va, y los otros seis fueron los grandes ausentes. Eso habla del desdén, menosprecio y la poca importancia que se le da a la ayuda humanitaria, reflexiona el doctor en Relaciones Internacionales.
Rosales Herrera comenta lo anterior en ocasión del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, conmemorada a partir de 2008 cuando la Asamblea General de la ONU declaró la celebración en memoria del atentado terrorista del 19 de agosto de 2003 contra la sede de las Naciones Unidas en Bagdad, Iraq, que cobró la vida de 22 personas.
El especialista en Derechos Humanos considera que la pandemia “dejará niveles agudos y de alarma, lo que aumentará las personas que requieren de ayuda humanitaria”.
En busca de lo elemental
Rosales Herrera recuerda que 80 por ciento de las personas que requieren la ayuda es debido a conflictos armados y políticos, seguidos por desastres naturales como la pandemia, lluvias torrenciales, sequías, sismos, tifones, etcétera.
“Conflictos ¿dónde hay? Desde Afganistán hasta Zambia, pero hay puntos álgidos como lo sigue siendo Siria, Libia, Yemen o Líbano, que se encuentra en una situación no vista desde la Segunda Guerra Mundial”, comenta el investigador.
Recientemente la Oficina de Derechos Humanos de la ONU alertó que no detener la creciente violencia, abusos y violaciones de las garantías fundamentales tiene consecuencias desastrosas para el pueblo de Afganistán, donde a partir del pasado 9 de julio tan solo en cuatro ciudades (Lashkar Gah, Kandahar, Herat y Kunduz) se han registrado al menos 183 civiles muertos y mil 181 heridos, incluidos niños.
“En Venezuela van 5.5 millones de personas que han salido, es el mayor exilio del que se tenga memoria en América Latina. Esto muestra que los gobiernos también son responsables de este problema”, agrega.
Según informes de la ONU, con el inicio de la ofensiva de los talibanes en mayo de este año, al menos 241 mil personas son desplazadas y los combates prolongados en las ciudades provocan daños en la infraestructura esencial, como carreteras y puentes, y otros bienes civiles.
“Todo este ambiente de confrontación genera muertos, heridos, desplazados, pero también enormes cantidades de personas que salen de su país en busca de lo más elemental como alimentos o medicinas. También nosotros vemos hoy esto en varios países latinoamericanos”, reflexiona Rosales Herrera.
Hoy en día, la ONU impulsa los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) los cuales buscan disminuir la pobreza y el retraso en el mundo, pero en diversos países está lejana la posibilidad de alcanzarlos, debido a la política interna y externa.
“La asistencia humanitaria va de la mano de los derechos humanos, porque se trata de promover un mundo de paz y oportunidades, un mundo de dignidad, que se ha convertido en la piedra angular de los derechos humanos. Si el ser humano, sobre todo los líderes, no ponen como objetivo esto, no llegaremos a ningún lado”, asevera el autor de El juicio del Siglo (Ed. Plaza y Valdés, 2007).
Para el investigador, ante este panorama es necesario y urgente que la conmemoración del 19 de agosto sea un homenaje para quienes brindan ayuda humanitaria, los voluntarios y organizaciones no gubernamentales, que destinan tiempo, dinero y esfuerzo en esta labor.
Rosales Herrera refiere que, de acuerdo con la Base de Datos sobre la Seguridad de Trabajadores Humanitarios, en 2019 fueron asesinados 108 personas dedicadas a esta labor, 245 heridos y 125 secuestrados. En tanto, los ataques contra personal humanitario en Etiopía aumentaron en 2020 y empeoraron en lo que va de 2021.
“Es un héroe desconocido, es un soldado humanitario al que debemos rendir homenaje y que, en muchos casos, que es lo más triste del asunto, pierden la vida en el cumplimiento de su deber y vocación”, enfatiza.