Proponen Decreto Presidencial para que sea considerado “Zona de Restauración Ecológica” y los recursos realmente se ejerzan ahí, se reforeste la cuenca, se desazolve y lo cuiden
Cuitzeo no está muerto y tiene remedio: organizaciones
Pese a la triste imagen física proyectada por el anteriormente esplendoroso Lago de Cuitzeo, varios conocedores afirman que “no está muerto”, que “tiene remedio” y que “solo hacen falta voluntad política, recursos económicos y un trabajo coordinado donde todos se sumen como equipo” para “lograr su remediación como ya ocurrió hace 10 años con el Lago de Chapala, el cual actualmente ha sido recuperado en un 70 por ciento”, concluyeron durante el «Encuentro Regional de la Sociedad Civil organizada para el rescate del Lago de Cuitzeo», organizado por la Fundación Desarrollo Sustentable y Cambio Climático y la Coordinación de Organizaciones de la Sociedad Civil.
En el evento realizado en la Casa Ejidal de este municipio, dijeron los especialistas que hace falta que los recursos “ahora sí lleguen donde deben de llegar y no se queden en el camino”, por lo que la alcaldesa de Cuitzeo del Porvenir, Rosa Elia Milán Pintor, propuso que el Lago de Cuitzeo sea nombrado como “Zona de Restauración Ecológica”, mientras Juan Manuel Valenzuela, presidente de la Coordinación de Organizaciones de la Sociedad Civil formuló la promoción de un Decreto Presidencial de Restauración Ecológica para generar “un ordenamiento ecológico y territorial, apalancado de la creación de un Observatorio Ciudadano que garantice su aplicación y evalúe permanentemente las diferentes acciones que deban ejecutar las diferentes administraciones gubernamentales, así como la participación de la Comunidad Internacional para la aplicación de nuevas tecnologías”.
Este decreto que ya mencionado en noviembre de 2005 en el Senado de la República y en enero de 2019 en la Cámara de Diputados federal, solicita la Coordinación de Organizaciones de la Sociedad Civil involucre no sólo a Cuitzeo, sino también a los demás cuerpos de agua de Michoacán como son Pátzcuaro y Zirahuén, entre otros, para que los recursos tengan vigilancia, sean etiquetados y se ejerzan donde se debe.
Ante los dirigentes de la Fundación Desarrollo Sustentable y Cambio Climático, Omar Guadarrama Cedillo y Guadalupe Sánchez Gama, quienes se han comprometido a entregar el resultado de los encuentros a la candidata presidencial Claudia Sheinbaum el 20 de mayo en Cuatro Caminos, Juan García Colín expresó que a diferencia de lo que dice la mayoría de la gente sobre su muerte en un 90 por ciento, sobre todo en su zona poniente, “el Lago no está seco, está azolvado”; si se dedicaran recursos por los tres niveles de gobierno para desazolvar, “encontraríamos agua, porque está ahí, solo hay que quitar el lodo” y, crítico como es, expresó que “no se trata de atraer la atención de los medios solo para hacer campaña, sino que haya un compromiso real con el lago y su remediación”.
En su oportunidad la bióloga Adriana Hernández de la Asociación Panorama Ambiental expresó que otro problema es el de la reforestación, porque “no es solo plantar árboles y ya, sino saber el tipo que se necesita” y criticó que haya quienes están reforestando por ejemplo con Casuarina de Australia, “pero aquí el pino no se da porque es una zona de transición climática; la mejor opción en los alrededores del lago es el mezquite, que es también una madera preciosa y sí produce suelo”, como ya lo están realizando en Iramuco con una reforestación con 50 mil árboles de especies endémicas de la región. “A Cuitzeo ya lo manejan como un lago muerto, pero no es así”, sentenció.
En su oportunidad, Vicente Estrada Torres, presidente del Consejo Estatal de Ecología (COEECO), expresó que, por ejemplo, la producción de aguacate genera 3 mil millones de dólares, pero el gobierno no mira a qué costo ambiental se produce, y mucho menos los productores han hecho algo para cuidar el medio ambiente a pesar de que para poder sobrevivir, un aguacate ocupa la recarga de 11 pinos.
Estrada Torres también criticó el grado de abandono de los municipios que se encuentran en la cuenca del lago, quienes carecen de una persona capacitada en el tema para realizar una propuesta seria. Tampoco, dijo, se han cuidado los bosques que surten de agua al lago y coincidió con Adriana Hernández, al decir que los pinos no se dan porque el de aquí “es un terreno salitroso”, por lo que dijo estar dispuesto a entregar sus conocimientos y trabajar con la Fundación Desarrollo Sustentable y Cambio Climático y la Coordinación de Organizaciones de la Sociedad Civil “si es que trabajamos en comunidad”, lo mismo que Martha Ávalos, del Tecnológico Superior de Puruándiro.
Otro de los participantes, Marco Antonio Grajeda Montoya, dijo que a él le tocó ver la experiencia del Lago de Chapala, que estaba no estaba abandonado al nivel del de Cuitzeo, pero consideró que si participan académicos, políticos, la comunidad y los empresarios productores de aguacate y frutillas (berries), seguramente se podrá realizar una recuperación como la del de Jalisco donde hace 10 años participaron todos y hoy se encuentra en una recuperación del 70 por ciento, con la reforestación con pinos en las zonas donde se puede, porque los pinos son fábricas de agua que producen 10 mil litros de agua al año.
También participó otro experto, Rafael Bazán Bazán, quien observó que el problema no es el Lago de Cuitzeo, sino toda la cuenca, que es la forma como se debe planificar para poder poner orden, ya que se carece de una política agrícola y hoy todo mundo hace lo que quiere. Son por lo menos 25 municipios los involucrados, pero no se resuelve el problema con parches ni reforestaciones marginales, sino con planes estratégicos.
Hay que sacar el azolve; hay mucha caca de Morelia y de los propios municipios de la ribera; el estiércol de las vacas, y todo va a parar al lago. No se está haciendo tratamiento de basura y agua. No hay plan rector de cuenca. Pero a 50 centímetros encontramos el agua.
Ahí está el lago, pero está azolvado. Por eso, hay que desazolvar, pero también ver donde se van a tirar esos desechos porque hay de todo, metales pesados, residuos, para que no desaparezcan por completo las plantaciones agrícolas ni la pesca, como ya desapareció la cuenca lechera de Morelia-Tarímbaro, que estuvo en primer lugar a nivel nacional y se fueron también miles de trabajos, apuntó Bazán.