Se llevó a cabo en Ciudad de México una protesta en contra de la empresa de alimentos japonesa Ajinomoto para que deje de probar sus productos en animales.

El conglomerado Ajinomoto Co., Inc. con sede en Japón, es el mayor fabricante del controvertido potenciador de sabor, glutamato monosódico (MSG), y es también el dueño de las marcas de alimentos congelados Tai Pei, Ling Ling, y José Olé, ha estado atormentando a miles de perros, peces, gerbos, cobayos, ratones, cerdos, conejos y ratas en horrorosos y mortales experimentos desde la década de 1950.

La compañía se ha negado a poner fin a las inútiles pruebas de sus ingredientes en animales.

Simpatizantes de PETA con máscaras de látex simulando ser ratones, y carteles que proclaman “Hambrientos, asesinados y diseccionados” tanto en español como en japonés se reunirán con el apoyo de Animal Heroes frente a la oficina de la Ciudad de México del grupo japonés Ajinomoto Co., Inc. el jueves para avergonzar a la compañía por sus pruebas mortales en ratones, perros, cerdos y otros animales.

 “Ajinomoto atormenta a ratones y miles de otros animales sensibles en experimentos dolorosos e invasivos, solo para comercializar su comida para los humanos”, dice Alicia Aguayo, directora asociada de PETA Latino. “PETA hace un llamado a la compañía para que se una a las decenas de otros gigantes mundiales de alimentos que ya no realizan pruebas en animales y en su lugar realizan una investigación moderna sin animales”.

Los experimentadores de Ajinomoto, el mayor fabricante mundial de glutamato monosódico (MSG) y propietario de las marcas de alimentos congelados envasados Tai Pei, Ling Ling y José Olé, han obligado a ratones a pelear entre sí, les cortan los nervios y les inyectan sustancias tóxicas; a los perros les cortan el estómago, los hacen pasar hambre y alimentan con glutamato monosódico; insertan tubos en las arterias de los cerdos bebé que tienen tan solo un día de nacidos y los dejan sin alimento; ratas son electrocutadas, entre otros procedimientos sin sentido. Estas pruebas no son relevantes para la salud humana, ni son requeridas por ley.