Esta condición mental se presenta más comúnmente en los altos cargos, o en mandos intermedios, los cuales harán todo lo posible para que un subordinado no pueda brillar
Síndrome de Procusto ¿Qué es y cómo tratarlo?
Lejos de tratarse de una simple afección cognitiva, son cada vez más las organizaciones que evidencian en sus colaboradores el hoy en día el denominado “síndrome de Procusto”. Lucía Pérez, Directora del Global Máster en Recursos Humanos de EAE Business School, lo explica como “una enfermedad psicológica que posee una persona cuando sufre miedo de ser superado, aunque se puede aplicar a cualquier ámbito de la vida en el que haya una organización, en el mercado laboral, el superior hará todo lo posible para que un subordinado no pueda progresar”.
Su origen histórico podría remontarse al mito griego de Procusto, un hombre amable, complaciente y afectuoso que ofrecía refugio a solitarios viajeros en su humilde posada. Cuando estos descansaban plácidamente, este hombre aprovechaba para reducirlos de tamaño violentamente a tal punto de que los cuerpos de sus huéspedes se ajustarán exactamente a la magnitud de las pequeñas camas.
Esta condición mental se presenta más comúnmente en los altos cargos, o en mandos intermedios, los cuales harán todo lo posible para que un subordinado no pueda brillar. Este puede ser causado por la imposibilidad de reconocer las capacidades de los otros, el temor a ser sobrepasados en nuestras condiciones profesionales, el recelo a la verdad explicada por nuestro prójimo y principalmente la envidia.
Identificar a una persona que sufre del síndrome de “Procusto” no es tarea fácil, ya que hablamos de personas que se distinguen por sus buenos resultados, pero también expertas en fingir.
“Si hablamos de los síntomas o las conductas que pueden asociarse a este síndrome por parte de quien lo ejerce, podemos citar los siguientes: desvalorizan, gritan, aíslan, manipulan, estigmatizan, menosprecian, discriminan, acosan, ignoran, a veces, hasta difunden rumores, desvirtúan sus ideas o se las apropian. Son personas muy tóxicas que generan una gran desmotivación. Además, no fomentan la cultura de trabajar en equipo, ya que no les interesa que un proyecto global traiga consigo un triunfo, no soportan que nadie más destaque”. Enfatizó Pérez.
¿Cómo detectar a alguien con síndrome de Procusto?
- Retiene o no revela la información necesaria para el equipo
- Entorpece el desarrollo/crecimiento de la otra persona
- Oculta y niega las habilidades/capacidades de algún integrante
- Evita que su equipo tenga conversaciones relevantes con jefes/compañeros
- Bloquea la asistencia de alguien del equipo a reuniones importantes
- No permite que se aporten nuevas ideas
- Dificulta el contacto con otros empleados/as para que no sobresalga.
Es importante dimensionar las consecuencias negativas que trae tener en el equipo de trabajo una persona que sufre de esta condición, por eso EAE las explica:
- Afecta la eficacia: porque afecta el clima laboral, reduce la consecución de los objetivos y, por tanto, los resultados económicos.
- Fuga de talentos: el grado de satisfacción que experimentan los colaboradores y el nivel de desarrollo, se irá esfumando y buscarán nuevos horizontes para poder brillar.
- Disolución: rompe el nivel de confianza e identificación de los colaboradores con la organización, lo que origina, en muchos casos, renuncias inesperadas.
Pero entonces, ¿Cómo se puede identificar y gestionar este síndrome adecuadamente?
Una vez identificado el integrante de la organización que puede estar sufriendo de Procusto, será el departamento de RR. HH. el que deba tomar acciones adecuadas para poder buscar soluciones al problema, procurando ocasionar el menor trauma posible para quien lo sufre, gestionando la cita a un especialista en terapia psicológica, como también brindando herramientas válidas para que la persona pueda establecer vínculos más amenos y sanos con sus colaboradores.
También resulta acertado el implementar campañas internas que promuevan la definición de los valores que guían el comportamiento ético de la organización, como los códigos de conducta y los valores.
“Del lado de escuchar a quienes son los perjudicados en segundo grado, es fundamental la existencia de óptimos canales de comunicación, como espacios de fácil acceso en los que los afectados puedan alzar su mano de alerta, de manera sencilla y confidencial” enfatizó la Directora del Máster en Recursos Humanos de EAE Business School.